26 de diciembre de 2012
A diferencia de otros colegas centrados tan solo en los fenómenos aéreos desconocidos, Corrales, transita también por otras vías, no menos apasionantes, y que hasta lo llevan a emparentarse con este blog, al abordar en una de sus miradas los misterios subterráneos.
Atienda el lector!
El período de receso vino – curiosamente – cuando salió el largometraje de “Encuentros en tercera fase” de Steven Spielberg, que siempre será para mí la película definitiva sobre el fenómeno ovni (sin elucubraciones sobre los marcianos que salen al final – después de todo, es se trata de una obra de ciencia-ficción). De repente, todo el mundo hablaba de ovnis, todo el mundo se pronunciaba experto, todo el mundo los había visto. Sucedió, dentro de los límites de la comunicación en aquel momento, que era 1978, justo lo que pasa ahora en internet: saturación, masificación y desconfianza en la información recibida. Se notaba asimismo una desvitalización del tema en la prensa ovni – el cine del momento (Star Wars, por ejemplo) aparecía entre los artículos y hasta se notaban las ganas de denominar a los seres tipo Bigfoot (los yetis o piegrande) como “wookies” al estilo del famoso personaje de la obra de George Lucas.
Con el paso del tiempo ese interés menguó hasta no ser más que un recuerdo. Durante mi etapa de educación secundaria y mis años universitarios no volví a pensar en el tema – y coincidió con la merma a nivel mundial de casos ovnis. No fue sino hasta fines de los ’80 que volví a interesarme en el tema por los casos que comenzaban a darse en EEUU en aquel momento (el “hombre cabra” de Carolina del Norte, la oleada ovni de Wyethville, Virginia, etc.). Nunca pensé en participar activamente en el tema hasta que descubrí – gracias al libro “Dimensions” de Jacques Vallée – que las obras de Salvador Freixedo seguían sin traducir al inglés, y enseguida puse manos a la obra. Eso habría sido en 1989-1990.
Pues para aquellos tiempos ya había publicado mis primeros artículos en FATE, California UFO y UFO Universe, y la traducción de “Visionarios, místicos y contactos extraterrestres” de Freixedo por fin había aparecido en su versión inglesa, gracias al fallecido editor Ron Bonds de Illuminet Press, que se interesaba siempre en las obras de difusión limitada. Si me permites ampliar sobre esto un momento, estos esfuerzos disfrutaron de la gran bondad de investigadores y escritores que se interesaron en mis proyectos, como el Dr. Berthold E. Schwarz y el profesor P.M.H. Edwards, que ya veían los cambios negativos y sensacionales que se avecinaban: la obsesión malsana por Roswell, la mezcla de paranoia conspirativa con los ovnis, etc.
El investigador Stan Gordon tenía un grupo de investigadores de lo paranormal llamado PASU (Pennsylvania Association for the Study of the Unexplained) y recibía boletines y cartas de otros países como parte del intercambio informativo que venía dándose desde los ’70. Se me ocurrió usar este material para crear “Samizdat” y circularlo entre los miembros de la organización, que no se beneficiaban del material por la barrera lingüística. El boletín aumentó con artículos propios, observaciones de otros investigadores, etc. y acabó siendo distribuido por la librería Arcturus Books de Bob y Monica Girard, llegando a las manos de un número considerable de lectores. Pero, ¿sabes lo que pasó? La llegada de internet. La gente se quejaba de que “la información era vieja” para cuando les llegaba el ejemplar, y ese afán de velocidad instantánea en la información es uno de los vicios que aqueja al quehacer ovni/paranormal desde 1993. Así que desapareció “Samizdat”, con mucha tristeza, y apareció Inexplicata con la intención de ser un cuaderno que no proporcionaba información inmediata, sino los trabajos más extensos de autores del ámbito ovnilógico hispanoparlante (o hispanoescribiente, en este caso) o autores ingleses y estadounidenses que hubiesen escrito algo al momento sobre asuntos parecidos, como George C. Andrews y Linda Moulton-Howe.
Mantuvimos esa trayectoria hasta que el afán de velocidad nos pescó de nuevo, y fue necesario prescindir de la versión impresa que podía obtenerse a través de Arcturus Books y crear una web, que desaparecería en el 2005 para dar lugar al blog que existe hasta el momento.
Se te considera un gran recolector de historias clásicas dentro del folklore ufológico, complementado por tus traducciones de autores esenciales como Jacques Vallée y John Keel, entre otros, ¿te identifica esta definición, o sentís, limita en cuanto a tus verdaderos intereses en el tema?
Actualmente la ufología parece estar atravesando un período crítico, donde el enigma continúa activo, sin grandes cambios que ayuden a su resolución. Aunque el acceso a herramientas tecnológicas es mayor en estos días, más que en ninguna otra época de la humanidad, contándose con datos instantáneos potenciados por la llegada de Internet, no se observan nuevas corrientes que ayuden a reemplazar los viejos postulados enunciados hace más de cuarenta años, sobre el comportamiento fenomenológico ovni, aún vigentes en esta época. Al parecer las nuevas generaciones de investigadores ufo, se revelan incapaces de dar un salto mayor que los aportados por sus predecesores, revelándose incluso menos intelectuales en sus deducciones ¿Coincidís?
Creo que uno de los problemas que adolece a los interesados más jóvenes es haber crecido en un momento en que se daba por establecido que los ovnis equivalen a naves extraterrestres que vienen a nuestro mundo con una variedad de fines en mente, ya sean salvíficos o para usarnos como materia prima. El afán por salir en los medios y “ser” – porque ya sabes, ¡para ser verdadero hay que salir en la tele! – en los ojos de amigos y familiares es un problema que veo en EEUU, no sé si será igual allá. También veo un apego por el escepticismo y la negación, o utilizar la fenomenología como material para diversas burlas. La culpa, en mi opinión, reside en la mediatización de lo paranormal, reduciendo lo que debería ser material de lectura y estudio a mero entretenimiento para las masas (Ancient Aliens, Finding Bigfoot, etc.) y un foro para la vanidad de los involucrados.
Así como los investigadores actuales parecen estar estancados en cuanto a generar otras alternativas de estudios sobre ufología, la vieja camada tampoco parece captar el pulso de este nuevo milenio. Un caso testigo lo constituye Jacques Vallée, quién en el 2010 declaró que los “Círculos de las Cosechas son productos ensayos militares que utilizan haz de microondas controladas por armas láser”, lo cual a mi entender no resuelve por completo el enigma de los Agroglifos ¿Qué opinión te merece esta afirmación?
La desclasificación de los expedientes ovnis en la última década, supone un intento de los gobiernos en descomprimir el desconcierto social, que el tema sigue generando en la población. Y aunque muchas potencias mundiales adhirieron a ese reclamo, permitiendo la liberación de sus archivos, Estados Unidos, sigue sin pronunciarse en la materia ¿Por qué crees los norteamericanos se niegan a dar ese paso?
Creo que con esta afirmación ya me he ganado varios enemigos, pero me parece que si existe algún motivo por el que los gobiernos no quieren dar a conocer “la verdad” es que dicho acto significaría afirmar que estamos a la merced de algo que entra y sale de nuestra realidad desde siempre, que sigue sus propias reglas, y lo ha hecho desde antes de que los australopitecos descubriesen el fuego. Ningún gobierno quiere admitir a sus ciudadanos que no hay forma de defenderlos contra esto. Somos una civilización mundial tecnificada y materialista. Las afirmaciones sobre la realidad de los jinas, los ultraterrestres, etc. no se toman con mucha seriedad.
Aunque Ufología y Criptozoología parecen ocupar un lugar de honor dentro de tus estudios, destaco un tema que de vez en cuando soles abordar en tus escritos, y el cual me identifica en lo personal. Me refiero a tus artículos sobre leyendas subterráneas. Contame como nace este interés.
Pregunta final y obligada ¿Qué le recomienda Scott Corrales, a todos aquellos que se inician en este camino?
Scott Corrales
A tus órdenes siempre, Debbie. Espero que esta entrevista sea de interés para tus lectores.
Scott Corrales
Inexplicata
Entrevista Exclusiva
Débora Goldstern©
Inexplicata
Entrevista Exclusiva
Débora Goldstern©
Scott Corrales |
Hoy acercamos al lector de Crónica Subterránea, una de las voces más autorizadas en materia ufológica, y siendo quizás una de las referencias obligadas, para introducirse en sus enigmas.
Denominado como una verdadera enciclopedia viviente, Scott Corrales, que aunque nacido en USA, se mueve cómodamente en mundo hispanoparlante, con el correr de los años se ha forjado reputación como investigador metódico y detallista, siendo además fiel representante de una camada de estudiosos actualmente casi en extinción.
A diferencia de otros colegas centrados tan solo en los fenómenos aéreos desconocidos, Corrales, transita también por otras vías, no menos apasionantes, y que hasta lo llevan a emparentarse con este blog, al abordar en una de sus miradas los misterios subterráneos.
Es por eso que elegimos a Scott Corrales como cierre 2012 de nuestros reportajes, coronado un año pródigo en cuanto a personalidades notables que cedieron su palabras a Crónica Subterránea, y formando parte de un balance cuyo saldo esperamos se juzgue, más que positivo, en aprendizaje.
Una pregunta inicial diría: ¿cuál fue la causa para que un aplicado estudiante especializado en actividades militares y política exterior, se interesara en la ufología?
¡Buena pregunta! Mi interés por el tema se remonta a la infancia – a la tierna edad de los seis o siete años cuando leí un artículo en la desaparecida revista infantil Strong que ostentaba el título “¿Existen los platillos voladores?” y si mal no recuerdo, abordaba el caso del “viaje interrumpido” de Betty y Barney Hill. Poco después aparecería la revista DUDA en los quioscos y esa fue mi educación sobre los misterios, puesto que DUDA abordaba no sólo ovnis, sino una amplia gama de enigmas. Con el paso del tiempo, la Editorial Posada publicaría libros propios de misterio y traducciones de las obras de Frank Edwards, ¡y a un precio asequible para el bolsillo de un estudiante de primaria! Mis padres nunca me vedaron dichas lecturas y hasta el día de hoy te puedo encontrar referencias exactas en las páginas de esas ediciones, de las que aún conservo algunas.
Durante los inicios de la década del 70’, estuviste muy involucrado en la recolección de datos e investigación del fenómeno ufo, aunque luego entrarías en un período de receso, reconectándote con el tema recién en los 90’ ¿Qué recuerdos conservás de aquellos años, y como se produce tu vuelta al medio?
Esa fue la época de seguir leyendo y transcribiendo (por ejemplo, grabaciones prestadas de programas ovnis cuyos dueños no podían darme copias, y acababan en largas transcripciones en pluma y papel) cualquier dato sobre el fenómeno. Por suerte la prensa paranormal estaba muy activa en aquel momento, y el intercambio de “samizdats” permitía conocer casos regionales y locales. Te confieso que echo de menos esa etapa, porque los interesados en el tema creaban boletines fotocopiados, a veces escritos con tinta mimeográfica y penosamente mecanografiados. A veces caían en mis manos verdaderas joyas para mí en aquel momento, como ejemplares de “Lumieres dans la nuit” o “Flying Saucer Review”, y claro, lo que podía comprar en los quioscos de aquel momento.
El período de receso vino – curiosamente – cuando salió el largometraje de “Encuentros en tercera fase” de Steven Spielberg, que siempre será para mí la película definitiva sobre el fenómeno ovni (sin elucubraciones sobre los marcianos que salen al final – después de todo, es se trata de una obra de ciencia-ficción). De repente, todo el mundo hablaba de ovnis, todo el mundo se pronunciaba experto, todo el mundo los había visto. Sucedió, dentro de los límites de la comunicación en aquel momento, que era 1978, justo lo que pasa ahora en internet: saturación, masificación y desconfianza en la información recibida. Se notaba asimismo una desvitalización del tema en la prensa ovni – el cine del momento (Star Wars, por ejemplo) aparecía entre los artículos y hasta se notaban las ganas de denominar a los seres tipo Bigfoot (los yetis o piegrande) como “wookies” al estilo del famoso personaje de la obra de George Lucas.
Con el paso del tiempo ese interés menguó hasta no ser más que un recuerdo. Durante mi etapa de educación secundaria y mis años universitarios no volví a pensar en el tema – y coincidió con la merma a nivel mundial de casos ovnis. No fue sino hasta fines de los ’80 que volví a interesarme en el tema por los casos que comenzaban a darse en EEUU en aquel momento (el “hombre cabra” de Carolina del Norte, la oleada ovni de Wyethville, Virginia, etc.). Nunca pensé en participar activamente en el tema hasta que descubrí – gracias al libro “Dimensions” de Jacques Vallée – que las obras de Salvador Freixedo seguían sin traducir al inglés, y enseguida puse manos a la obra. Eso habría sido en 1989-1990.
Hablemos de tus publicaciones. En 1992 fundaste SAMIZDAT, boletín orientado a informar a los lectores de USA, sobre casos ocurridos en el ámbito hispanoparlante, que tenía como punto neurálgico, las actividades del famoso Chupacabras. Cinco años después nace INEXPLICATA, revista donde suelen participar algunos de los investigadores más prestigiosos, que más tarde sería acompañada por el cuaderno Arcana Mundi ¿Cómo se desarrolló todo aquel proceso?
Pues para aquellos tiempos ya había publicado mis primeros artículos en FATE, California UFO y UFO Universe, y la traducción de “Visionarios, místicos y contactos extraterrestres” de Freixedo por fin había aparecido en su versión inglesa, gracias al fallecido editor Ron Bonds de Illuminet Press, que se interesaba siempre en las obras de difusión limitada. Si me permites ampliar sobre esto un momento, estos esfuerzos disfrutaron de la gran bondad de investigadores y escritores que se interesaron en mis proyectos, como el Dr. Berthold E. Schwarz y el profesor P.M.H. Edwards, que ya veían los cambios negativos y sensacionales que se avecinaban: la obsesión malsana por Roswell, la mezcla de paranoia conspirativa con los ovnis, etc.
El investigador Stan Gordon tenía un grupo de investigadores de lo paranormal llamado PASU (Pennsylvania Association for the Study of the Unexplained) y recibía boletines y cartas de otros países como parte del intercambio informativo que venía dándose desde los ’70. Se me ocurrió usar este material para crear “Samizdat” y circularlo entre los miembros de la organización, que no se beneficiaban del material por la barrera lingüística. El boletín aumentó con artículos propios, observaciones de otros investigadores, etc. y acabó siendo distribuido por la librería Arcturus Books de Bob y Monica Girard, llegando a las manos de un número considerable de lectores. Pero, ¿sabes lo que pasó? La llegada de internet. La gente se quejaba de que “la información era vieja” para cuando les llegaba el ejemplar, y ese afán de velocidad instantánea en la información es uno de los vicios que aqueja al quehacer ovni/paranormal desde 1993. Así que desapareció “Samizdat”, con mucha tristeza, y apareció Inexplicata con la intención de ser un cuaderno que no proporcionaba información inmediata, sino los trabajos más extensos de autores del ámbito ovnilógico hispanoparlante (o hispanoescribiente, en este caso) o autores ingleses y estadounidenses que hubiesen escrito algo al momento sobre asuntos parecidos, como George C. Andrews y Linda Moulton-Howe.
Mantuvimos esa trayectoria hasta que el afán de velocidad nos pescó de nuevo, y fue necesario prescindir de la versión impresa que podía obtenerse a través de Arcturus Books y crear una web, que desaparecería en el 2005 para dar lugar al blog que existe hasta el momento.
Se te considera un gran recolector de historias clásicas dentro del folklore ufológico, complementado por tus traducciones de autores esenciales como Jacques Vallée y John Keel, entre otros, ¿te identifica esta definición, o sentís, limita en cuanto a tus verdaderos intereses en el tema?
Existe un problema lingüístico con los términos “researcher” e “investigator” en inglés. El primero realiza investigaciones documentales (o de gabinete, si se quiere) y el segundo realiza investigaciones de campo. Ambas vertientes tienen la misma honra y mérito, pero en español el “investigador” suele ser el Indiana Jones, mientras que se tiene menos estima por lo otro. Me considero escritor – ni ufólogo, ni ovnílogo, ni nada – y escribo o investigo lo que me interese. De hecho, uno de mis escritos favoritos fue uno sobre el uso de la magia en la época de las cruzadas, que no tiene nada que ver con ovnis. Opino que todo este trabajo que se ha realizado en las últimas décadas será de beneficio para generaciones futuras – nadie podrá llegar a “la verdad” en este momento (si es que existe tal cosa) ni recibir la nominación de “Nobel en ufología” ni nada por el estilo. Todo este trabajo hay que conservarlo y pasarlo a las generaciones venideras, que tal vez tengan los medios o la suerte de llegar al fondo de la cuestión. Me atrevo a vaticinar que no tendrá nada que ver con visitantes de otros planetas, dando la razón a muchos escritores e interesados en el tema que han apostado por el origen interdimensional o ultraterrenal del fenómeno.
Actualmente la ufología parece estar atravesando un período crítico, donde el enigma continúa activo, sin grandes cambios que ayuden a su resolución. Aunque el acceso a herramientas tecnológicas es mayor en estos días, más que en ninguna otra época de la humanidad, contándose con datos instantáneos potenciados por la llegada de Internet, no se observan nuevas corrientes que ayuden a reemplazar los viejos postulados enunciados hace más de cuarenta años, sobre el comportamiento fenomenológico ovni, aún vigentes en esta época. Al parecer las nuevas generaciones de investigadores ufo, se revelan incapaces de dar un salto mayor que los aportados por sus predecesores, revelándose incluso menos intelectuales en sus deducciones ¿Coincidís?
Creo que uno de los problemas que adolece a los interesados más jóvenes es haber crecido en un momento en que se daba por establecido que los ovnis equivalen a naves extraterrestres que vienen a nuestro mundo con una variedad de fines en mente, ya sean salvíficos o para usarnos como materia prima. El afán por salir en los medios y “ser” – porque ya sabes, ¡para ser verdadero hay que salir en la tele! – en los ojos de amigos y familiares es un problema que veo en EEUU, no sé si será igual allá. También veo un apego por el escepticismo y la negación, o utilizar la fenomenología como material para diversas burlas. La culpa, en mi opinión, reside en la mediatización de lo paranormal, reduciendo lo que debería ser material de lectura y estudio a mero entretenimiento para las masas (Ancient Aliens, Finding Bigfoot, etc.) y un foro para la vanidad de los involucrados.
Así como los investigadores actuales parecen estar estancados en cuanto a generar otras alternativas de estudios sobre ufología, la vieja camada tampoco parece captar el pulso de este nuevo milenio. Un caso testigo lo constituye Jacques Vallée, quién en el 2010 declaró que los “Círculos de las Cosechas son productos ensayos militares que utilizan haz de microondas controladas por armas láser”, lo cual a mi entender no resuelve por completo el enigma de los Agroglifos ¿Qué opinión te merece esta afirmación?
Me reservo mis comentarios sobre los agroglifos, agregando que el anverso a lo afirmado por Vallée sería: “son manifestaciones del espíritu benigno de la Madre Tierra, de los elementales, de los buenos hermanos del cosmos…compra mi libro y mi DVD”.
La desclasificación de los expedientes ovnis en la última década, supone un intento de los gobiernos en descomprimir el desconcierto social, que el tema sigue generando en la población. Y aunque muchas potencias mundiales adhirieron a ese reclamo, permitiendo la liberación de sus archivos, Estados Unidos, sigue sin pronunciarse en la materia ¿Por qué crees los norteamericanos se niegan a dar ese paso?
Tuvimos la liberación controlada del Proyecto Libro Azul en 1968 y la de los archivos ovni de la CIA en 1977, y el hacerlo no resolvió nada. El informe GAO sobre Roswell fue satisfactorio para los no creyentes y una fuente de cólera para los que esperaban el espaldarazo a la hipótesis extraterrestre. Supongo que hay más archivos que dar a conocer, los de la NSA, la DIA, NRO y otras agencias, pero dudo que salgan a la luz porque implicaría dar a conocer la forma en que se obtuvo la información. Pero volvemos a lo mismo: ¿de qué sirven estas desclasificaciones, si lo que se espera es la afirmación rotunda e inequívoca de la existencia de los extraterrestres, cuando no puede hacerse tal cosa? Tendremos más casos de luces en el cielo, más casos de interceptores y pilotos, y el perro sigue persiguiendo su cola.
Creo que con esta afirmación ya me he ganado varios enemigos, pero me parece que si existe algún motivo por el que los gobiernos no quieren dar a conocer “la verdad” es que dicho acto significaría afirmar que estamos a la merced de algo que entra y sale de nuestra realidad desde siempre, que sigue sus propias reglas, y lo ha hecho desde antes de que los australopitecos descubriesen el fuego. Ningún gobierno quiere admitir a sus ciudadanos que no hay forma de defenderlos contra esto. Somos una civilización mundial tecnificada y materialista. Las afirmaciones sobre la realidad de los jinas, los ultraterrestres, etc. no se toman con mucha seriedad.
Además de tus incursiones ufológicas llevas adelante una tarea en el campo de la Criptozoología, labor, que te valiera el reconocimiento de tus pares españoles en el área, quiénes te concedieran el “Premio Kraken 2010”, dentro de la categoría mejor investigador latinoamericano ¿Qué sentiste al ser galardonado por tus colegas europeos?
Creo que el reconocimiento se lo merece la calidad de la información que hemos podido aportar – tanto en inglés como en español – a un público que merece saber más, o conocer todos los ángulos de la cuestión, y no sólo limitarse a lo que sale por la televisión o en los congresos. Lo que me halaga es haber podido hacer llegar a tanta gente, y en tantos países, información que debe servir para complementar lo que han visto en los medios, para así formar un juicio cabal sobre el tema. No olvides que la información en sí ha sido marginada en EE.UU. por provenir “del sur de la frontera”, pero los que han sabido superar eso, los amigos de Inexplicata, como les digo yo, eso nos han llevado al más de millón de lecturas el año pasado. No me imagino mejor premio.
En su obra clásica, “Guía Completa de los Seres Misteriosos”, John Keel, hace un repaso por los casos criptozoológicos más conocidos, dedicándole un capítulo muy especial a los enigmas de Bigfoot. La tesis esgrimida por Keel sobre estas apariciones inexplicables, establece que para comprender las mismas, es necesario buscar una asociación dentro del ámbito paranormal, que incluye dentro de sus ramificaciones al fenómeno ovni. Si tomamos el caso del Bigfoot, ¿es posible buscar una explicación alternativa a la establecida por Keel, o, necesariamente debemos enmarcar su realidad dentro de esta posición?
Uno de los campos más controvertidos de la investigación paranormal lo es precisamente el de Bigfoot. Los creyentes en la explicación paranormal de estos seres, entre los cuales me incluyo, somos pocos, si acaso poquísimos. En cuanto a lo demás, se produce una separación social interesante: los científicos y antropólogos interesados en Bigfoot ocupan una categoría, mientras que los cazadores, montañeses y “hombres de a pie” ocupan la otra, interesados en comprobar la existencia física de la criatura, cazándola para poner su cabeza sobre el hogar de la casa y recibiendo los parabienes de sus amigos por haber matado al “supermono”. Es una guerra sin cuartel. Si eres cazador, menosprecias a los científicos, y si eres científico, deploras la falta de luces de los que se meten al bosque. Hay que hacer un paréntesis para mencionar a Colm Kellher, el científico cuyo grupo investigativo en el “Rancho Trotapieles” (Skinwalker Ranch) de Utah llegó a ver seres peludos entrando y saliendo de una luz que parecía llevar a otra realidad o nivel de existencia. En los ’70 muchos estudiosos no titubearon a la hora de afirmar que estos seres eran parafísicos, pero sus voces han desaparecido de la conversación.
Aunque Ufología y Criptozoología parecen ocupar un lugar de honor dentro de tus estudios, destaco un tema que de vez en cuando soles abordar en tus escritos, y el cual me identifica en lo personal. Me refiero a tus artículos sobre leyendas subterráneas. Contame como nace este interés.
¡Desde siempre, ja,ja! No olvides que también soy un entusiasta a ultranza de la ciencia-ficción y la fantasía heróica, cuyas novelas incluyen los mundos subterráneos desde las primeras pulpas que se publicaron en los ’30 – Tarzán, que iba al mundo subterráneo de Pelúcidar, por ejemplo y ’40. Las novelas de Doc Savage y más directamente, las experiencias oníricas o fantasiosas de Richard Shaver con los “teros” y “deros” el mundo subterráneo siempre me interesaron. Y comenzando por la ficción se llega a la realidad. El interés del comandante estadounidense Simms, por ejemplo, en plantar la bandera norteamericana en “los mundos interiores” a comienzos del siglo XIX; las leyendas sobre el californiano monte Shasta y su cultura subterránea, cuyos habitantes supuestamente bajaban a hacer trueque en las aldeas locales…todas las culturas nos hablan de mundos intraterrenos, humanos y no-humanos. La arqueología comprueba que el ser humano ha vivido por largo tiempo bajo la tierra, citando Derinkuyu en Turquía y otras más. En la era contemporánea vemos casos de ovnis, de seres extraños, etcétera en los que los testigos afirman que “aquello pareció haber salido de la tierra”, o investigadores con facultades psíquicas que ligan a los Bigfoot con mundos intraterrenos.
Muchas de las historias subterráneas, parecen jugar un papel importante dentro de las narraciones folklóricas mundiales, aunque es en el continente americano donde alcanzan mayor desarrollo. Me pregunto si estos relatos son meros apuntes ancestrales, o, si realmente es posible hablar de una tradición viva, aunque en la actualidad se carezcan de evidencias más tangibles ¿Cuál es tu posición sobre los misterios subterráneos?
Si no me equivoco, los indios navajos afirman que sus ancestros vinieron desde Tiahuanaco hasta Norteamérica siguiendo pasadizos subterráneos. Como mencioné antes, el monte Shasta de California se nos presenta como el centro de una civilización intraterrena activa, aunque hay una vertiente contactista y de la nueva era que afirma que son “lemurianos” que sobrevivieron a dicho hundimiento. Más interesante es la ciudad que supuestamente existe en las montañas Panamint del Valle de los Muertos, y otras que se conectan a los muelles de dicho valle en el desierto, cuando había agua en vez de arena, hace cientos de miles de años. La existencia de una ciudad de reptiloides bajo Los Angeles se viene debatiendo desde hace tiempo, y en mi parte de EE.UU. la tribu séneca cree en seres intraterrenos desde hace siglos, dándoles el mote de “djogaos”. En lo personal siempre he dicho que la historia es mucho más antigua que se nos ha hecho creer y que hemos tenido muchas civilizaciones anteriores a las que conocemos. Algunas de ellas bien pudieron haber creado ciudades subterráneas como refugio contra tribus hostiles o cambios en el medio ambiente que desconocemos. Sus sobrevivientes pasaron a convertirse en seres míticos con el paso de los siglos. Pero hay algo más: la doctrina conspiranoica actual nos informa que los militares estadounidenses disponen de un sistema de túneles y trenes de alta velocidad que cruzan el continente, enlazando las bases militares, valiéndose de túneles antiquísimos como los del Ecuador. El detalle de los trenes siempre me ha hecho pensar en la malograda serie “Génesis II” de Gene Roddenberry, que tomaba lugar en un mundo postapocalíptico en el que los supervivientes de alta tecnología se desplazaban de un lado a otro por tren, mientras que tribus primitivas y mutantes se repartían la superficie. ¿Quién sabe?
Pregunta final y obligada ¿Qué le recomienda Scott Corrales, a todos aquellos que se inician en este camino?
Apagar la televisión y la computadora y leer. Leer y leer más de lo que tienen disponibles en sus librerías y más allá de lo disponible en Amazon.com u otros mercados electrónicos. Ir a las bibliotecas y buscar lo viejo, comunicarse con autores y escritores que hayan abordado algún tema de interés y preguntar, pensar en la investigación del misterio como algo que requiere tiempo y esfuerzo, y no como algo que ocupa espacio entre anuncios de cerveza y productos para el cabello en la tele.
Scott Corrales
INFINITAS GRACIAS!
A tus órdenes siempre, Debbie. Espero que esta entrevista sea de interés para tus lectores.
Véase:
Inexplicata. The Journal of Hispanic Ufology
Afortenosla
Arcana Mundi
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