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AHORA QUE LOS NEUTRINOS... ¿Recuerdan cuando se hablaba del Colisionador de Hadrones y todo lo que se rumoraba por aquellos años..? MIÉRCOLES, 10 DE SEPTIEMBRE DE 2008
Ahora los que hacen magia y buscan la Piedra Filosofal de la trasmutación ya no están escondidos en la negrura de la noche en los bosques invocando espiritus hablando con demonios y ángeles negros, hoy están con batas blancas esterilizadas en laoratorios super secretos y protegidos del exterior... por una fuerza que también ha cambiado de nombre, ya no se llaman "Inquisición" o algo parecido (ya no los queman en hogueras a esas personas, a veces les clavan implantes porque así los controlan mejor para sus fines aquí mismo en la Tierra), hoy ésos demonios han cambiado de siglas y nombre, se llaman "Nuevo Orden Mundial" Iluminatis, Cia, Vaticano, Bilderberg, Lagartos anunnakis, reptilianos, etc. etc.
Durante esta época los alquimistas pretendían encontrar la Piedra Filosofal; es decir, aquello que les permitiera transformar los metales baratos (fierro, cobre y plomo) en oro; a este proceso se le denominaba TRANSMUTACION
También buscaban el elixir o Panacea que pretendía curar todos los males. Durante esta época se descubrieron los procesos de destilación, evaporación entre otros.
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IceCube en busca del Neutrino perdido enterrado a 2,5 kilómetros bajo la Antártida.
IceCube desvelará la imagen del primer neutrino cósmico a fin de año.
El
director del Instituto de Investigación en Física de Partículas Elementales de
la Universidad de Wisconsin y director del telescopio o trampa de neutrinos
'IceCube' enterrado a 2,5 kilómetros bajo el hielo del Polo Sur, Francis
Halzen, ha afirmado que su instrumento podría mostrar para estas Navidades la
primera imagen de un neutrino cósmico de muy alta energía que podría provenir
de una galaxia o incluso del centro del Sol.
En
este sentido, Halzen, que impartirá esta tarde una conferencia en la Fundación
BBVA, en Madrid, en el marco de la segunda edición del ciclo 'La ciencia del
cosmos, la ciencia en el cosmos', ha explicado que los más de 5.000 sensores de
luz del tamaño de una pelota de baloncesto enhebrados en 87 cables que componen
el 'IceCube' están buscando los neutrinos que desvelen qué es y de dónde sale
la materia oscura, de la que el universo está compuesto en algo más de un 20
por ciento.
Esto
puede ser posible, según ha apuntado, porque el Sol cuando se desplaza atrapa
ocasionalmente partículas de materia oscura que se acumula en su centro y se
producen colisiones que generan neutrinos de muy alta energía que el 'IceCube'
puede detectar.
En
estos momentos, los físicos del proyecto trabajan con 1.500 ordenadores
analizando los datos recogidos durante el primer año de funcionamiento de este
telescopio que trabaja al cien por cien desde mayo de 2011 con el fin de
detectar también neutrinos procedentes de una explosión de supernova que se
produce aproximadamente dos veces cada cien años.
Halzen
ha señalado que los neutrinos se descubrieron en 1956 y, según ha precisado,
son partículas sin carga eléctrica como los fotones que pueden provenir tanto
de fuentes terrestres --los aceleradores de partículas-- como de otras
galaxias, pero que, a diferencia de la luz, pueden atravesar la Tierra, los
agujeros negros, o las personas sin dejar huella y a la velocidad de la luz.
"Los
neutrinos de muy alta energía son los mensajeros cósmicos de los procesos más
violentos del universo, como los agujeros negros gigantes que devoran estrellas
en el núcleo de las galaxias activas o las explosiones de rayos gamma, las
mayores de que tenemos constancia en el universo desde el Big Bang",
explica Halzen.
El
problema, según ha indicado Halzen, es que de los 100.000 neutrinos que el
IceCube atrapa al año --uno por cada seis minutos--, apenas unos diez son
verdaderamente interesantes por su alta energía, mientras que el resto, como
los atmosféricos, suelen ser, como él los denomina, "aburridos".
IceCube
está ubicado en la Antártida y ocupa un kilómetro cúbico. Halzen pensó en
situarlo bajo el hielo y no en las profundidades del mar, como el Antares --que
se encuentra en el Mediterráneo--, porque el hielo es un material
"sumamente transparente y ultrapuro" y, por tanto, perfecto para que
el IceCube detecte los flashes de luz azul producidos por la reacción nuclear
que desencadena la colisión de un neutrino con un átomo.
El
proyecto, con un coste de más de 270 millones de dólares, aportados en su
mayoría por Estados Unidos, se completó hace un año y medio. España
no es socio del mismo pero uno de los dos científicos que se encuentran en
estos momentos cuidando del IceCube y, por tanto, aislados en la Antártida
hasta que pase el invierno (de febrero a octubre), es el español Carlos Pobes,
de la Universidad de Zaragoza. España sí participa en otros detectores como el
Antares y el Km3Net cuya construcción comenzará en 2013. (fuente/ EP)
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