https://esquinacosmica2.blogspot.com/


Esta entrada arriba (clic) será a manera de ventana y puente para acceder al blog de esquina cósmica y puedan ingresar y leer en ambos blogs.
 Iré añadiendo entradas que considere importantes en esta segunda etapa para mi de publicaciónes. 



Mostrando las entradas con la etiqueta La Biblia Kolbrin. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta La Biblia Kolbrin. Mostrar todas las entradas

miércoles, 10 de diciembre de 2014

¿Pudo Moisés separar las aguas del Mar Rojo? Una explicación científica

El épico pasaje bíblico, que la película «Exodus» ha vuelto a poner de actualidad, pudo haber sido provocado por fuertes vientos



ARCHIVO


La separación del Mar Rojo es uno de los relatos bíblicos más épicos, emocionantes y legendarios. La imagen de Charlton Heston como Moisés ordenando a las aguas que abrieran paso a su pueblo para salir de Egipto está grabada en nuestras retinas, una escena que, actualizada por los modernos efectos especiales, podemos ver repetida en la nueva superproducción «Exodus» de Ridley Scott, esta vez con Christian Balecomo profeta. La película, ahora en cartelera, ha vuelto a poner actualidad el milagro de la separación de las aguas hace más de 3.000 años. ¿De verdad pudo ocurrir algo así? ¿Existe una explicación científica, fuera de la fe, que sostenga un fenómeno semejante? Los arqueólogos y egiptólogos han encontrado pocas evidencias directas para corroborar este relato del Éxodo, y los científicos se han afanado en encontrar una causa natural.
Algunos han especulado acerca de un tsunami, lo que habría causado que las aguas se retiren y avancen rápidamente. Pero tal evento no habría causado la brecha temporal como se describe en la Biblia. Un estudio realizado por investigadores del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) y la Universidad de Colorado en Boulder (CU) daba en su día una explicación alternativa: el movimiento del viento.
Las simulaciones por ordenador muestran que un fuerte viento del este, que soplaba durante la noche a 63 millas por hora, podría haber hecho retroceder el agua de dos cuencas antiguas fusionadas en una curva con forma de U, la de un río (un antiguo brazo del río Nilo) y una laguna costera (el Lago de Tanis) a lo largo del Mar Mediterráneo, para crear un puente de tierra seco de 2 a 2,5 km de largo y 3 km de ancho, permitiendo a la gente caminar a través de las marismas con seguridad durante unas nueve horas. Tan pronto como el viento se calmó, las aguas volvieron a cubrirlo todo como en una marejada.
¿Pudo Moisés separar las aguas del Mar Rojo? Una explicación científica
UCAR

La investigación se basó en una reconstrucción de las posibles ubicaciones y profundidades de los cursos de agua del delta del Nilo, que han variado considerablemente con el tiempo. «Las simulaciones coinciden bastante estrechamente con la cuenta en el Éxodo», decía Carl Drews, investigador del NCAR y autor principal del estudio en PLoS ONE. «La separación de las aguas puede entenderse mediante dinámica de fluidos. El viento mueve el agua de una manera que está en conformidad con las leyes físicas, creando un pasaje seguro con agua a ambos lados y luego, abruptamente, permitiendo que el agua vuelva».
La explicación de Drews encaja de forma notable con el relato del Éxodo, que describe cómo en su huida de los ejércitos del faraón, Moisés y los israelitas llegaron a un cuerpo de agua que ha sido traducido como el Mar Rojo. En un milagro divino (el viento, para Drews), se dividieron las aguas dejando un paso de tierra seco (el puente de tierra) con agua a ambos lados. Cuando los israelitas ya estaban en la otra orilla, las aguas volvieron a unirse (el viento se paró) y los soldados egipcios se ahogaron.
El estudio de Drews no confirma que el hecho bíblico ocurriera realmente, pero sí muestra que la separación de la aguas pudo suceder con base a las leyes físicas.

martes, 1 de abril de 2014

¡ACTUALIZADO! Las Sorprendentes Profecías de Juan de Jerusalén, TEXTOS PROFECÍAS.

Bueno, nada de que de extrañarse, ahora salen profecias y evangelios apócrifos de tocho morocho (a ver cuando edito el mio) y por doquier a la vuelta de la esquina. Desgraciadamente la máquina en la que estoy ahorita no tiene sonido para escuchar videos y no puedo arreglarlo y por lo tanto me pierdo de enterarme de dichas profecias, solamente espero me de tiempo mas tarde de escucharlas y no se vaya a acabar el mundillo chafa éste para entonces.
...............


























El desconocido pero sorprendente profeta Juan de Jerusalén efectuó hace 1000 años una serie de predicciones y profecías que sencillamente ponen los pelos de punta por su exactitud y visión del futuro.
Algunas de ellas hablan claramente de un oscuro poder en la sombra que gobierna a nuestros mandatarios y de como han caído bajo el poder de la banca
Pese a que la figura de Juan de Jerusalén parece desconocida en los tiempos actuales, cuando escuchéis el siguiente videoprograma os impresionarán la exactitud de aquellas profecías que le fueron reveladas.
Hemos puesto la totalidad de sus escritos en la web de:http://www.mundodesconocido.es


VISTO AQUI

NOTA:
En vista de que es un problema para llegarse a las Profecias de Juan de Jerusalen desde la dirección general del sitio de MD, me di a la tarea de buscarlas y aqui están:

El desconocido pero sorprendente profeta Juan de Jerusalén efectuó hace 1000 años una serie de predicciones y profecías que sencillamente ponen los pelos de punta por su exactitud y visión del futuro.
Algunas de ellas hablan claramente de un oscuro poder en la sombra que gobierna a nuestros mandatarios y de como han caído bajo el poder de la banca
Pese a que la figura de Juan de Jerusalén parece desconocida en los tiempos actuales, cuando escuchéis el siguiente videoprograma os impresionarán la exactitud de aquellas profecías que le fueron reveladas.
[http://www.youtube.com/watch?v=JS7baNk5ZlY]


Las Profecías de Juan de Jerusalén.
Veo y conozco.
Mis ojos descubren en el cielo lo que será, y atravieso el tiempo de un solo paso. Una mano me guía hacia lo que ni veis ni conocéis. Mil años habrán pasado y Jerusalén ya no será la ciudad de los cruzados de Cristo. La arena habrá enterrado bajo sus granos las murallas de nuestros castillos, nuestras armaduras y nuestros huesos. Habrá sofocado nuestras voces y nuestras
plegarias.
Los cristianos venidos de lejos en peregrinación, allí donde estaban sus derechos y su ley, no osarán acercarse al sepulcro y a las reliquias si no es escoltado por los caballeros judíos, que tendrán aquí, como si Cristo no hubiera sufrido en la cruz, su Reino y su Templo. Los infieles serán una multitud innumerable que se extenderá por todas partes y su fe resonará como un tambor de un confín al otro de la tierra.
Veo la inmensidad de la tierra. Continentes que Herodoto no nombró sino en sueños se añadirán más allá de los grandes bosques de los que habla Tácito y en el lejano final de mares ilimitados que empiezan después de las columnas de Hércules.
Mil años habrán pasado desde el tiempo en que vivimos, y los fondos de todo el mundo se habrán en grandes reinos y vastos imperios. Guerras tan numerosas como las mallas de la cota que llevan los caballeros de la orden se entrelazaran, desharán los reinos y los imperios y tejerán otros. Y los siervos, los villanos, los pobres sin hogar se sublevaran mil veces, harán
arder las cosechas, los castillos y las villas, hasta que se les queme vivos y se obligue a los supervivientes a volver a sus cubiles, Se habrán creído reyes.
Mil años habrán pasado y el hombre habrá conquistado el fondo de los mares y de los cielos, y será como una estrella en el firmamento. Habrá adquirido el poder del sol y se creerá dios, construyendo sobre la inmensidad de la tierra mil torres de babel. Habrá edificado muros sobre las ruinas de los que levantaron los emperadores de Roma y éstos separarán una vez más las legiones de las tribus bárbaras.
Más allá de los grandes bosques habrá un imperio. Cuando caigan los muros, el imperio no será más que agua cenagosa. Las gentes se mezclarán una vez más. Entonces empezará el año mil que sigue al año mil.
Veo y conozco lo que será. Soy el escriba.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre estará frente a la entrada sombría de un laberinto oscuro. Y al fondo de esa noche en la que va a internarse, veo los ojos del Minotauro. Guárdate de su furor cruel, tú que vivirás en el año mil que sigue al año mil.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil.
El oro estará en la sangre. El que contemple el cielo contará denarios; el que entre en el templo encontrará mercaderes; los mandatarios serán cambistas y usureros; La espada defenderá la serpiente. Pero el fuego será latente, todas las ciudades serán Sodoma y Gomorra y los hijos de los hijos se convertirán en la nube ardiente; ellos alcanzarán los viejos estandartes.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá poblado los cielos y la tierra y los mares con sus criaturas; mandará, pretenderá los poderes de Dios, no conocerá límite. Pero todas las cosas se sublevarán; titubeará como un rey borracho; galopará como un caballero ciego y a golpes de espuela internará a su montura en el bosque; al final del camino estará el abismo.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se erigirán torres de Babel en todos los puntos de la tierra, en Roma y en Bizancio; los campos se vaciarán; no habrá más ley que mirar por uno mismo y por los propios. Pero los bárbaros estarán en la ciudad; ya no habrá pan para todos y los juegos no serán suficientes; entonces, las gentes sin futuro provocarán grandes
incendios.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hambre oprimirá el vientre de tantos hombres y el frío aterirá tantas manos, que estos querrán ver otro mundo y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el veneno. Pero éste destruirá los cuerpos y pudrirá las almas; y aquellos que hayan mezclado el veneno con su sangre serán como bestias salvajes cogidas en una trampa, y matarán y violarán y despojarán y robarán, y la vida será un Apocalipsis cotidiano.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos intentarán disfrutar tanto como puedan; el hombre repudiará a su esposa tantas veces como se case y la mujer irá por los caminos umbríos tomando al que le plazca, dando a luz sin poner el nombre del padre. Pero ningún maestro guiará al niño y cada uno estará solo entre los demás; la tradición se perderá; la ley  será olvidada como si no se hubiera anunciado y el hombre volverá a ser salvaje.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el padre buscará el placer en su hija, el hombre en el hombre, la mujer en la mujer, el viejo en el niño impúber, y eso será a los ojos de todos. Pero la sangre se hará impura; el mal se extenderá de lecho en lecho; el cuerpo acogerá todas las podredumbres de la tierra, los rostros serán consumidos, los miembros, descarnados; el amor será una peligrosa amenaza para aquellos que se conozcan sólo por la carne.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, aquel que hable de promesas y de ley no será oído; el que predique la fe de Cristo perderá su voz en el desierto. Pero por todas partes se extenderán las aguas poderosas de las religiones infieles; falsos mesías reunirán a los hombres ciegos. Y el infiel armado será como nunca había sido; hablará de justicia y de derecho,
y su fe será de sangre y fuego; se vengará de la cruzada.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el fragor de la muerte provocada avanzará como la tormenta sobre la tierra; los bárbaros se mezclarán con los soldados de las últimas legiones; los infieles vivirán en el corazón de las ciudades santas; todos serán, por turnos, bárbaros, infieles y salvajes. No habrá órdenes ni normas; el odio se extenderá como la llama en el bosque seco; los bárbaros masacrarán a los soldados; los infieles degollarán a los creyentes; el salvajismo será cosa de cada uno y de todos, y las ciudades morirán.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres se juzgarán entre ellos según sean su sangre y su fe; nadie escuchará el corazón sufriente de los niños; se les echará del nido como los pájaros a sus crías; y nadie podrá protegerlos de la mano armada con guantelete. El odio inundará las tierras que se creían pacificadas. Y nadie se librará, ni los viejos ni los heridos; las casas serán destruidas o robadas; los unos se apoderarán del lugar de los otros; todos cerrarán los ojos para no ver a las mujeres violadas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá al niño cuyos huesos están marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas, Y al que se da caza como a las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza, pues no se preocupará sino de sí mismo; dará un puñado de granos como limosna, mientras que el dormirá sobre sacos llenos. Y lo que dé con una mano recogerá con la otra.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre comerciará con todo; todas las cosas tendrán precio, el árbol, el agua y el animal; nada más será realmente dado y todo será vendido. Pero el hombre entonces no valdrá más que su peso en carne; se comerciará con su cuerpo como los canales de ganado; tomarán su ojo y su corazón; nada será sagrado, ni su
vida ni su alma; se disputarán sus despojos y su sangre como si se tratara de una carroña.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá cambiado la faz de la tierra; se proclamará el señor y el soberano de los bosques y de las manadas; habrá surcado el sol y el cielo y trazará caminos en los ríos y en los mares. Pero la tierra estará desnuda y será estéril, el aire quemará y el agua será fétida; la vida se marchitará porque el hombre agotará las
riquezas del mundo. Y el hombre estará solo como un lobo en el odio de sí mismo.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los niños también serán vendidos; algunos se servirán de ellos como de muñecos para disfrutar de su piel joven; otros los tratarán como a animales serviles. Se olvidará la debilidad sagrada del niño y su ministerio; será como un potro que se doma, como un cordero que se sangra, que se sacrifica. Y el hombre no será más que barbarie.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la mirada y el espíritu de los hombres serán prisioneros; estarán ebrios y no lo sabrán; tomarán las imágenes y los reflejos por la verdad del mundo; se hará con ellos lo que se hace con un cordero. Entonces vendrán los carniceros; los rapaces los agruparán en rebaños para guiarlos hacia el abismo y levantar a los unos
contra los otros; se les matará para tomar su lana y su piel y el hombre que sobreviva será despojado de su alma.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, reinarán los soberanos sin fe; mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas; esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos; nadie participará en las asambleas de su orden; todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros; sólo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas, pero también serán vencidos y quemados vivos.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres serán tan numerosos sobre la tierra que parecerán un hormiguero en el que alguien clavara un bastón; se moverán inquietos y la muerte los aplastará con el talón como a insectos enloquecidos. Grandes movimientos los enfrentarán unos contra otros; las pieles oscuras se mezclarán con las pieles blancas; la fe de Cristo con la del infiel; algunos predicarán la paz concertada pero por todo el mundo habrá guerras de tribus enemigas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres querrán franquear las murallas; la madre tendrá el pelo gris de una vieja; el camino de la naturaleza será abandonado y las familias serán como granos separados que nada puede unir. Será, pues, otro mundo; todos errarán sin vínculos, como los caballos desbocados corriendo en todas direcciones sin guía; desgraciado del caballero que cabalgue esa montura; carecerá de estribos y se precipitará en la zanja.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres no confiarán en la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura; querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de estos hombres que se creen Dios? Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas; los pobres y los débiles serán ganado; los poblachos se convertirán en plazas fuertes; el miedo invadirá los corazones como un veneno.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, habrá surgido un orden negro y secreto; su ley será el odio y su arma, el veneno; deseará siempre más oro y se extenderá su reino por toda la tierra, y sus servidores estarán unidos entre ellos por un beso de sangre. Los hombres justos y los débiles acatarán su regla. Los poderosos se pondrán a sus servicios. La única ley será la que dicte en las sombras; venderá el veneno aun dentro de las iglesias. Y el mundo avanzará con ese escorpión bajo el pie.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, muchos hombres permanecerán sentados con los brazos cruzados, se irán sin saber adónde, con los ojos vacíos, pues no tendrán forja en la que batir el metal, ni campo que cultivar. Serán como la simiente que no puede echar raíces. Errantes y empobrecidos; los más jóvenes y los más viejos, a menudo sin hogar. Su única salvación será la guerra y combatirán entre ellos, y odiarán su vida.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, las enfermedades del agua, del cielo y de la tierra atacarán al hombre y le amenazarán; querrá hacer nacer lo que ha destruido y proteger su entorno; tendrá miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde; el desierto devorará la tierra y el agua será cada vez más profunda, y algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como un diluvio, y al día siguiente la tierra carecerá de ella y el aire consumirá los cuerpos más débiles.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la tierra temblará en muchos lugares y las ciudades se hundirán; todo lo que se haya construido sin escuchar a los sabios será amenazado y destruido; el lodo hundirá los pueblos y el suelo se abrirá bajo los palacios. El hombre se obstinará porque el orgullo es su locura; no escuchará las advertencias repetidas de la tierra, pero el incendio destruirá las nuevas Romas y, entre los escombros acumulados, los pobres y los bárbaros, a pesar de las legiones, saquearán las riquezas abandonadas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el sol quemará la tierra; el aire ya no será velo que protege del fuego. No será más que una cortina agujereada y la luz ardiente consumirá las pieles y los ojos. El mar se alzará como agua enfurecida; las ciudades y las riberas quedarán inundadas y continentes enteros desaparecerán; los hombres se refugiarán en las alturas y olvidando lo ocurrido, iniciarán la reconstrucción.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres sabrán hacer realidad los espejismos; los sentidos serán engañados y creerán tocar lo que no existe; seguirán caminos que solo los ojos verán y el sueño podrá hacerse realidad. Pero el hombre ya no sabrá distinguir entre lo que es y lo que no es. Se perderá en falsos laberintos; los que consigan dar vida a los
espejismos se burlarán del hombre pueril, engañándole. Y muchos hombres se convertirán en perros rastreros.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los animales que Noé embarcó en su arca no serán, entre las manos del hombre, más que bestias transformadas según su voluntad; y, ¿quién se preocupará de su sufrimiento vital? El hombre habrá hecho de cada animal lo que habrá querido. Y habrá destruido numerosas especies. ¿En qué se habrá convertido el hombre que haya cambiado las leyes de la vida, que haya hecho del animal vivo pella de arcilla? ¿Será el igual de Dios o el hijo del diablo?
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se deberá temer por hijo del hombre; el veneno y la desesperación le acecharán; no se le habrá deseado más que por uno mismo, no por él o por el mundo; será acosado por el placer y a veces venderá su cuerpo. Pero incluso el que sea protegido por los suyos estará en peligro de tener el espíritu muerto; vivirá en el juego y en el espejismo. ¿Quién le guiará cuando no tenga maestros? Nadie le habrá enseñado a esperar y a actuar.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre se creerá Dios, aunque no habrá progresado nada desde su nacimiento. Atacará vencido por la ira y por los celos. Y su brazo estará armado con el poder del que se habrá adueñado; Prometeo cegado podrá destruirlo todo a su alrededor. Será un  enano de alma y tendrá la fuerza de un gigante; avanzará a pasos inmensos pero no sabrá que camino tomar. Su cabeza estará cargada de saber pero ya no sabrá porque vive o porque muere será, como siempre, el loco que gesticula o el niño que gime.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos e incluso en el antigua territorio del imperio; los hombres de las mismas ciudades se degollarán; aquí habrá guerra entre tribus y allá, entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alá no dejarán de enfrentarse y la tierra de Cristo será su campo
de batalla; pero los fieles querrán defender en todo el mundo la pureza de su fe y ante ellos no habrá más que duda y poder; entonces la muerte avanzará por todo el mundo como estandarte de los tiempos nuevos.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, multitudes de hombres serán excluídos de la vida humana; no tendrán derechos, ni techo, ni pan; estarán desnudos y no tendrán más que su cuerpo para vender; se le expulsará lejos de la torre de Babel de la opulencia. Se agitarán como un remordimiento o una amenaza; ocuparán regiones enteras y proliferarán: escucharán las prédicas de la venganza y se lanzarán al asalto de las torres orgullosas; habrá llegado el tiempo de las invasiones bárbaras.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, El hombre habrá entrado en el laberinto oscuro; tendrá miedo y cerrará los ojos, pues ya no sabrá ver; desconfiará de todo y temerá a cada paso, pero será empujado hacia delante y
no le será permitido detenerse. La voz de Casandra será, sin embargo, potente y clara. Pero él no la oirá pues querrá poseer más cada día y su cabeza se habrá perdido en las fantasías; los que serán sus maestros le engañarán y no tendrá más que malos consejeros.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres por fin habrán abierto sus ojos; ya no estarán encerrados en sus cabezas o en sus ciudades; se verán y se oirán de un lado a otro de la tierra; sabrán que lo que golpea a uno hiere al otro. Los hombres formarán un cuerpo único del que cada uno será una parte ínfima, y juntos construirán el corazón, y habrá una lengua que será hablada por todos y nacerá así, por fin, el gran humano.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá conquistado el cielo; creará estrellas en el gran mar azul sombrío y navegará en esa nave brillante, nuevo Ulises, compañero del sol, hacia la odisea celeste. Pero también será el soberano del agua; habrá construido grandes ciudades náuticas, que se nutrirán de las cosechas del mar; vivirá así en todos los rincones del gran dominio y nada le será prohibido.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres podrán penetrar en las profundidades de las aguas; su cuerpo será nuevo y ellos serán peces, y algunos volarán más altos que los pájaros como si la piedra no cayera. Se  comunicarán entre ellos pues su espíritu estará tan abierto que recogerá todos los mensajes, y los sueños serán compartidos y vivirán tanto tiempo como el más viejo de los hombres, aquel del que hablan los libros sagrados.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá el espíritu de todas las cosas, la piedra o el agua, el cuerpo del animal o la mirada del otro; habrá penetrado los secretos que los dioses antiguos poseían y empujará una puerta tras otra en el laberinto de la vida nueva. Creará con la fuerza con que brota una fuente; enseñara es saber a la multitud de los hombres, y los niños conocerán la tierra y el cielo mejor que nadie antes que ellos. Y el cuerpo del hombre será más grande y más hábil. Y su espíritu habrá abarcado todas las cosas y las habrá poseído.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre ya no será el único soberano, pues la mujer empuñará el cetro; será la gran maestra de los tiempos futuros y lo que piense lo impondrá a los hombres; será la madre de ese año mil que sigue al año mil. Difundirá la dulzura tierna de la madre tras los días del diablo; será la belleza después de la fealdad de los tiempos bárbaros; el año mil que viene después del año mil cambiará en poco tiempo; se amará y se compartirá, se soñará y se dará vida a los sueños.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá un segundo nacimiento; el espíritu se apoderará de las gentes, que comulgarán en fraternidad; entonces se anunciará el fin de los tiempos bárbaros. Será el tiempo de un nuevo vigor de la fe; después de los días negros del inicio del año mil que viene después del año mil, empezarán los días felices; el hombre reconocerá el camino de los hombres y la tierra será ordenada.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los caminos irán de una punta de la tierra y del cielo a la otra; los bosques serán de nuevo frondosos y los desiertos habrán sido irrigados; las aguas habrán vuelto a ser puras. La tierra será un jardín; el hombre velará sobre todo lo que vive; purificará lo que ha contaminado; así sentirá que toda esta tierra es su hogar, y será sabio y pensará en el mañana.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, todos serán como movimientos ordenados, se sabrá todo del mundo y del propio cuerpo; se soñará con la enfermedad antes de que aparezca; todos se curarán así mismos y a los demás. Se habrá entendido que es necesario ayudar para mantenerse, y el hombre, después de los tiempos de cerrazón y de avaricia, abrirá su corazón y su bolsa a los más desposeídos; se sentirá caballero de la orden humana y así por fin un tiempo nuevo empezará.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá aprendido a dar y compartir; los días amargos de la soledad habrán pasado; creerá de nuevo en el espíritu; y los bárbaros habrán adquirido el derecho de ciudadanía. Pero eso vendrá después de las guerras y los incendios; eso surgirá de los escombros ennegrecidos de las torres de Babel. Y habrá sido necesario el puño de hierro para que se ordene el desorden. Y para que el hombre encuentre el buen camino.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre sabrá que todos los seres vivos son portadores de luz y que son criaturas que deben ser respetadas; habrá construido las ciudades nuevas en el cielo, sobre la tierra y sobre el mar. Conservará en la memoria lo que fue y sabrá leer lo que será; ya no tendrá miedo de su propia muerte, pues en su vida habrá
vivido muchas vidas y sabrá que la luz nunca se apagará.

sábado, 8 de marzo de 2014

Lilith la primera mujer de Adán – Antes que Eva, Lilith

y ora... ¿y esta de donde salió?... ¿de otra costilla y de quién?, ¿es algún riñón, cálculo biliar o niña de los ojos o ... ? jaja.. y a propósito, reflexionando, si Eva fué extraida de una costilla de Adan y luego esa costilla fué su mujer y compañera... ¿que "abominable" delito sexual se autoinfringió Adan y cometió ante ese dios creador?... ¡PURAS CHAQUETAS MENTALES! (ah, pero todavia no habia sido creado el dios chaquetero Oannes JAJA!).

..............................



Lilith la primera mujer de Adán – Antes que Eva, Lilith





Antes que Eva, Lilith
Leyendo la Biblia nos enteramos que hay allí escritas dos versiones acerca de la creación del hombre. En el capítulo uno del Génesis, se dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó”. Por lo tanto, la mujer y el varón fueron creados al unísono.
Una segunda versión aparece relatada en el capítulo dos. Aquí se dice que luego de crear Dios a Adán y convencido de que no era bueno que el varón estuviese sólo, creó a los animales y luego, haciendo caer a Adán en un sueño profundo, “de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre”. Esta fue Eva, la del fruto prohibido.
Los cabalistas intentaron muchas interpretaciones para explicar la contradicción entre las dos versiones. Una sugiere que Adán fue creado inicialmente como un andrógino que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda. Luego, Dios lo dividió. Otra interpretación aparece en el Alfabeto de Ben Sirá, midrash del siglo X. Basándose en dicho texto, el mitólogo Robert Graves relata que la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith: “Dios creó a Lilith, la primera mujer, como había creado a Adán, salvo que utilizó inmundicia y sedimento en lugar de polvo puro.
Lilith
Sin embargo, tomando otra fuente, el Yalqut Reubeni, Graves nos aporta otro relato, en el que la información choca con la anterior: “Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de tí? – preguntaba – Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual”. Como Adán permanece intransigente, Lilith invoca el nombre de Dios, quien le da alas.
Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. Invocó el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave
lilith (1)
Ella se aleja, volando, del lado de Adán(de ahí su semejanza con los súcubos) . El se queja al Creador que, condolido por el desamparo del varón, envía a tres ángeles a buscar a Lilith (Senoy, Sansenoy, y Semangelof) .
Luego Lilith tomó residencia en una cueva en las costas de Mar Rojo, donde hasta éstos días se encuentra según la leyenda. Ella acepta a los demonios del mundo como amantes, y desova muchos miles de niños demonio, fue llamada Madre de los Demonios, —esposa de Asmodeus, el Rey de los Demonios.
Ella se niega a volver. Sabe que, por orden de Dios, a su regreso le espera hacerse cargo de todos los niños recién nacidos. Lilith quiere permanecer en el Mar Rojo, región en la que abundaban los demonios lascivos, con los que había dado a luz a varios lilim (demonios bebé). El castigo de Jehová por esta negativa de Lilith a regresar al lado de Adán consistirá en hacer perecer cada día un centenar de esos hijos.
Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumisión a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor infligido, mataría a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte días y los niños por ocho. No solo esto, sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su semen para dar nacimiento a más niños demonio, que reemplazarían a esos asesinados cada día.
Ante la negativa de Lilith de regresar con Adán, Dios decidió dar una nueva compañera a su creación pues proclamo que “No es bueno que el hombre esté solo”; creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al hombre.
En la Biblia también es nombrada Lilith:
Isaias 34:14
«Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilith y en él encontrará descanso». 
Genesis 2:4-25
«Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó». 
Desde ese momento se supone que Lilith roba a los niños de sus cunas, además de robar también el semen de los hombres para crear nuevos demonios, otro dato curioso es que en ese tiempo cuando alguna mujer abandonaba a su marido era llamada hija de Lilith.
Adam, Eva y LILITH (לילית) la primera mujer en el Jardin del Eden

FUENTE

domingo, 31 de marzo de 2013

Extraterrestres, apócrifos varios y los manuscritos del Mar Muerto




Aunque la opinión generalizada es que los textos bíblicos y afines, sobre todo los gnósticos, han de ser interpretados como el reflejo de fuerzas que actúan en el interior del ser humano, al estilo del bien, el mal, el ego y esas cosas,  hay gente que no se da por enterada y va por ahí sacando conclusiones historicistas sobre los mismos.
Quién sabe, puede que aquello de “como es arriba es abajo, como es dentro es fuera” sea un concepto extremadamente literal, más radical y poderoso de lo que se pueda llegar a pensar, quienes lleguen a pensar en ello, claro, y que todo ese asunto de la manifestación de los arquetipos en la materia ilusoria tenga desenlaces imprevisibles…

John Lamb Lash es uno de esos que se dedican a buscar conexiones entre nuestra historia y las complejas cosmogonías gnósticas extraídas de los textos de Nag Hammadi. Y claro, cuando uno se mete en estos berenjenales, lo normal es que surja lo que nadie que no lea tales cosas puede concebir que surja: “compañeros cósmicos”. Esto es, que los manuscritos del mar muerto encierran la historia de cómo unos tipos sin escrúpulos invadieron la Tierra con bastantes malas artes.
Por suerte, también es posible encontrar las claves para librarse de ellos, que es la parte en que la interpretación se vuelve más “al estilo” de las explicaciones convencionales sobre el ego, el bien, el mal y esas cosas, por lo que no entraremos en ello. Al menos, esta vez.
Es lo que tienen los antiguos y sus cosmogonías tan elaboradas y complejas. Y es que parece que la sencilla y simple idea de un cosmos con un dios único y todopoderoso que lo tiene todo controlado de cabo a rabo les resultaba un tanto aburrida.
Las tradiciones más antiguas y herméticas consideran que la Fuente, pura y perfecta, no puede ser la responsable directa de la imperfección. Ésta tiene que deberse a la actividad de agentes intermedios que han perdido, en el proceso de la cosmogénesis, parte de la perfección primera. Estos agentes intermedios eran, en las tradiciones herederas de las culturas que poblaron Mesopotamia hace seis mil años, los diferentes dioses y sus cohortes.
Acudiremos aquí a uno de esos libros que no sabes cómo ni por qué lo tienes hasta que se te ocurre un tema como este que nos ocupa: Apócrifos del Antiguo Testamento, una colaboración entre profesores de la Universidad Complutense de Madrid y el Centro Bíblico Español de Jerusalén.
En su primer tomo, se analiza “un conjunto de obras judías (o, excepcionalmente, judeocristianas) escritas en el período comprendido entre el año 200 a. C. y el 200 d. C , obras pretendidamente inspiradas y referidas, ya sea como autor o como interlocutor, a un personaje del Antiguo Testamento”, pero que no fueron incluidas en el canon bíblico.
El Yahvé hebreo parece, cuando no se le presta mucha atención, un buen intento de monoteísmo. Sin embargo, como su homólogo y antecesor sumerio Enlil, famoso entre los aficionados a las historias de alienígenas gracias a lasobras de Zecharia Sitchin sobre la identidad extraterrestre de los dioses, se muestra más complejo de lo que a muchos les gustaría, con sus cosas buenas pero también malas, estricto a la hora de imponer leyes, firme partidario del gobierno basado en el terror y severo a la hora de castigar a quien no se acoja a su sistema.
Mientras que para los hebreos éste era el dios supremo, hubo otros que consideraron que no daba la talla, que la pirámide debía tener más niveles hacia arriba. Es por ello que muchos acabaron refugiándose en textos alternativos que no fueron incluidos en las versiones canónicas de la Biblia, pero que parecían profundizar más en el asunto de las contradicciones entre el bien y el mal, lejos de un simple ángel caído que la lió parda. Como El libro de Enoc, donde se habla de la lucha entre los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad, y otros libros en los que se describe a multitud de seres intermedios entre Dios y sus criaturas.
En los textos de la tradición hebrea no incluidos en el canon del Antiguo Testamento, los ángeles y demonios tienen un protagonismo enorme. La multiplicación de espíritus buenos y malos se atribuye al influjo de la cultura babilónica, al igual que lo es la serpiente del paraíso como fuerza enemiga de Yahvé.
El nombre de querubines dado a los que guardan el paraíso alude a seres híbridos mesopotámicos, mitad hombres mitad animales, que guardaban los palacios o templos. Los serafines, ángeles con seis alas que se sitúan encima del trono de Yahvé, parecen tener su origen en los dioses protectores que flanqueaban a los reyes de Oriente, y que en un principio se representaban como serpientes. El que uno de estos protectores fuera un rebelde se ajusta a la imagen de la serpiente del Génesis, ese ángel que se rebela contra su superior.
En las tradiciones más antiguas, los ángeles no tienen condición moral. Son buenos cuando ayudan a los humanos, y malos cuando no. Sencillamente, aparecen en la Tierra para llevar a cabo una misión concreta. Esta idea irá cambiando según avanza la tradición y surgen nuevos escritos sobre la misma.
Sin embargo, no parece posible simplificar aquí la existencia de ángeles como la idea de un sistema teológico que reinterpreta a Dios y lo convierte en ser trascendental y fuente primera, siendo necesario así alejarlo de sus criaturas para explicar las imperfecciones del mundo mediante la acción de seres intermedios, al estilo de lo explicado más arriba. Puesto que Dios se seguirá comunicando con su pueblo elegido.
Es decir, tenemos a un dios que cuida directamente a algunos de sus favoritos pero que gobierna al resto de pueblos mediante ángeles. Sencillamente, este dios no cumple con los “exigentes” requisitos de la Fuente, sino que más bien parece tener una graduación superior al resto del reparto y, en ocasiones, delega responsabilidades.
Dios distribuyó los pueblos entre los ángeles y se reservó para sí a Israel. Cada nación tiene su ángel custodio, habiéndose establecido las fronteras en función del número de “hijos de Dios”. Los ángeles velan para que la historia siga su curso fijado en las tablas celestes, por lo que intervienen constantemente en la vida de los humanos. El poder de estos ángeles es tal que pueden cometer actos tales que ciertas naciones se llegan a apartar de Dios.
Los demonios son ángeles rebeldes que se presentan como enemigos de los hombres. A su frente está Satán, Mastema, Beliar… depende del libro. En algún tipo de pacto, éste pide a Dios que no encadene a todos sus espíritus, de forma que logra que una décima parte de sus subordinados anden sueltos por la tierra causando el mal, garantizándoles que no serán castigados hasta el fin de los días.
El origen del mal en la Tierra llega con el descenso de los elohim, “dioses”, la historia del Génesis donde “los hijos de los dioses” bajaron a la Tierra y se unieron a las hijas de los hombres. Por supuesto, la versión oficial es que no eran hijos de los dioses, sino de Dios. El plural era algo así como señal de respeto y reconocimiento de su gran poder.
Pero los apócrifos que narran esta historia parecen mucho más divertidos. Se refieren a ángeles que llegaron al planeta para engendrar hijos de mujeres terrestres, de donde surgió una raza de gigantes, los nephilim.
En otras versiones, esa no era la misión encomendada, sino que venían con una intención más noble, enseñar leyes y justicia. Sin embargo, algunos de ellos, concretamente doscientos, se desmadran al ver a las humanas. El caso es que los príncipes de tal grupo, Semyaza y Azazel, parecen haber desobedecido las órdenes de más arriba, por lo que el asunto acabará con la reclusión y castigo de los insubordinados.
Al contrario de lo que se pretende aparentar con los textos canónicos, los eruditos que escriben sobre los apócrifos veterotestamentarios dicen que
en el mundo de los apócrifos, ángeles y demonios figuran como seres personales;  Satán, Mastema, Beliar, Azazel no son personalización de fuerzas nocivas, sino seres personales malos.
[...] hay una intuición verdadera compartida por otras religiones: que entre Dios y el hombre existen seres personales que dan razón de los males que, por su magnitud y calidad, no pueden derivar del libre albedrío del hombre, pues le superan”.  “[…] en el origen del mal tienen mucho que ver seres y poderes suprahumanos (que, por otra parte, no quitan la libertad del hombre), pero tales seres perversos –llámese Mastema, Beliar, Satán o Sammael—se conciben siempre como criaturas bajo el supremo dominio de un solo principio bueno, Dios.
En este sentido de la realidad de estos seres, los autores también apuntan a la Epístola a los Efesios 6,12:
No es nuestra lucha contra la carne y la sangre [el hombre], sino contra los principados, potestades, contra los poderes mundanales de las tinieblas de este siglo, contra las huestes espirituales de la maldad que andan en las regiones aéreas.
Hasta aquí la historia contada por los textos hebreos, pero no reconocidos por el canon bíblico, donde Yahvé es temido pero todavía respetado como poder supremo o “principio bueno”, aunque, como vemos, las historias apócrifas filtran datos, por algo son apócrifos, que permiten atisbar que la cosa no es tan simple.  Ahora vamos con los gnósticos, la otra parte de la historia.




FUENTE