Seguimos en la tendencia de la moda de este abril 2014: SANGRE, ROJO DE SANGRE. LUNAS ROJAS DE SANGRE....
Para algunas gentes aqui en méxico, pueden ver esto como una atracción turística que genera dinero, para otros promociona lo mas preciado de sus costumbres y tradiciónes religiósas, para mi es solo un acto de fe si, de fe ciega (aunque argumente el fanático-dogmático que "está despierto liberado y salvado"), pero promociona mas que nada el de querer seguir atados a los viejos moldes y aherrojados grilletes de las cadenas y prisiónes perpétuas, de los dogmas religiósos que en verdad son los que impiden y limitan al ser humano en poder volar... ¡Y SER LIBRES!
Pero cada cosa tiene su tiempo y esto de la famosa tradición de la pasión de Jesucristo en Iztapalapa en México, llegará en cierto momento a su fin aunque eso signifique dejar de percibir los millones de pesos que genera este "turismo religioso" en méxico cada año y que provoca entre sentimientos religiósos de fe ¡DE CULPA! asi como también una morbosa atracción nencrofílica hacia el dolor y el castigo la violencia y la muerte física tanto como espiritual, nada que envidiar de los circos romanos, por algo estan los romanos (también rojo de Vaticano) inmiscuidos en la historia en los sabores e ingredientes de este caldo.
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La formidable Pasión de Jesucristo en Iztapalapa, México
Casi tres millones de mexicanos se congregan cada año en las estribaciones del Cerro de la Estrella en Iztapalapa, una barriada al sur de México D.F., para rememorar la Pasión de Cristo, un espectáculo vivo en el que participan más de 6000 personas. La Pasión de Jesucristo en Iztapalapa es famosa desde 1843.
Todo comenzó en 1833, cuando los habitantes de Iztapalapa rezaban e imploraban al Señor del Santo Entierro o “Señor de la Cuevita”, el patrono del barrio, que los salvara de una terrible epidemia de cólera morbus que diezmó este poblado.
Cada año, 450 vecinos de todas las edades y los más de 5,000 nazarenos de este popular barrio mexicano participan en la representación de la Pasión de Iztapalapa. Durante la representación, millones de cristianos reviven el sufrimiento del Cristo de Iztapalapa. Algunos cargan cruces o caminan descalzos para acompañar el recorrido santo y buscando una expiación de sus propias culpas.
El que da vida a Cristo debe cargar una cruz de más de 75 kilos a lo largo de tres kilómetros, desde la plaza central de Iztapalapa hasta la cima del Cerro de la Estrella, centro de la crucifixión y antiguo centro ceremonial azteca donde se hacía la ceremonia del fuego nuevo, que representaba el final y el inicio de un nuevo siglo.
LA HISTORIA
En el año 1833, el pueblo de Iztapalapa en la Ciudad de México, sufrió un ataque epidémico de cólera morbus que prácticamente acabo con todas las personas mayores de esa localidad y muchas familias enteras desaparecieron.
Por tal motivo, los sobrevivientes encontraron una posible salida: pedir fervorosamente al Señor de la Cuevita que la enfermedad terminará pronto, a cambio, ofrecieron representar año con año la pasión de Cristo en Semana Santa.
Dicen las narraciones de aquella época que el milagro se cumplió de manera sorprendente y literalmente “de la noche a la mañana” la epidemia desapareció, la gente se curó y celebraron una fiesta para festejar esto.
Una década después, en 1843, el pueblo entero se entregó con una dedicación y una laboriosidad sorprendente para llevar a cabo lo prometido y agradecerle a su Santo patrono la ayuda que recibieron en los momentos de angustia y desesperación.
La fe de esta localidad pudo más que una epidemia mortal. Desde entonces, la representación de la muerte de Jesús es una de las más coloridas, apasionadas y significativas de todas las que se ven en nuestro país e incluso en el mundo.
LA PASIÓN
Año con año, cerca de millones de personas se acercan a las inmediaciones del Cerro de la Estrella (o Huizachtepetl) para ser partícipes de una de las demostraciones de fe más grande del mundo.
El jardín Cuitlahuac, las explanadas centrales, las iglesias y unos 20 kilómetros que incluyen el recorrido, son el espacio donde se desarrolla el evento y donde nace el alma y el corazón que mantiene unidos a los ocho barrios que conforman al pueblo de Iztapalapa y a la majestuosidad de su tradición.
Iztapalapa, que en náhuatl significa “agua atravesada” o “sobre las losas del agua”, es un poblado lleno de historia, sincretismo religioso y sobre todo. Desde tiempos prehispánicos, este lugar se caracterizó por ser fastuoso, elegante y mágico.
Con canales, templos y palacios, el centro de reunión era el templo dedicado a Tezcatlipoca, justo en el mismo lugar donde ahora se encuentra el Santuario del Calvario, recinto dedicado al Señor de la Cuevita.
Los episodios más importantes tienen lugar el Domingo de Ramos con Ia Procesión y Ia Bendición de Ias Palmas; el Jueves Santo en el Jardín Cuitláhuac, y el Viernes Santo con Ia secuencia de Ia sentencia, los azotes, Ia coronación de espinas y el Vía Crucis que culmina en el Cerro de Ia Estrella con Ia crucifixión.
LOS PROTAGONISTAS
AI conocerse los días en que va a caer Ia Semana Mayor, comienzan los preparativos y se selecciona a los protagonistas deI drama, quienes inician los ensayos desde enero. EI comité organizador también tiene que ver con los escenarios y Ia coordinación de los movimientos de los personajes en los diferentes lugares donde hay representaciones. Así mismo, concerta con Ias autoridades de Ia Delegación Ia suspensión deI tráfico a determinadas horas en los días señalados, Ias calles por donde pasarán Ias procesiones, Ia seguridad de Ias multitudes que se concentran en Ias calles, Ias plazas y los jardines (donde además se establecen los puestos de comida, de antojitos, de diversiones, los juegos mecánicos, todo lo que conforma Ia feria).
Los papeles ya no se heredan familiarmente como se hacía en otras épocas. Soldados romanos y judíos, integrantes deI Sanedrín, vírgenes deI pueblo, mujeres de Herodes, romanas, se eligen de entre los habitantes de los diferentes barrios. Los nazarenos son aquellos que por promesa, manda o voluntad propia, se imponen Ia carga de una cruz a lo largo de todo el trayecto deI Vía Crucis, atrás del Cristo. Los actores rivalizan por los papeles principales. Los criterios para seleccionar a los personajes son diversos, y los más estrictos son para designar a los actores principales: los apóstoles y la Virgen María. Cristo, por ejemplo, debe ser fuerte para soportar el recorrido cargando la cruz, soltero, originario de Iztapalapa, de familia cristiana, y poseer un físico que concuerde con la idea que la población tiene de Jesús. Él y otros personajes se dejan crecer el pelo, se lo tiñen.
En torno a él gira toda la actividad ritual y la emotividad afectiva; al dar énfasis a los aspectos humanos de la divinidad, se fomenta la religiosidad popular. Todos los detalles son objeto de minucioso cuidado: los vestidos, maquillajes, peinados; las pelucas de los soldados romanos, de Cristo, apóstoles y nazarenos. La escenografía, los aspectos visuales; los recorridos, la seguridad de los actores, de los penitentes que pagan mandas, de los devotos y del público asistente a la gran representación. Los parlamentos, la transmisión de los valores, la lección aprendida… en pocas palabras, la continuidad de la tradición popular. Afuera de todos los lugares elegidos para la representación, se levantan miles de puestos-que pagan los derechos a la Delegación-;los ruidos de la música y de los vendedores se mezclan con las voces de los actores.
EI DRAMA
EI Domingo de Ramos, Ias casas y Ias calles se Ilenan de flores, Ias campanas se echan a vuelo, y un ángel con un niño inician Ia procesión que avanza lentamente. Los cientos de nazarenos Ilevan adornos de bandas blancas sobre Ias túnicas moradas; Ias vírgenes y Ias mujeres deI pueblo adornan sus cabezas con coronas de flores, Ia Virgen, Ia MagdaIena, Ilevan atuendos únicos. Por momentos IztapaIapa se transforma en JerusaIén, Ia multitud se dirige aI barrio de San Lucas para que el sacerdote bendiga Ias palmas, Ios ramos de manzanilla, romero y laurel (éstas se guardan, pues Ia gente Ies atribuye poderes curativos). Hay risas cuando se reciben en Ia cara Ias gotas de agua bendita; en el atrio se mezclan Ios olores de Ios puestos de comida, Ios gritos de Ios vendedores, Ia música de Ios juegos mecánicos: el pueblo mezcla Io bíblico con Io actuaI.
EI Jueves Santo, Ios adornos en Ias calles son de color blanco y morado; Ios actores Ilegan aI lugar donde han ensayado; Ilena de flores y frutas está Ia cárcel que Cristo ocupará más tarde. De una casa, sale Ia procesión que inician el niño y el ángel, después Ias vírgenes, Jesús, los nazarenos, los sacerdotes y dignatarios romanos, flanqueados por los soldados. La procesión recorre Ias calles de los ocho barrios, y Ilega hasta Ia iglesia deI Señor de Ia Cuevita, donde los presentes quieren tocar Ia urna y pedir gracias. Los nazarenos, que suman cientos, ahora Ilevan una corona de espinas con flores en Ia cabeza. Después de Ia alocución deI obispo en Ia iglesia, continúa la escena de Ia última Cena en el Jardín Cuitláhuac; sigue el Lavatorio de los Pies; el Prendimiento, y Ia Oración del Huerto. Los parlamentos no coinciden con Ia Sagrada Escritura, se han transformado al correr de los años según el gusto de losparticipantes; lo mismo sucede con otros episodios que los lugareños han agregado.
El Viemes Santo congrega multitudes; Ia presencia de los encargados de Ia seguridad y de los primeros auxilios a los visitantes es muy evidente. Llevan a Cristo de Ia cárcel a Ia explanada,donde hay una columna; ahí se suceden varios episodios. La gente se estremece conmovída por Ia representación, cuando Jesús vestido de blanco es azotado con unas ramas teñidas de rojo. El rumor aumenta cuando Ia muchedumbre inicia el recorrido al Calvario-Cerro. La subida es difícil para los penitentes, actores y espectadores que quieren presenciar Ia escena; algunos se conforman con los periscopios de cartón adquiridos allí mismo. Todos deben llegar al lugar de Ias tres caídas, del encuentro con Ia Verónica, Ia Samaritana y Ias santas mujeres.
La procesión avanza lentamente, entre los árboles, en medio de sollozos, lamentos, lágrimas, desmayados y gritos de quienes ofrecen su mercancÍa, desde comida y sombreros, hasta refrescos y aparatos para ver mejor el espectáculo. Los soldados romanos, los más de mil nazarenos que llevan sus cruces a cuestas, los judíos, se entremezclan con los espectadores, Ias santas mujeres, los apóstoles. Todos ellos, que han estado en todos los momentos, llegan hasta el lugar donde están Ias tres cruces. La actuación deI Cristo, que llena de fervor a los espectadores e imparte intensa emoción a todas Ias ceremonias, llega a Ia culminación con Ia Crucifixión. En el lugar sagrado deI cerro, en Ia cruz más grande se coloca a Jesús.
La mujer que hace el papel de Ia Virgen, vive sus mejores momentos cuando “Dolorosa” recibe el cuerpo deI crucificado; le habla y lo conduce hasta donde se inicia, en la tarde, Ia Procesión del Silencio. Por Ias calles de los ocho barrios Ilevan una imagen del Señor de la Cuevita que cargan unos jóvenes encapuchados. La gente que ha vivido intensamente el drama de Ia Pasión regresa a sus casas. Con el tiempo, la representación ha cambiado: de los atrios de los templos al cerro, de Ias imágenes y Cristos-niños a los jóvenes cuidadosamente seleccionados por su tipo y estatura, de los parlamentos originalmente hablados ahora cantados en algunos episodios. Han ocurrido transformaciones en las actuaciones, vestuarios, pelucas y maquillajes; en las escenografías y en la extensión del recorrido, aunque los elementos básicos se mantienen a través de los años. Suspendida durante la Revolución, cuentan los lugareños que el propio general Zapata prestó los caballos necesarios para su realización.
La iglesia ahora alienta una representación paralela, diferente a la popular, que considera no está apegada a los textos bíblicos; es de hecho, el reconocimiento de dos puntos de vista: por una parte el de la tradición escrita y sancionada, Ia litúrgica en el interior del templo, y por otra la celebración callejera que va más allá de una escenificación, pues en ella convergen los ideales, las esperanzas de acabar con muchas de Ias dificultades de Ia vida; es más que teatro, es el enlace entre el pasado (el drama) y el presente, Ia búsqueda de reconocimiento de los organizadores y de los que participan, el gusto de los que toman parte como actores, o como espectadores. Todo ello permite que Ia fiesta, ceremonia o representación continúe por lo que significa no sólo para los de Iztapalapa sino para Ia nación entera.
Fuentes: temoris.org, México en el Tiempo No. 2, suite102.net y otras
Inicia Vía Crucis en 8 barrios de Iztapalapa
Si hubiera alguna transmisión en vivo de este evento, ¡¡SEGURÍSIMO!! que alcanzaría este blog una audiencia como la pasada transmisión en vivo del eclipse en vivo de las lunas de sangre en donde alcanzamos una audiencia en linea un promedio entre 20-100 personas de diversos paises, ¡jamás habíamos alcanzado tal audiencia...!
en la semana
¿porqué será que los eventos trágicos que aseguren en gran parte el miedo y el castigo (lunas rojas: probable castigo a la humanidad en el mundo, catástrofe planetaria, invasión extraterrestre, fin de los tiempos; Procesión y crucificción de JESUCRISTO: castigo MIEDO y fin de los tiempos, apocalipsis, etc. etc.), generan audiencia en un blog?- existen así muchos de estos blogs que promocionan el miedo.
Asi es nuestra raza y cultura en el planeta PORQUE ASÍ NOS PROGRAMARON Y ESCLAVIZARON, y no es privativo de algún pais en especial.
ojalá en verdad este próximo domingo de resurrección reviva ¡A TANTO MUERTO ZOMBI, SORDOS Y CIEGOS!
FELÍZ RESURRECCIÓN esta Semana Santa.
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