Este 11 de octubre de 2014 la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha
convocado a una jornada de oración para que su dios detenga la epidemia
de ébola que está causando estragos en África Occidental.
"Oremos para que Dios detenga este virulento virus" pidió el
presidente de los adventistas, el señor Ted Wilson. No obstante, tras
las buenas intenciones es poco probable que este 10 de octubre el virus
del ébola llegue a desaparecer.
Al igual como hoy los adventistas y otros creyentes oran, en el pasado
se hizo lo mismo frente a otras plagas. Por ejemplo, en 1348, la peste
bubónica se llevó a un tercio de la población de Europa. El papa de
aquel entonces, Clemente VI: en una bula de 1348, declaró que «Dios estaba castigando a sus gentes con una gran pestilencia». No obstante ni fue castigo divino, ni las oraciones fueron escuchadas. La causante de esta devastadora plaga fue la bacteria Yersinia pestis, transmitida por las pulgas que infestaban las ratas.
En Sudamérica un grupo de pastores adventistas han publicado un vídeo en You Tube en
el que invitan a orar. En este se puede escuchar a Santiago López
Blasco, director de comunicación de la Asociación Argentina Central
decir: "Padre amado: Tu que creaste el cuerpo humano y que conoces
cada uno de sus detalles, te rogamos que guíes y bendigas a los
investigadores que están tratando de crear una vacuna y un tratamiento
adecuado para esta terrible enfermedad"
¿Para qué pedir que guíe a los investigadores por una vacuna? ¿No puede
su dios obrar un milagro con solo decretarlo? ¿Sólo puede si dios actuar
por medio de los científicos? ¡Qué limitados son los poderes de Jehová
en estos tiempos! En el Antiguo testamento, según la Biblia, podía abrir
el mar, hacer llover fuego del cielo, matar a los primogénitos y salvar
a alguien con solo su palabra. Pero, ¿por qué no se preguntan por qué
dios no evitó que el virus saltara de los murciélagos a los seres
humanos? Si su dios conoce el cuerpo humano ¿por qué no lo hizo inmune
al ataque de cualquier virus?
Otro pastor oró: "Pedimos para que ellos puedan usar esta dura prueba para tu gloria y muchos puedan llegar a conocerte en esta gran necesidad".
Los flagelantes dándose latigazos para que su dios detuviera la peste bubónica. |
Esto es peor aún. Un dios que podría aparecerse ante todo el mundo,
curar toda enfermedad y anunciar su existencia, pone una prueba, que
llaman "dura" con el fin que la gente crea en él. ¡Qué sádico es ese
dios! Nada diferente a la idea de que el sufrimiento acerca a dios, que
usaba la señora Teresa de Cálcuta, que consideraba que el dolor era una
bendición.
En la peste de 1350 surgieron en Europa grupos de creyentes que andaban
de ciudad en ciudad flagelándose, pidiendo la intervención divina para
que cesara la plaga. Pero nada ocurrió. La plaga se extendió por Europa y
el mayor beneficio lo sacó la iglesia a donde fueron las donaciones de
miles de personas que donaron sus bienes y los dineros recogidos en el
Jubileo de 1350.
Toda la historia del sufrimiento humano, de las enfermedades y los
desastres, de esas mismas cosas que nos llenan de terror, y que tan bien
sirven a los propósitos de los clérigos, nos llevan a cuestionar la
existencia de un dios omnipotente y misericordioso. Estas dos
características no son posibles en un ser y tener a la vez el mundo que
tenemos. Ya lo había expresado Epicuro de Samos (342-270 a.C) en la
antigua Grecia: "Está dispuesto Dios a prevenir la maldad, pero no
puede? Entonces no es omnipotente. ¿Puede hacerlo, pero no está
dispuesto? Entonces es malévolo. ¿Es capaz y además está dispuesto?
Entonces, ¿de dónde proviene la maldad? ¿No es él capaz ni tampoco está
dispuesto? Entonces, ¿por qué llamarlo Dios?"
El virus del ébola y la evolución en observación
El ébola es causado por un virus. Los virus no son seres vivos
propiamente dichos, porque no están formados por células y no pueden
hacer actividades metabólicas. Para poder reproducirse deben infectar su
material genético a un célula, la cual una vez recibe el material
genético viral se dedica a construir más virus que terminaran
destruyendo a la célula e infectando luego otras.
Bien se puede definir a los virus como entes genéticos de reproducción
separada de un genoma celular. Ahora, algo interesante es que todo lo
que tiene ADN puede mutar, y por lo tanto puede evolucionar. El virus
del ébola, como los de la familia Filoviridae, son virus de ARN que luego deben pasar su material a ADN.
Pues bien, las investigaciones han mostrado que los virus evolucionan.
Estos cambian, mutan y la selección natural deja aquellas variantes que
mejor se adaptan. Es decir quedan las cepas que pueden infectar más
rápido y que se pueden propagar mejor.
Curiosamente los adventistas niegan la evolución y son uno de los grupos
que más se oponen a la enseñanza de la biología evolutiva. El autor
adventista Christian Álvarez Zaldúa dice lo siguiente:
"Las mutaciones, proceso que los evolucionistas necesitan para
explicar la transformación de una especie en otra, en lugar de producir
mejoras permanentes, producen seres más débiles, que finalmente mueren o
desaparecen. Aún si creen que las mutaciones explican la evolución".
Hay varios errores allí, los cuales me permitiré explicar antes de volver con el virus del ébola:
1. Las mutaciones no explican la formación de especies nuevas. Explican
la aparición de nueva variedad genética, de nuevos alelos, que luego son
materia de selección.
2. No todas las mutaciones son deletéreas o negativas.
3. Las mutaciones por si mismas no explican la evolución. La evolución
biológica es el cambio en la frecuencia de alelos (variantes de genes)
en una población al pasar generaciones. Uno de los mecanismos que hace
que la frecuencia de un gen cambie es la selección natural. Pero antes
debe haber diversidad, y la diversidad es dada en parte por la
mutación.
Ya con lo anterior aclarado volveré sobre el virus del ébola. El
descubrimiento de la evolución en el virus del ébola se lo debemos a la
doctora Pardis Sabeti y a su equipo de 58 investigadores. Sabeti es
profesora asistente del Departamento de biología evolutiva en Harvard
University y del Broad Institute,
El Ministerio de Salud de Sierra Leona envió a fines de mayo y mediados
de junio de este año 99 muestras de sangre de 78 pacientes contagiados
con ébola a los Estados Unidos. en aquel momento estas muestras
representaban al 70% de los infectados. La finalidad era secuenciar y
analizar el genoma del virus.
Una vez obtenida la secuencia genética de las 99 muestras Sabeti y su
equipo las compararon con otros 20 genomas de brotes de ébola pasados y
eso reveló un árbol filogenético. Un árbol filogénetico es como un árbol
genealógico. En este caso se reconstruye con base en las similaridades
entre los genomas de ARN. Las diferencias entre los diferentes tipos de
virus se deben a mutaciones. Mutaciones que han tenido que ver con la
capacidad de adaptación de este virus. (Ver artículo de Science.)
El árbol filogenético también muestra
que dentro de Sierra Leona, el virus ha formado dos grupos claramente
definidos. Ambas variantes tienen una ancestro común del cual
descienden. Esta separación se originó a fines de mayo a partir de una
de las variantes originales, que se cree que fue introducida por un
curandero que ayudó a su propagación durante un velorio.
Un dato preocupante es que el análisis
mostró que la tasa de mutación (velocidad a la cual aparecen los cambios
en el genoma) del actual virus del Ébola es el doble que el de los
virus de los brotes pasados. Esta característica implica dos cosas: 1)
Las mutaciones SI contribuyen a generar diversidad genética que es base
para la evolución (cosa que solo los tercos creacionistas niegan) y 2)
La alta tasa de mutación genera rápidamente nuevas variantes más
resistentes, tolerantes o invisibles a los tratamientos que se vienen
probando. Es decir, los virus están evolucionando. ¡Estamos observando
un caso de evolución! (cambio de las frecuencias genéticas en una
población al pasar varias generaciones).
Así pues que para esta jornada de oración podríamos cambiar la oración de Ted Wilson por una como esta: "Señor,
te pedimos que sanes inmediatamente a todos los enfermos de ébola ya
que eres omnipotente y misericordioso, de no ser así sería algo
autocontradictorio. En tal caso te pedimos que al menos detengas su tasa de mutación ya que esto hace que el virus está evolucionando (Sí, ¡evolucionando!) de manera muy rápida, lo que lo hace difícil de controlar. Amén." En
todo caso creo que los resultados de esta jornada de oración serán
igual de significativos a la jornada de los flagelantes de 1350.
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