Éste fué el último retrato a lápiz que realizé de Nahui quedando inconclúso, de eso hará como 8 años atrás más o menos, desde entonces ya no he vuelto a dibujar ni pintar "nada de lo mío".
Pero esa es mi historia no la de Nahui Ollin que ocupa esta entrada; pero se pudiera entender mi vida en parte, no se, porque me identifico mucho con su manera de pensar y ser, creo influyó algo en mi pensamiento y emociones en la época que dibujaba yo más, entendiendo también a esta extraordinaria mujer con la que establecí lazos espirituales en donde una tarde, se apareció al lado mio un gato de quien sabe por donde entró (estaba cerca del patio y en espacio abierto, tal vez bajó por el tejado?) y como Nahui era amante de los gatos y murió rodeada de una multitud de ellos los cuales la acompañaban siempre donde vivía sola ya viviendo casi indigente y loca... poco antes de morir ella, creo estar seguro de que ése gato venido de sabe dónde, ingresó desde un portal que le tenía en mi cuarto, porque tenía en mi pared o pegado a la pared en el suelo, el retrato a lápiz que le estaba haciendo, y de repente en el día de muertos, le prendía una veladora junto al retrato e invocaba su presencia, tengo una foto que tomé una vez del lugar improvisado que monté como altar, le tomé una foto y salió rara, las imágenes como que se sobrepusieron con otra, no se... creo todavía guardo la foto (¡pero para encontrarla! úuff).
Para concluir, el gato después de tenerlo en mi casa unos 3 días (solo lo veía de noche cuando llegaba de la calle y viviendo solo, nadie lo cuidaba ni le daban de comer... ni para mi tenía... y ni me acordaba, andaba yo tomando alcohól) decidí una noche que me puso nervioso... echarlo a la calle, fuí, abrí el portón y lo dejé afuera, al rato lo tenía de vuelta adentro (no sé cómo entró, porque brincando no creo, estaba chico), era un gato chico, digamos el comparativo, "como niño púber" de edad jaja) y me llamaba la atención porque se portaba como perrito y se paraba en dos patitas en atención a mi viéndome a los ojos y sus dedos o extremidades superiores digo, "las manos" de sus patas delanteras, eran grandes un poco para su tamaño... y no sé porqué me puse nervioso, a la segunda vez que lo saqué de vuelta a la calle ya no volvió... después guardé tantos remordimientos por esa acción.
Bueno, aquí lo dejo.
aquí sus bellos ojos ya delataban la inminente zozóbra y desestibilización emocional a mi entender, locura que se apoderó de ella irremediablemente al final de su vida - ¿estaría loca de verdad?.
terminó deambulando por la avenida de San Juan de letrán (hoy eje uno en pleno centro de la ciudad de méxico) vendiendo en unos cuantos pesos las fotos de sus desnudos para poder comer o tal vez para otra cosa...
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