Los ciudadanos de México se organizan para manifestarse dentro y fuera de la red.
acerca la votación sobre la Ley de Telecomunicaciones en México. La preocupación se ha extendido por redes sociales debido a los cambios que significaría en materia de libertades en Internet, entre ellos:
- Los proveedores de servicios de internet tienen la obligación de retener todos los metadatos de las comunicaciones y deben proveerlos cuando una autoridad competente los solicite –entre ellos, la geolocalización en tiempo real–, sin requerir orden judicial.
- El gobierno tendrá la facultad de cortar las comunicaciones cuando se considere que está en riesgo la seguridad pública o nacional –sí, como en Egipto, por ejemplo–. El juicio es arbitrario, por lo que incluso una manifestación pública podría considerarse "riesgosa" y justificar el bloqueo de señal.
- Se irá contra la neutralidad de la red, al permitir que los proveedores de servicios de Internet den preferencia de ancho de banda a unos sitios sobre otros. Esto es especialmente grave en términos de competencia, ya que una compañía podría privilegiar su servicio al reducir el ancho de banda del competidor.
- Los proveedores podrán bloquear, por petición de las autoridades, el acceso a servicios web, aplicaciones o páginas de Internet. Sí, tal como le pasó a la organización 1DMX y su web de denuncias de abusos policiales.
¿Por qué es urgente la acción? Porque la aprobación de la ley es prácticamente inminente, puesto que el PRI (el partido del presidente Peña Nieto) cuenta con una buena fuerza electoral en el Senado, instancia en la que se discutirá en los próximos días. De superar el Senado, la iniciativa irá a la Cámara de Diputados, donde el PRI (en coalición con sus aliados) podría lograr la aprobación sin ninguna oposición.
La acción
La primera acción de protesta pública ocurrió hace un par de semanas, cuando un contingente de activistas, organizaciones civiles y sociedad en general hizo una marcha pacífica hacia el Senado, bajo el lema de #NoMásPoderAlPoder.
Ahora, los días 21, 22 y 26 de abril se planean acciones coordinadas tanto en redes sociales como en las calles.
- Se ha convocado a una tormenta en redes sociales el lunes 21 con el hashtag #EPNvsInternet, con el fin de difundir los problemas de la Ley de Telecomunicaciones y concienciar a más gente sobre el impacto que tendrá.
- El martes 22 habrá otra marcha rumbo al Senado en la Ciudad de México, la cual partirá desde el Ángel de la Independencia. Se replicarán las manifestaciones en las ciudades de Guadalajara y Monterrey.
- El 26 de abril se formará una cadena humana desde Televisa Chapultepec hasta la residencia oficial de Los Pinos.
¿Por qué participar?
Este no es sólo un texto informativo: es un llamado a la acción. ¿Por qué? Porque es una medida que afecta a todos los mexicanos y que sentaría un precedente muy peligroso para toda América Latina. Es una ley que pone en entredicho la privacidad, la libertad de expresión y los derechos humanos. Es una iniciativa para romper la descentralización del poder y ponerlo al servicio de los gobiernos.
Personalmente, creo que hay otro dos puntos especiales para incidir. Uno es hacer ver a los legisladores que sus acciones tendrán un costo político y la otra es haciendo ruido fuera de México para aumentar la presión internacional sobre Enrique Peña Nieto. Este vídeo, por ejemplo, busca que los medios en habla inglesa volteen hacia México.
Decir que Peña Nieto está contra Internet no es una exageración. Sus repetidos intentos de manipulación de la opinión pública –antes, durante y después de la elección presidencial– son sólo una muestra de su actitud ante la red. Pero la alternativa recae en nosotros: los ciudadanos de Internet. Dentro o fuera de México, debe importarnos defender este espacio común, global.
Lo de esta semana en México no es una protesta más. Organizaciones como la Red en Defensa de los Derechos Digitales ha convocado a marchar al mismo tiempo que ha presentado críticas legales sostenidas al Senado y una propuesta para reformar la legislación. En pocas ocasiones se ha visto una oposición ciudadana tan coordinada, con el apoyo social organizado y atacando por todos los frentes –tanto institucionales como externos–.
Es el momento de mirar la viga en el ojo propio y darnos cuenta que estamos más cerca de un Estado represor de ideas de lo que estamos dispuestos a admitir. Así no seas periodista o activista, te va a afectar también. Acepta ese hecho.
Ésta es una oportunidad de ser críticos con nuestra propia participación ciudadana. Si por algo hay que empezar, que sea por exigir una red abierta, plural, libre y sin censura. Por usar Internet –justamente, eso que defendemos– como una plataforma de contrapeso que rompa la verticalidad de las decisiones políticas y considere más voces, más ideas, más mundos.
Antes de que sea demasiado tarde.
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