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miércoles, 2 de octubre de 2013

Tormenta de radiación solar menor sacude a la Tierra... sobre la ola de plasma que rozaría a la Tierra hoy

A éstas horas en méxico hora central, 11:47 am del miercoles 2 de octubre, no se ha escuchado nada perturbador o inusual en las noticias sobre radiocomunicaciones satelitales telefonia o similares por la llegada de la gigantesca ola de plasma solar que partió de nuestro sol el pasado domingo.
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Tormenta de radiación solar menor sacude a la Tierra


Los impactos potenciales son interferencias en las comunicaciones de alta frecuencia
Por Anastasia Gubin La Gran Época
Lun, 30 Sep 2013 14:28 +0000



El Centro de Predicción de Clima Espacial alertó hoy a las 5:25 hora UTC de una tormenta de radiación solarafectando parte de la Tierra, informó la Agencia Atmosférica y Oceanográfica (NOAA) de EE.UU.
El comunicado indicó que el flujo integral de proteínas de 10MeV superó el límite normal a las 5:05 hora UTC de hoy, desencadenando una tormenta de radiación solar de claseS1, la menor en la escala en que S5 es el valor extremo.
“Los impactos potenciales son pequeñas interferencias en las comunicaciones de alta frecuencia, sobre todo en las latitudes polares y consecuentes resultados de pérdidas en frecuencias más bajas”, informó NOAA.
En caso de una tormenta de radiación extrema o clase S5, ésta puede ser un peligro inevitable para astronautas que en esos momentos se encuentren en actividad extravehicular, y para los pasajeros y la tripulación de los aviones de alto vuelo o en altas latitudes.
Los satélites pueden quedar inutilizados ya que impactos en su memoria pueden causar la pérdida de control.  A su vez en las regiones polares son frecuentes los apagones completos de comunicaciones de alta frecuencia y errores de posición en la navegación.
Actividad solar
El Centro de Predicción de Clima Espacial continúa informando de una baja actividad solar y no hay indicios que esto cambie en los próximos tres días.
El Sol se encuentra enfrentando el período llamadoMáximo Solar, que se repite cada 11 años, sin embargo, es el más bajo y más tranquilo de los últimos cien años.
Las últimas tormentas de rayos X de magnitud se registraron en octubre 2012, aplazando la fecha en que se invierte la actividad de los polos solares hacia alguna fecha de este año, para comenzar entonces el período que lo llevará al Mínimo Solar.
Pese a esta calma algunas partículas provenientes de eyecciones de masa coronal del Sol alcanzaron la Tierra el día de ayer a baja velocidad, causando leves tormentas geomagnéticas con auroras boreales y australes.
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Les dejo el siguiente sitio abajo para que vean algunas notas relacionadas con la actividad de nuestro Sol:




y lo siguiente:

La NASA instruye sobre como resistir los efectos de la tormenta solar


Desde hace un tiempo la NASA viene preparando
secretamente a sus empleados para una eventual catástrofe planetaria. 
Enterate qué hacer

Miércoles, 21/09/2011 | 08:54 hs


NASA.- Con una amplia difusión entre su personal, por correo electrónico, en su página web, mediante un video en el que habla el Administrador Charles F. Bolden, etcétera, la NASA ha explicado que deben prepararse ante las diferentes emergencias posibles; es decir, tormentas solares, terremotos, etc.Recientemente, en un comunicado poco usual y que ha sorprendido a muchos la NASA ha pedido a todos sus empleados que tanto ellos como sus familiares se preparen para una emergencia. 

Según informa la NASA, están tomando medidas para preparar a sus empleados, pero es la obligación personal de cada uno de ellos el prepararse a nivel personal y a sus familiares para las emergencias. 

Y ahora, la pregunta que debes hacerte es la siguiente, si se produce una emergencia, ¿estás preparado? 

Para empezar, ten en cuenta las pautas básicas siguientes: 

Aléjate más de 240 kilómetros (150 millas) de cualquier zona costera. 

Múdate a una altitud de al menos 180 metros (600 pies) por encima del nivel del mar. 

Aléjate de cualquier volcán y supervolcán del noroeste de los Estados Unidos. 

Igualmente de volcanes que hayan tenido actividad volcánica durante los últimos 100 años. 

Aléjate de cualquier zona de fallas/sísmica/avalanchas del centro de los Estados Unidos. 

Aléjate de embalses y presas que puedan romperse. 

La zona de la Caldera de New Madrid y el Valle del río Mississippi hasta el lago Michigan quedarán cubiertas de fango y arrastradas para crear un golfo interior a los Grandes Lagos. 

Aléjate de altitudes demasiado elevadas debido a las fluctuaciones magnetosféricas y atmosféricas a la exposición de radiación solar. 

Es  más seguro estar en altitudes menores para protegerse de la radiación solar. 

Aléjate de las zonas densamente pobladas donde se producirán saqueos y reinará el caos. 

Únete a grupos de supervivencia con personas que piensen como tú. 

Acopia elementos de supervivencia

http://www.elintransigente.com/notas/2011/9/21/instruye-sobre-resistir-efectos-tormenta-solar-103145.asp.



Qué hacer en caso de tormenta solar? 



Fuente: Paper Blog - Revista Ciencia

Un informe extraordinario financiado por la NASA y publicado hace menos de un año por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS), advierte de las terribles consecuencias que podría tener para nuestra civilización la llegada de una tormenta solar a la Tierra. Y resulta que, según el citado informe, son precisamente las sociedades occidentales las que, durante las últimas décadas, han sembrado sin quererlo la semilla de su propia destrucción. «Nos estamos acercando cada vez más hasta el borde de un posible desastre», asegura Daniel Baker, un experto en clima espacial de la Universidad de Colorado en Boulder y jefe del comité de la NASA que ha elaborado el informe.

¿Qué signos nos avisarían?

El cielo, de repente, aparece adornado con un gran manto de luces brillantes que oscilan como banderas al viento. Da igual que no estemos cerca del Polo Norte, donde las auroras suelen ser comunes. Podría tratarse perfectamente de Nueva York, Madrid o Pekín.

Uno de los efectos secundarios de una tormenta así podrían ser auroras más cerca de los trópicos. Pasados unos segundos, las bombillas empiezan a parpadear, como si estuvieran a punto de fallar. Después, por un breve instante, brillan con una intensidad inusitada… y se apagan para siempre.


¿Qué instrumentos existen hoy para predecir y observar al Sol?


La NASA lanzó en febrero del 2010 desde Florida el Observatorio de Dinámica Solar (Solar Dynamics Observatory, SDO), una sonda que emprenderá «una misión sin precedentes» para proporcionar a los científicos los datos más extraordinarios y desconocidos sobre el comportamiento del Sol. Durante cinco años, la sonda, equipada con unos extraordinarios telescopios, rastreará de forma incansable las manchas y llamaradas solares. Su objetivo final es desentrañar, entre otros misterios, cómo el campo magnético de nuestra estrella afecta al resto de nuestro sistema solar.


¿Tenemos un sistema de alertas que nos avise a tiempo? 

Los expertos de la NASA opinan que no. Actualmente, las mejores indicaciones de una tormenta solar en camino proceden del satélite ACE (Advanced Composition Explorer). La nave, lanzada en 1997, sigue una órbita solar que la mantiene siempre entre el Sol y la Tierra. Lo que significa que puede enviar (y envía) continuamente datos sobre la dirección y la velocidad de los vientos solares y otras emisiones de partículas cargadas que tengan como objetivo nuestro planeta.

ACE, pues, podría avisarnos de la inminente llegada de un chorro de plasma como el de 1859 con un adelanto de entre 15 y 45 minutos. Y en teoría, 15 minutos es el tiempo que necesita una compañía eléctrica para prepararse ante una situación de emergencia. Sin embargo, el estudio de los datos obtenidos durante el evento Carrington muestran que la eyección de masa coronal de 1859 tardó bastante menos de 15 minutos en recorrer la distancia que hay desde el ACE hasta la Tierra.


¿Según las previsiones científicas, cuándo se espera que ocurra?


Según el informe, podría ocurrir mucho antes de lo que nadie imagina. La «tormenta solar perfecta», de hecho, podría tener lugar durante la primavera o el otoño de un año con alta actividad solar. Y es precisamente en esos periodos, cerca de los equinoccios, cuando serían más dañinas para nosotros, ya que es entonces cuando la orientación del campo magnético terrestre (el escudo que nos proteje de los vientos solares), es más vulnerable a los bombardeos de plasma solar.


¿Qué consecuencias tendría?


Un reporte de la NASA, “Severe Space Weather Events—Societal and Economic Impacts”, indica que tanto los sistemas eléctricos, la navegación GPS, el transporte áerero, los sistemas financieros y las comunicaciones de emergencia por radio serían interrumpidos. El informe subraya la existencia de dos grandes problemas de fondo: El primero es que las modernas redes eléctricas, diseñadas para operar a voltajes muy altos sobre áreas geográficas muy extensas, resultan especialmente vulnerables a esta clase de tormentas procedentes del Sol. El segundo problema es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestras vidas, como suministro de agua, tratamiento de aguas residuales, transporte de alimentos y mercancías, mercados financieros, red de telecomunicaciones… Muchos aspectos cruciales de nuestra existencia dependen de que no falle el suministro de energía eléctrica.

Ni agua ni transporte: irónicamente, y justo al revés de lo que sucede con la mayor parte de los desastres naturales, éste afectaría mucho más a las sociedades más ricas y tecnológicas, y mucho menos a las que se encuentran en vías de desarrollo. Lo primero que escasearía sería el agua potable. Las personas que vivieran en un apartamento alto serían las primeras en quedarse sin agua, ya que no funcionarían las bombas encargadas de impulsarla a los pisos superiores de los edificios. Todos los demás tardarían un día en quedarse sin agua, ya que sin electricidad, una vez se consumiera la de las tuberías, sería imposible bombearla desde pantanos y depósitos. También dejaría de haber transporte eléctrico. Ni trenes, ni metro, lo que dejaría inmovilizadas a millones de personas, y estrangularía una de las principales vías de suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.

Los grandes hospitales, con sus generadores, podrían seguir dando servicio durante cerca de 72 horas. Después de eso, adiós a la medicina moderna. Y la situación, además, no mejoraría durante meses, quizás años enteros, ya que los transformadores quemados no pueden ser reparados, sólo sustituidos por otros nuevos. Y el número de transformadores de reserva es muy limitado, así como los equipos especializados que se encargan de instalarlos, una tarea que lleva cerca de una semana de trabajo intensivo. Una vez agotados, habría que fabricar todos los demás, y el actual proceso de fabricación de un transformador eléctrico dura casi un año completo.

El informe calcula que lo mismo sucedería con los oleoductos de gas natural y combustible, que necesitan energía eléctrica para funcionar. Y en cuanto a las centrales de carbón, quemarían sus reservas de combustible en menos de treinta días. Unas reservas que, al estar paralizado el transporte por la falta de combustible, no podrían ser sustituidas. Y tampoco las centrales nucleares serían una solución, ya que están programadas para desconectarse automáticamente en cuanto se produzca una avería importante el las redes eléctricas y no volver a funcionar hasta que la electricidad se restablezca.

Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días. Entre las primeras víctimas, todas aquellas personas cuya vida dependa de un tratamiento médico o del suministro regular de sustancias como la insulina.


¿Existen precedentes?

Nuestras redes eléctricas no están diseñadas para resistir esta clase de súbitas embestidas energéticas. Y que a nadie le quepa duda de que esas embestidas se producen con cierta regularidad. Desde que somos capaces de realizar medidas, la peor tormenta solar de todos los tiempos se produjo el 2 de septiembre de 1859. Conocida como «El evento Carrington», por el astrónomo británico que lo midió, causó el colapso de las mayores redes mundiales de telégrafos. Se sucedieron 9 días de severo clima espacial; auroras fueron vistas hasta en latitudes ecuatoriales; el evento fue descrito como “ la primera vez en la que el hombre comprobó que no estaba solo en el universo” y como “el nacimiento de la astronomía moderna”. En aquella época, la energía eléctrica apenas si empezaba a utilizarse, por lo que los efectos de la tormenta casi no afectaron a la vida de los ciudadanos. Pero resultan inimaginables los daños que podrían producirse en nuestra forma de vida si un hecho así sucediera en la actualidad. De hecho, y según el análisis de la NASA, millones de personas en todo el mundo no lograrían sobrevivir. En ese entonces fue solamente un espertáculo transceleste inigualable, o una experiencia mística para los observadores, hoy en día con nuestro andamiaje eléctrico esto podría ser una tragedia.

¿Qué podemos hacer en caso de que ocurriese algo así?


Es importante plantearse varios escenarios teniendo en cuenta que es posible que no haya electricidad. Si no hay electricidad no habrá luz, ni calefacción, ni gas, ni comunicaciones, ni electricidad para electrodomésticos y aparatos varios, no habrá agua ni comida. A partir de aquí, hay que plantearse la necesidad de adquirir comida y agua para poder sobrevivir, al menos, durante el tiempo que se restablezca el orden.


Recomendaciones:

1.- Estar al tanto de lo que ocurre con la actividad solar (Space Weather & Space Weather Prediction Center).

2.- Guardar comida en lata o conservas que caduque de 2 a 3 años vista, para varios meses hasta que se reestablezca el orden.

3.- Localizar agua potable o no, encontrar sistemas para purificarla. Otra manera es poder guardar el agua de lluvia en bidones, sobretodo si se vive fuera de la ciudad.

4.- Buscar sistemas de energía alternativos (solar, eólica, magnética, butano, etc.).

5.- Tener presente que las ciudades serán un caos, y por tanto será necesario salir de ellas e identificar lugares en el campo donde haya agricultura y agua para acudir y alojarse.

6.- Tener medios de transporte como bicicletas para poderse mover si no funcionan los coches.

7.- Investigar cómo proteger los aparatos eléctricos importantes y útiles creando cajas de Faraday bajo tierra, para cuando pase la tormenta.

8.- Equiparse con material de supervivencia básico.
http://www.masa-critica.com/2011/06/que-hacer-en-caso-de-tormenta-solar.html


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