cometa que es viejo y joven al mismo tiempo. 3I/Atlas llega desde el espacio profundo y desconcierta a los astrónomos con su misteriosa composición
El objeto interestelar 3I/Atlas, observado por el telescopio James Webb, muestra una proporción inusual de dióxido de carbono frente al agua. Su comportamiento sugiere que es un fósil cósmico con miles de millones de años, pero también un visitante primerizo del Sol. Un cometa “viejoven” que reescribe teorías.
Por Martín Nicolás Parolari | Comentarios (0)
La llegada del cometa 3I/Atlas en julio sorprendió a los astrónomos no solo por su origen interestelar, sino por la contradicción que encierra: se comporta como un fragmento antiquísimo del cosmos, pero al mismo tiempo muestra las señales de un visitante que nunca había estado tan cerca de una estrella.
Un visitante interestelar con señales contradictorias
Los datos obtenidos por el telescopio James Webb revelaron que la coma del cometa contiene 16 veces más dióxido de carbono que agua, una proporción entre las más altas registradas en cualquier cometa. Esto sugiere que 3I/Atlas pudo formarse en una región muy fría y lejana, más allá de la línea de hielo del CO2, o que desarrolló una capa que protege su núcleo del calor solar.
Esa combinación desconcertó a los científicos: por un lado, el cometa parece un fósil del universo temprano, con una edad que podría superar los 10.000 millones de años. Por otro, se comporta como un recién llegado que apenas experimenta su primer acercamiento a una estrella.
Un “viejoven” del cosmos
El astrónomo Javier Licandro lo compara con los centauros, objetos transneptunianos que muestran un comportamiento híbrido. Según él, los cometas “envejecen” a medida que realizan repetidos pasos cerca del Sol, perdiendo material volátil. Pero 3I/Atlas conserva intacta gran parte de su composición, lo que lo convierte en un anciano en edad cósmica, pero en un novato dinámico.
El divulgador Javier Armentia lo describe como un “Ford T que corre por primera vez en Indianápolis”: un objeto formado hace miles de millones de años, pero que apenas ahora enfrenta las condiciones que marcarán su evolución futura.
Un fragmento prístino del universo
Para los investigadores, 3I/Atlas es una ventana a épocas en las que el universo era radicalmente distinto. Puede haber escapado del cinturón transneptuniano de otra estrella y viajado durante eones hasta cruzarse con la nuestra. Su estudio ofrece la posibilidad de observar material primigenio que antecede incluso al nacimiento del Sol.
En los próximos meses, nuevas misiones espaciales, incluida Lucy, podrían seguir su rastro y analizar su cola. Si logran descifrar su composición, este cometa no solo ayudará a comprender la evolución de los sistemas estelares, sino que unirá simbólicamente el estudio del pasado humano con el origen del cosmos.
hay le regalan "su laik" a este chavo... (ya me la sabía lo de la cola pa un lado pero recordaba era hacia adelante pero no...)






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