Jose García
Si queremos colonizar la Luna, hay un problemilla en absoluto menor que tenemos que resolver: qué hora es allí. Porque sí, la Luna no tiene hora como tal, sino que se usa la hora terrestre como referencia. Hasta el momento, el volumen de misiones al espacio ha sido manejable y esta referencia era suficiente, pero en el futuro próximo la cosa va a ir a más y tener un horario estándar en la Luna se torna más necesario que nunca.
La NASA ya trabaja en ello.
"Oye NASA, ¿qué hora es en la Luna?". No es exactamente lo que la Casa Blanca le ha preguntado a la agencia espacial, pero casi. A través de un comunicado publicado en su web oficial, la Casa Blanca ha expresado que el conocimiento del tiempo en regímenes espaciales distantes es fundamental para el descubrimiento científico, el desarrollo económico y la colaboración internacional. En palabras del Director Adjunto de Seguridad Nacional de la OSTP (Oficina para Políticas de Ciencia y Tecnología), Steve Welby:
"A medida que la NASA, las empresas privadas y las agencias espaciales de todo el mundo lanzan misiones a la Luna, Marte y más allá, es importante que establezcamos normas de tiempo celeste para la seguridad y la precisión.
LTC. Esas son las siglas de Hora Lunar Coordinada y será la norma que establecerá la hora en la Luna de cara a las operaciones cislunares. La Casa Blanca ha ordenado a la NASA trabajar con Comercio, Defensa, Estado y Transporte para entregar una "estrategia para la implementación del LC no más tarde del 31 de diciembre de 2026". Además, la NASA se coordinará con otros socios internacionales, incluidos los países socios de los Acuerdos Artemis.
¿Por qué es importante la hora en la Luna? Porque facilitaría la colaboración entre las agencias y mejoraría la coordinación y sincronización en la superficie lunar. El problema es que en la Luna la gravedad es diferente y eso afecta al tiempo (es lo que tiene la relatividad). Los relojes en la Luna ganan aproximadamente 58,7 microsegundos por día con variaciones periódicas adicionales. Además, debido a su rotación, los días en el ecuador duran prácticamente un mes. Saber la hora en nuestro satélite es un reto enorme.
Una cuestión de precisión. Sobra decir que esto va mucho más allá de saber si es la hora de comer en la Luna. En la Tierra podemos orientarnos con el GPS gracias a que hay una serie de satélites sincronizados al milímetro entre sí. En la Luna, sincronizar los activos entre sí con un tiempo basado en la Tierra es difícil debido, precisamente, a los efectos relativistas. Por ejemplo, iniciar una señal de radio es inmediato en la Tierra, pero no para un observador en la Luna.
Los sistemas PNT (Posicionamiento, Navegación y Tiempo) miden las distancias multiplicando el tiempo de vuelo de la señal por la velocidad de la luz. Si no se tiene en cuenta la discrepancia entre el reloj de un transmisor en la Tierra y cómo lo percibe un receptor en la Luna, se producirá un error de alcance. Pensemos en las implicaciones que esto tiene a la hora de aterrizar una nave, por ejemplo.
Definir la hora en la Luna es importante para evitar los potenciales problemas derivados de la relatividad
Es más, unidades básicas del Sistema Internacional de Unidades, como el metro y el kilogramo, se basan en la definición de tiempo del Sistema Internacional. Sin ir más lejos, un metro es la longitud del trayecto recorrido en el vacío por la luz durante un tiempo de 1/299.792.458 segundos. Tal y como explican desde la OSTP, "debido a los efectos relativistas, una unidad no-SI (Sistema Internacional) introduciría incertidumbre en las definiciones de las unidades básicas", lo que tendría repercusiones negativas.
¿Y aquí quién manda?. El asunto de la Luna es curioso porque... ¿de quién es la Luna? La NASA tiene un enorme reto por delante y es poner de acuerdo a todas las agencias y organizaciones para definir un estándar. No obstante, lo cierto es que no hay ninguna autoridad extraplanetaria (algo que también afecta a los residuos dejados en la Luna, por cierto) y países importantes en la exploración espacial, como Estados Unidos y China, no colaboran entre sí. La tarea a la que se enfrenta la NASA no es menor.
Imagen | Pexels
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