- Con más de un milenio de esplendor, esa ciudad maya padeció siglos de olvido
El hallazgo de un mural pintado con 16 colores difiere del de San Bartolo, Guatemala: Ramón Carrasco La explosión demográfica y la sequía causaron su derrumbe, indica el arqueólogo
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
La ciudad de Calakmul tuvo más de un milenio de esplendor, luego fue abandonada y permaneció durante siglos en el olvido, sumergida en la inmensa y verde soledad de la selva de Campeche.
Descubierta en 1931, se empezó a estudiar sistemáticamente hace apenas 13 años, no obstante lo cual ya se puede afirmar que, junto a Tikal (Guatemala), fue la mayor potencia política, económica y cultural de la zona maya.
El asentamiento en su totalidad ocupa 35 kilómetros cuadrados. De éstos, el área monumental abarca alrededor de un kilómetro cuadrado, donde se despliega el mayor volumen arquitectónico, con 300 o 400 estructuras, de las cuales sólo se ha intervenido en 20. El resto permanecen ocultas bajo la tierra y la vegetación.
Aunque es mínima la parte explorada, los hallazgos realizados en la década anterior revelan que por su desarrollo e influencia, Calakmul superó a ciudades como Palenque o Chichén Itzá, por mencionar dos de las más conocidas a escala mundial.
Entre los descubrimientos recientes sobresale, por su belleza e importancia histórica, un mural polícromo de 2.60 metros de largo por 1.10 de alto que representa la preparación de un ritual o un festejo.
Mural polícromo que representa la preparación de un ritual o festejo en Calakmul. Su reciente hallazgo sobresale en la exploración que se realiza en esa zona Foto Cortesía revista Arqueología mexicana
Se estima que data de los años 400 o 500 de nuestra era. Es decir, pertenece al periodo clásico temprano (250-600 dC) de la cultura maya en Campeche.
En el mural aparecen cuatro personajes -dos hombres y dos mujeres- sirviendo y degustando comida y bebida.
De acuerdo con el arqueólogo Ramón Carrasco Vargas, director del proyecto Calakmul desde 1993, ”la actitud de los personajes es como de quien participa en una fiesta, pero aún no sabemos exactamente de qué se trata”.
La pintura fue detectada en 2004, en el Edificio 1 de la Acrópolis Norte, sobre el basamento de una pirámide de tres cuerpos. Se le recuperó y limpió por completo el año pasado y su hallazgo se dio a conocer en el número 75 (septiembre-octubre de 2005) de la revista Arqueología mexicana que publican la Editorial Raíces y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Inclusive la sola fotografía del mural reproducida en esa publicación permite apreciar el refinamiento y la calidad del trabajo.
Pero a pesar de su trascendencia, el descubrimiento prácticamente ha pasado desapercibido para la opinión pública.
Ramón Carrasco Vargas dice en entrevista que en la elabora-ción del mural el autor empleó una paleta de 16 colores.
Para dar una idea de lo que esto significa, el arqueólogo menciona que en el mural encontrado en San Bartolo, Guatemala, por William Saturno, y dado a conocer recientemente (La Jornada, 14 de diciembre 2005), se utilizó una paleta de cuatro colores.
Esto ”habla de un mayor dominio en el manejo de colores en Calakmul, tenían muy desarrollada la técnica de fabricación de pigmentos y de su aplicación, el manejo plástico es fantástico; esto se demuestra también en que, a pesar del tiempo transcurrido, la pintura se conserva intacta”.
Sin embargo, Carrasco sostiene que más allá de eso, no caben las comparaciones entre ambos hallazgos: ”Pertenecen a épocas distintas -el de San Bartolo es anterior-; son expresiones de dos momentos diferentes pero uno y otro son muy bellos y contribuyen al conocimiento de los mayas. Yo no los compararía.”
A reserva de estudiar con detenimiento todos los elementos del mural, su calidad y el tema representado ya permiten afirmar que fue realizado en el seno de una sociedad próspera y bien organizada.
¿Por qué Calakmul no había recibido una atención proporcional a su importancia? Entre los factores que explican ese olvido, Ramón Carrasco menciona el tardío descubrimiento e inicio de las investigaciones.
El sitio es reportado por el explorador estadunidense Cyrus Lundell a finales de 1931. Las primeras excavaciones las hace Román Piña Chan en 1982. Pero fue hasta 1991 que los trabajos se iniciaron en forma.
Otra explicación del olvido en que cayó la ciudad es su lejanía de los centros urbanos contemporáneos más importantes de la región, Chetumal y Campeche, y el escaso desarrollo turístico en esa parte de la península de Yucatán.
Cuando Carrasco comenzó sus trabajos, llegó al lugar en helicóptero; era la forma más rápida y segura de hacerlo.
Por tierra nada más se podía arribar por una brecha que lo mismo se recorría en algunas horas que en varios días, según fueran las condiciones del camino.
Actualmente existen carreteras que unen Calakmul con Chetumal y Campeche. Desde la primera ciudad la distancia se cubre en tres horas; desde la segunda, en cuatro.
Hace una década, apenas la visitaban algunos cientos de personas al año; hace un lustro llegaban a 5 mil; el año pasado fueron 25 mil. Ultimamente la ciudad maya registra un aumento gradual en el número de visitantes, sobre todo desde que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 2002.
De acuerdo con Carrasco Vargas, Calakmul es el sitio con mayor número de estelas de toda el área maya. Muchas corresponden a etapas muy tempranas, alrededor del año 400 aC:
”lamentablemente es un material muy dañado y la información que contenían se ha perdido, razón por la que no es posible fijar con precisión sus líneas genealógicas y su historia”.
Al deterioro producido por el tiempo y los elementos naturales, se suma el saqueo: ”En el área donde está la Estructura I estaban las mejores estelas de Calakmul, pero fueron saqueadas en los años 60 y 70. Fue un saqueo fuerte. De hecho, la estela maya más importante que hay en el Museo Nacional de Antropología fue saqueada de Calakmul”.
Como quiera que sea, ”los nuevos hallazgos poco a poco han abierto paso a nuevas preguntas y respuestas sobre cómo era la sociedad maya”.
La información obtenida en el sitio, además de la surgida en otras zonas, permite a los especialistas confirmar sin duda alguna la rivalidad entre Calakmul y Tikal, las dos grandes potencias del área maya en el Clásico tardío: ”Está claramente reconocido que en ese periodo Calakmul fue el centro de poder de la dinastía Kaan”.
Ramón Carrasco señala que, a diferencia de otros sitios que pasaban por periodos de ocupación y abandono alternativamente, Calakmul surgió y tuvo una evolución ininterrumpida durante mil 500 años.
Para que se diera esa continuidad -considera el arqueólogo- necesariamente tuvo que haber de parte de los habitantes una relación de profundo respeto y equilibrio con el medio ambiente.
Según cálculos de los especialistas, el colapso de Calakmul se inició alrededor del año 700, que corresponde al momento de máximo desarrollo del sitio. Como consecuencia de ese auge, ‘’se produjo una enorme explosión demográfica y al crecer la población se ejerce una mayor presión sobre el medio ambiente, se necesitan más tierras de cultivo, más insumos.
”Al ser la selva tropical del Petén de un equilibrio muy precario, se empiezan a producir sequías y la población comienza a sufrir de desabasto.”
Sobreviene la hambruna y las enfermedades merman a la población: ”las cúpulas de poder ya no pueden mantener el control y se dan las famosas migraciones: dispersión y desplazamientos hacia otras regiones mucho más propicias para la vida”.
Así terminó el esplendor de la ciudad y empezó su sueño de varios siglos, sumergida en la inmensa y verde soledad de la selva de Campeche
FUENTE
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
La ciudad de Calakmul tuvo más de un milenio de esplendor, luego fue abandonada y permaneció durante siglos en el olvido, sumergida en la inmensa y verde soledad de la selva de Campeche.
Descubierta en 1931, se empezó a estudiar sistemáticamente hace apenas 13 años, no obstante lo cual ya se puede afirmar que, junto a Tikal (Guatemala), fue la mayor potencia política, económica y cultural de la zona maya.
El asentamiento en su totalidad ocupa 35 kilómetros cuadrados. De éstos, el área monumental abarca alrededor de un kilómetro cuadrado, donde se despliega el mayor volumen arquitectónico, con 300 o 400 estructuras, de las cuales sólo se ha intervenido en 20. El resto permanecen ocultas bajo la tierra y la vegetación.
Aunque es mínima la parte explorada, los hallazgos realizados en la década anterior revelan que por su desarrollo e influencia, Calakmul superó a ciudades como Palenque o Chichén Itzá, por mencionar dos de las más conocidas a escala mundial.
Un mural de mil 500 años
Entre los descubrimientos recientes sobresale, por su belleza e importancia histórica, un mural polícromo de 2.60 metros de largo por 1.10 de alto que representa la preparación de un ritual o un festejo.
Mural polícromo que representa la preparación de un ritual o festejo en Calakmul. Su reciente hallazgo sobresale en la exploración que se realiza en esa zona Foto Cortesía revista Arqueología mexicana
Se estima que data de los años 400 o 500 de nuestra era. Es decir, pertenece al periodo clásico temprano (250-600 dC) de la cultura maya en Campeche.
En el mural aparecen cuatro personajes -dos hombres y dos mujeres- sirviendo y degustando comida y bebida.
De acuerdo con el arqueólogo Ramón Carrasco Vargas, director del proyecto Calakmul desde 1993, ”la actitud de los personajes es como de quien participa en una fiesta, pero aún no sabemos exactamente de qué se trata”.
La pintura fue detectada en 2004, en el Edificio 1 de la Acrópolis Norte, sobre el basamento de una pirámide de tres cuerpos. Se le recuperó y limpió por completo el año pasado y su hallazgo se dio a conocer en el número 75 (septiembre-octubre de 2005) de la revista Arqueología mexicana que publican la Editorial Raíces y el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Inclusive la sola fotografía del mural reproducida en esa publicación permite apreciar el refinamiento y la calidad del trabajo.
Pero a pesar de su trascendencia, el descubrimiento prácticamente ha pasado desapercibido para la opinión pública.
Ramón Carrasco Vargas dice en entrevista que en la elabora-ción del mural el autor empleó una paleta de 16 colores.
Para dar una idea de lo que esto significa, el arqueólogo menciona que en el mural encontrado en San Bartolo, Guatemala, por William Saturno, y dado a conocer recientemente (La Jornada, 14 de diciembre 2005), se utilizó una paleta de cuatro colores.
Esto ”habla de un mayor dominio en el manejo de colores en Calakmul, tenían muy desarrollada la técnica de fabricación de pigmentos y de su aplicación, el manejo plástico es fantástico; esto se demuestra también en que, a pesar del tiempo transcurrido, la pintura se conserva intacta”.
Sin embargo, Carrasco sostiene que más allá de eso, no caben las comparaciones entre ambos hallazgos: ”Pertenecen a épocas distintas -el de San Bartolo es anterior-; son expresiones de dos momentos diferentes pero uno y otro son muy bellos y contribuyen al conocimiento de los mayas. Yo no los compararía.”
A reserva de estudiar con detenimiento todos los elementos del mural, su calidad y el tema representado ya permiten afirmar que fue realizado en el seno de una sociedad próspera y bien organizada.
Ciudad olvidada
¿Por qué Calakmul no había recibido una atención proporcional a su importancia? Entre los factores que explican ese olvido, Ramón Carrasco menciona el tardío descubrimiento e inicio de las investigaciones.
El sitio es reportado por el explorador estadunidense Cyrus Lundell a finales de 1931. Las primeras excavaciones las hace Román Piña Chan en 1982. Pero fue hasta 1991 que los trabajos se iniciaron en forma.
Otra explicación del olvido en que cayó la ciudad es su lejanía de los centros urbanos contemporáneos más importantes de la región, Chetumal y Campeche, y el escaso desarrollo turístico en esa parte de la península de Yucatán.
Cuando Carrasco comenzó sus trabajos, llegó al lugar en helicóptero; era la forma más rápida y segura de hacerlo.
Por tierra nada más se podía arribar por una brecha que lo mismo se recorría en algunas horas que en varios días, según fueran las condiciones del camino.
Actualmente existen carreteras que unen Calakmul con Chetumal y Campeche. Desde la primera ciudad la distancia se cubre en tres horas; desde la segunda, en cuatro.
Hace una década, apenas la visitaban algunos cientos de personas al año; hace un lustro llegaban a 5 mil; el año pasado fueron 25 mil. Ultimamente la ciudad maya registra un aumento gradual en el número de visitantes, sobre todo desde que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, en 2002.
De acuerdo con Carrasco Vargas, Calakmul es el sitio con mayor número de estelas de toda el área maya. Muchas corresponden a etapas muy tempranas, alrededor del año 400 aC:
”lamentablemente es un material muy dañado y la información que contenían se ha perdido, razón por la que no es posible fijar con precisión sus líneas genealógicas y su historia”.
Al deterioro producido por el tiempo y los elementos naturales, se suma el saqueo: ”En el área donde está la Estructura I estaban las mejores estelas de Calakmul, pero fueron saqueadas en los años 60 y 70. Fue un saqueo fuerte. De hecho, la estela maya más importante que hay en el Museo Nacional de Antropología fue saqueada de Calakmul”.
Como quiera que sea, ”los nuevos hallazgos poco a poco han abierto paso a nuevas preguntas y respuestas sobre cómo era la sociedad maya”.
La información obtenida en el sitio, además de la surgida en otras zonas, permite a los especialistas confirmar sin duda alguna la rivalidad entre Calakmul y Tikal, las dos grandes potencias del área maya en el Clásico tardío: ”Está claramente reconocido que en ese periodo Calakmul fue el centro de poder de la dinastía Kaan”.
El colapso
Ramón Carrasco señala que, a diferencia de otros sitios que pasaban por periodos de ocupación y abandono alternativamente, Calakmul surgió y tuvo una evolución ininterrumpida durante mil 500 años.
Para que se diera esa continuidad -considera el arqueólogo- necesariamente tuvo que haber de parte de los habitantes una relación de profundo respeto y equilibrio con el medio ambiente.
Según cálculos de los especialistas, el colapso de Calakmul se inició alrededor del año 700, que corresponde al momento de máximo desarrollo del sitio. Como consecuencia de ese auge, ‘’se produjo una enorme explosión demográfica y al crecer la población se ejerce una mayor presión sobre el medio ambiente, se necesitan más tierras de cultivo, más insumos.
”Al ser la selva tropical del Petén de un equilibrio muy precario, se empiezan a producir sequías y la población comienza a sufrir de desabasto.”
Sobreviene la hambruna y las enfermedades merman a la población: ”las cúpulas de poder ya no pueden mantener el control y se dan las famosas migraciones: dispersión y desplazamientos hacia otras regiones mucho más propicias para la vida”.
Así terminó el esplendor de la ciudad y empezó su sueño de varios siglos, sumergida en la inmensa y verde soledad de la selva de Campeche
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