AREA X (Especial para Urgente24) – Bacterias mutantes capaces de sobrevivir en condiciones extremas corroen los equipos de la Estación Espacial Internacional y pueden suponer un serio riesgo tanto para su estructura como para la integridad física de sus ocupantes.
Los microorganismos sobreviven incluso a las gélidas temperaturas que hay más allá de la atmósfera terrestre, y lo hacen sin agua, sin nutrientes y sin nada que los proteja de la letal radiación solar y estelar.
Anatoli Grigóriev, vicepresidente de la Academia de Ciencias de Rusia, dio la voz de alarma durante una conferencia celebrada en Moscú. El científico indicó que hasta el momento han sido identificadas 76 clases de bacterias diferentes y, aunque destacó que en su mayoría son inofensivas, algunas pueden provocar graves daños físicos y materiales en la misión.
“Ya tuvimos esta clase de problemas en la vieja estación espacial MIR, y ahora los tenemos en la EEI. Las bacterias están atacando la estación. Estos organismos corroen los metales y los polímeros y pueden causar fallos en los equipos“, señaló Grigóriev. Además, “la proliferación incontrolada de estas bacterias puede causar enfermedades infecciosas entre los miembros de la tripulación”, añadió.
Diversos experimentos han demostrado que estos microorganismos son capaces de sobrevivir durante muchos años en las condiciones más extremas del espacio exterior y no se sabe aún en qué radica su increíble capacidad de supervivencia ni hasta dónde pueden llegar las mutaciones de estas bacterias.
El primer ser vivo de la Tierra, originado hace cerca de 4.000 millones de años, fue una bacteria. A pesar de las duras condiciones de aquel mundo primitivo, las bacterias sobrevivieron y colonizaron el planeta entero. Toda la diversidad de vida que existe hoy en día se desarrolló después, pero a pesar de ello seguimos viviendo, en la actualidad, en lo que la ciencia llama ‘la Era de las Bacterias’.
La semana pasada el segmento ruso de la Estación Espacial Internacional finalmente ‘abrió sus puertas’ al carguero de la Agencia Espacial Europea (ESA) tras un día de sospechas de que la nave estaba contaminada con bacterias y moho.
La apertura de las escotillas del segmento ruso de la Estación, al cual el pasado sábado se acopló la nave europea ATV-4 Albert Einstein, se ha retrasado 24 horas por el temor de que los microbios contaminaran el aire de la plataforma orbital.
Luca Parmitano, astronauta de la ESA, está instalando en el carguero un equipo de purificación de aire y de toma de muestras de aire para su análisis.
“Mi nariz me dice que todo el ATV huele de maravilla”, dijo un miembro de la EEI, el cosmonauta ruso Pável Vinográdov, cuyas palabras son citadas por la ESA. Las plantas purificadoras de aire funcionarán durante cinco horas.
La apertura se produjo tras varias horas de desacuerdos sobre cómo llevar a cabo la operación entre los expertos de la Nasa y el Centro de Control de Vuelos ruso. “El retraso en la apertura de la escotilla está asociado con la posibilidad de contaminación con moho o bacterias que supuestamente puedan contener varios cargamentos”, informó anteriormente Matías Coria para la cadena Nasa TV.
Varios medios de comunicación habían informado de que el moho o las bacterias pueden llegar a bordo de la nave de carga europea ATV, por lo que el Centro de Control de Vuelos ruso no permitió la apertura de la escotilla del puerto de amarre a la EEI.
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