Un paréntesis y receso para volver despuecito... a raíz de la publicación pasada inmediata sobre
Arcas espaciales y salas de registros en la Antártida, Giza, el Tíbet y las Bahamas
me dió por hacer esta entrada y todo para conocer lo mínimo de este lago y sus condiciones ambientales conocidas y estudiadas... ¿que cómo le hicieron para llegar hasta ahi ?!... no sé, pero imagino saltando las murallas del fín del mundo...
La nota en cuestión fue publicada en 2012.... uuuhhh..! imagino que estaban todavía construyendo las murallas de hielo..
Veamos:
REPORTAJE – EL LAGO VOSTOK (1)
22 ABRIL, 2012
Científicos rusos atraviesan una capa de casi cuatro kilómetros de hielo para alcanzar el ecosistema más raro y recóndito imaginable, el lago Vostok, con un campo magnético propio, una presión inimaginable y agua con un millón de años de antigüedad. Primera parte del reportaje.
Un planeta desconocido dentro de otro planeta bien conocido. A grandes rasgos es la definición que utilizan casi todos los que han pisado la Antártida. Una forma popular y resumida de concentrar lo que supone el continente blanco que tiene el tamaño de Europa en su versión más amplia (hasta los Urales) y que está sometida a un invierno extremo perpetuo. Un continente hundido y aplastado por una descomunal capa de hielo que en algunos puntos alcanza más de un kilómetro de espesor. Millones de años de compresión de hielo y nieve amontonadas que por culpa del calentamiento global empieza a adelgazar y pone en peligro el clima actual que ha permitido crecer a nuestra especie. Mil y una veces atravesada por expediciones desde que Roald Amundsen llegara el 14 de diciembre de 1914 al Polo Sur. Fue la tumba de cientos de exploradores, el escenario de la épica expedición de Shackleton (que daría para otro reportaje) con el Endurance… y el oscuro objeto de deseo de los científicos rusos, obsesionados con su particular rinconcito helado.
El lago Vostok es uno de los lugares más peculiares del mundo: un lago subglacial no congelado bajo un manto de hielo azul (antiguo y endurecido) que lleva millones de años aislado del resto del planeta, que tiene una anomalía magnética considerable y que desde hace décadas es uno de los puntos negros que la ciencia no puede explicar. Y una auténtica obsesión para la ciencia soviética y ahora rusa. Este pasado mes de febrero se hizo público que tras más de 30 años de perforación de los casi cuatro kilómetros de hielo que lo aíslan una expedición rusa habría llegado al corazón del lago, que podría ser el ecosistema de organismos antiguos (en millones de años) y que vivirían en condiciones de frío extremo.
Los investigadores han logrado el hito tras soportar temperaturas de más de 30 grados bajo cero, en condiciones tan duras que hubo planes de rescate inmediato porque se temía por sus vidas. Durante días quedaron totalmente aislados del mundo y desde Moscú se temieron lo peor. La nota de la agencia oficial rusa anunciaba poco después el triunfo: “Nuestros científicos de la base antártica Vostok concluyeron el domingo la perforación a la profundidad de 3.768 metros y alcanzaron la superficie del lago bajo el glaciar”. Todo un triunfo y uno de los últimos escenarios vírgenes que le quedaban al planeta, cuya perforación empezó en 1970 y ha sido una idea fija en la mente de los investigadores. El ser humano ya puede decir que (casi) no hay lugar terrestre sin explorar. Los mares son otro cantar.
Desde un punto de vista racional y científico, el estudio del ecosistema único del lago Vostok contribuirá a esbozar un guión de los cambios naturales del clima que se producirán en los próximos milenios. El lago es una burbuja inalterable en el tiempo, una puerta abierta al pasado y quizás al futuro climático, y un laboratorio natural de las leyes de la evolución en la vida biológica. También ayudará a entender cómo diversas formas de vida en la Tierra se fueron adaptando a condiciones extremas, un campo fundamental para extrapolarlo a cómo podría ser la vida en otros planetas. Por enlazar con la exploración espacial: si la investigación que se abre ahora indica que hay vida microscópica (como poco) podría tener implicaciones para la posible existencia de vida fuera de la Tierra, en condiciones de frío extremo, como la luna Europa de Júpiter o Encélado, el satélite de Saturno.
Las peculiaridades del entorno son inmensas: para empezar el agua no está helada, sino en estado líquido, lo que ya es de por sí una gran contradicción con temperaturas ambientales que caen por debajo de los -50 º C con suma facilidad (o más allá). Las opciones que se barajan van desde la existencia de actividad volcánica submarina que calienta lo suficiente el lago como el efecto de la presión sobre el hielo: la presión extrema (por encima de las 350 atmósferas) sería tan alta que literalmente impediría el proceso de solidificación de las moléculas de agua.
Otra peculiaridad es la altísima concentración de oxígeno del hielo (50 veces por encima del agua dulce que bebemos habitualmente), que de alcanzar la superficie podría “explotar” como una botella de Coca-Cola agitada durante varias horas. Es otra de las razones por las que los rusos no quisieron arriesgarse hasta tener la tecnología necesaria. Otra explicación sería la existencia de ríos bajo el hielo que se mantendrían activos por razones desconocidas y que alimentarían el lago Vostok y otros más que todavía no se han descubierto. La idea de que hubiera un sistema hidrográfico original bajo el manto de hielo, originario de los tiempos en los que la Antártida no estaba tan al sur, es bastante peculiar, y complicado de imaginar.
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