Los científicos que estudian más de 140,000 galaxias han logrado calcular la expansión del universo con una precisión sin precedentes hasta ahora. Las galaxias distantes, conocidas como cuásares, sirvieron como referencia para medir las variaciones de densidad en el universo. Con esta nueva técnica, los físicos fueron capaces de extender sus cálculos casi dos veces más lejos en el tiempo de lo que se había obtenido en intentos previos.
Utilizando la Inspección Espectroscópica de Oscilación Bariónica (BOSS por sus siglas en inglés), se logró un mayor entendimiento de la misteriosa materia oscura y triplicar la cantidad de cuásares estudiados. Según las nuevas estimaciones obtenidas, la velocidad de expansión del universo sería de unos 68 km por segundo. Las oscilaciones bariónicas comenzaron como ondas de presión propagadas a través del plasma caliente del universo temprano, creando regiones de densidad variable que se pueden leer hoy en día como las variaciones de temperatura en el fondo cósmico de microondas. Las mismas variaciones de la densidad dejaron su marca a medida que el universo evolucionó. Dicha marca se puede apreciar en la acumulación progresiva de materia visible en las galaxias, cuásares y gas intergaláctico, así como en la acumulación de la invisible materia oscura. La comparación de estas escalas en diferentes épocas hace que sea posible determinar los detalles de cómo se ha expandido el universo a través de su historia, una información que puede ser utilizada para sopesar las diferentes teorías sobre la energía oscura. Un oscuro misterio universal Hasta ahora lo aceptado por la comunidad científica es que la energía oscura es la responsable de la expansión acelerada del Universo. Este hecho fue un descubrimiento no esperado, ya que hasta ese momento se pensaba que, si bien el universo ciertamente está en expansión, su ritmo iba decreciendo por efecto de la atracción mutua entre galaxias distantes. A finales de los años 1990 unas observaciones de supernovas tipo A arrojaron el resultado inesperado de que la expansión del Universo se acelera. Estas observaciones parecen más firmes a la luz de estos nuevos datos. De ser correcta esta teoría, el resultado último de esta tendencia sería la imposibilidad de seguir viendo cualquier otra galaxia. Esta nueva teoría del fin del Universo ha recibido el nombre de Gran Desgarramiento o, en inglés, Big Rip. “Si echamos un vistazo hacia el pasado del universo, cuando éste tenía solo un cuarto de su edad actual, veríamos que un par de galaxias separadas por un millón de años luz, estarían separándose entre sí a una velocidad de 68 km por segundo a medida que el universo se expande. Esta estimación tiene un margen de error de solo un kilómetro y medio por segundo”, dijo Andreu Font-Ribera, del Laboratorio Nacional Berkeley y líder de uno de los equipos de investigación. En la actualidad, la materia oscura causante de esta aceleración es un gran bache en todas las teorías científicas que intentan explicarlo. Es por eso que, para cubrir dicho bache en nuestro entendimiento fundamental de la física, los científicos continúan intentando desentrañar los misterios de la materia oscura, incluyendo su rol en la aceleración de nuestro universo. “La aceleración es como si arrojaras una pelota al aire y esta comenzara a ir más y más rápido. No hay atracción de gravedad normal que pueda hacer eso”, concluyó Patrick McDonald, del Instituto Canadiense de Astrofísica Teórica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
ya puedes comentar, ¿que opinas?