Este crucero se destaca particularmente porque más allá de la tecnología que ha sido utilizada en su creación, la gran mayoría de las habitaciones en su interior se encuentran delicadamente adornadas con distintas muestras del arte holandés, uno de los más refinados del mundo. Pueden observarse allí cuadros y esculturas de diferentes artes.
Entre las variantes que ofrecía la misma ciudad de Chiapas para divertirse durante la estadía del Rotterdam allí, hay que destacar los famosos museos con los que cuenta la ciudad, además de las zonas arqueológicas, los numerosos centros comerciales, las lagunas y establecimientos cafeteros, todos ellos rodeados de las características montañas de esa parte del territorio mexicano.
De todas estas posibilidades pudieron disfrutar los más de mil pasajeros que arribaron en esta embarcación europea, acompañados de alrededor de 570 tripulantes. Durante los próximos días el Rotterdam seguirá con su camino, el siguiente puerto en el que camino que deberá detenerse es el Puerto Quetzal, Guatemala. Antes de fin de año se espera en Chiapas la llegada de los buques Seven Seas Mariner y Ryndam.
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