Bueno, hay muchos puntos de vista, aqui uno y que no es nuevo, pero viniendo de una autoridad académica, como la UNAM de méxico, es digno de tomarlo en cuenta, para que sigamos armando el rompecabezas.
Para especialistas de la UNAM el próximo año representa sólo el término de un ciclo en el calendario maya
Domingo 02 de enero de 2011
Alberto Morales
El Universal
Especialistas del Centro de Estudios Mayas (CEM) del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFl) de la UNAM aseguraron que no existe alguna profecía maya que señale que en diciembre de 2012 se acabará el mundo ni tampoco que ocurrirá una catástrofe como se ha divulgado en algunas afirmaciones sin sustento científico.
En su calendario, los mayas no describieron una profecía, sino el término de un ciclo de 13 bactunes, equivalentes a cinco mil 125 años, y el inicio de otra etapa, aclaró María del Carmen Valverde Valdés, coordinadora del CEM.
Los mayas tenía una noción circular del tiempo, lo que significa que la historia, en algún momento se repetirá, explicó la historiadora y doctora en estudios mesoamericanos.
Para ellos, cuando se escriben los anales se hace una profecía, pues es una concepción cíclica donde los hechos se repiten; si se habla de sus vaticinios, en realidad se trata de lo que registraron de su propia historia, en una forma de escritura -la del maya yucateco- que es siempre críptica y simbólica.
Ciclos de 13 bactunes
Un bactún es una unidad de tiempo maya equivalente a 144 mil días del calendario occidental; multiplicada por 13 bactunes, esa cifra arroja un ciclo de cinco mil 125 años, que concluirá el 22 de diciembre de 2012.
Entonces, acabará un período y comenzará otro, sin que ningún glifo se refiera al fin del mundo o de la humanidad. No existe nada así en las inscripciones de esa cultura, precisó Tomás Pérez Suárez, también investigador del CEM.
El 22 de diciembre de 2012, en el ciclo calendárico maya, terminará un ciclo de cinco mil 125 años y comenzará uno nuevo, pero en ninguna inscripción se menciona que vaya a ser el fin del mundo, reiteró el arqueólogo.
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