Jorge Flores Gómez
LA CULEBRA
Por Jorge Flores Gómez
El 15 de marzo de 1982 se formó, en el medio ambiente de esta bella y legendaria ciudad una “culebra” (tornado) que conforme iban pasando las horas el viento cobraba mayor intensidad, a tal grado, que las beatas decían: “Jesús, María y José, el mundo se va a acabar!”…
Las puertas y ventanas eran sacudidas fuertemente… los cables de alta tensión chocaban, chicoteában y chisporroteában como si fueran castillos hechos por los pirotécnicos del barrio de Santa Lucía… Las tejas, láminas y antenas de televisión volaban por el firmamento como si fueran de papel… los árboles de alcanfor, truenos y robles de la Alameda Vicente Espinoza fueron arrancados de raíz por “la culebra” y cayeron sobre el kiosco y el templo de la Virgen de la Caridad, destruyendo al primero y dañando al segundo monumento… de las raíces de los árboles escaparon miles de ratas que corrían y saltaban sobre la gente… los parroquianos tenían pavor, chocaban unos con otros como locos que corrían en diferentes direcciónes… “la culebra” aullaba como un lobo salvaje con mayor fuerza, en cada instante que transcurría…. Doña Coti y Doña Carmen, comadres y amigas del alma, que vivían en una casa colonial, temblaban de miedo e ingerían a borbotónes “nish posh” (flor del aguardiente) y tequila “Cuervo”… como a las once de la noche de ese día, “la culebra” con su poderosa cola se llevó al corazón de la oscuridad los árboles de nuez, manzanas y duraznos… cayeron los postes de la luz eléctrica… gran parte de la ciudad quedó en tinieblas… todo era un caos…. pensaban que hiba a derrumbarse la casa… que era castigo de Dios, porque ahí jugaban la Ouija… también porque habían desenterrado dinero de Porfirio de Trejo, un coleto que estuvo trabajando en la radio de Adolfo Hitler y que nunca volvió, ante tal acontecimiento, Doña Coti le dijo a Doña Carmen: “Comadrita, ¿sabe usted rezar La Magnífica?”… Sí, como no… fue la respuesta… entonces, encendamos las velas benditas y vayamos al oratorio a rezar ante la Virgen de los Desamparados, y San Juditas Tadeo… Doña Carmen comenzó a rezar con mucha devoción en voz alta: “Glorifica mi alma el Señor y mi espíritu se llena de gozo al contemplar la bondad de Dios mi Salvador. Porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya, y ved aquí el motivo, porque me tendrán por dichosa y feliz todas las generaciones. Pues hizo en mi favor cosas grandes y maravillosas… mexicanos al grito de guerra el acero aprestad y el bridón y re-tiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón…” Comadre, por Dios!, ya se equivocó usted ese es el himno nacional… pues ¡Que viva México! ¡Que viva Juárez! Y que ¡chingue a su madre “la culebra” “¡¡Otro trago y mas tamales hijos de la ve… !!....
Al siguiente día salió el sol de la razón, la esperanza y la armonía, reinando una paz infinita de AMOR.
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Grácias por tu historia Jorge! mi amigo de espiritu azul y carne roja...
Este relato de Jorge Flores, personaje muy conocido aqui en la ciudad, cada que lo leo me invade la risa... ¡jaja!.. me contaba el que aún vive una de las comadres de la rezada; como saben los mexicanos, al final mezcló con los nervios del miedo y "la boléra" (borrachéra) el himno nacional mexicano con la oración de "la magnifica" ja ja!...
Y a propósito "de culebras", una de electricidad; algo que quiero mencionar, es lo sucedido hace apenas dias atrás aqui en esta ciudad de San Cristóbal, a unos pocos metros en donde tomo mis alimentos, en un restaurante aledaño a una plaza pública o jardín público en la Plaza de San Francisco, y es que cayó un tremendo rayo en un árbol como a la 1:30 pm., de haber estado yo comiendo a ésas horas lo hubiera visto, hubiera estado a solo como unos 20 metros en línea recta!, aunque la gente que lo presenció afirma salió de la tierra, no estaba aún lloviendo, a los pocos minutos si; lo extraño es que observando el árbol de donde cayó o salió de la tierra dicho rayo, dejó una estela o rastro en la corteza removida, se peló pero sin quemar nada... incluso, pasó debajo de una pequeña rama sin botarla o dañarla en lo más mínimo, como pueden apreciar en la foto abajo.
Estamos en temporada de lluvia y pronto se oirán de "culebras de agua" aparecidas por el norte de la ciudad como resultado de la temporada de lluvias y huracánes pronto, que es donde aparecen y salen casi siempre, ha de ser por el encajonado especial de los cerros ahi, y la vecindad muy cercana casi inmediata del cerro Huitepec (el guardían sempiterno de la ciudad y el valle), que a decir de muchos, es un "volcán de agua".
noten cómo en la salida del rayo arriba señalado en el óvalo, no dejó huella mas notoria, ni en su recorrido, excépto la corteza pelada, pero sin señas de quemaduras ni ceniza y que no afectó la ramita que se atravezó en su recorrido al final el rayo, ¿de qué manera pasó por ahí?, por dentro del árbol o bordeándolo?.
Parque "de Frayba" como se le conoce popularmente (por la estátua y monumento de Fray Bartolomé de Las Casas que hay erigida en el centro), el árbol del rayo, a la izquierda en primer plano.
y a propósito del cerro del Huitepec, aqui un video.
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