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Instituciones mexicanas y japonesas colaboran en conjunto para estudiar la actividad sísmica en la costa del Pacífico de México con la observación geofísica del mar y la tierra, lo que ayudaría a realizar programas de Protección Civil.
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Sismólogos predicen un “megaterremoto” en México tras 100 años de Gran Silencio
Oct 05, 2017
Por RT
Científicos mexicanos y japoneses vigilan de cerca el ‘sismo lento’ que puede desencadenarse en la brecha de Guerrero.
Una zona de México corre el riesgo de sufrir un ‘megaterremoto’. Se trata de la brecha de Guerrero, que se extiende entre la localidad de Papanoa y la de Acapulco. Científicos mexicanos y japoneses llevan más de dos años estudiando las maneras de prevenir las posibles consecuencias devastadoras de un suceso de estas dimensiones. Su plan es instalar la primera red de observación sismo-geodésica del país latinoamericano. Esperan que permita conocer ya desde comienzos de 2018 qué está ocurriendo en esta zona.
Hace más de un siglo que la zona se encuentra en un ‘gran silencio sísmico’ pese a que se localiza en la zona de subducción de dos placas tectónicas, la de Cocos y la de Norteamérica, y que en este mismo período ocurrieron sismos muy intensos.
Según testimonios históricos, el último gran terremoto en esta región ocurrió en el 1911, pero no se sabe si hubo precedentes. Por ello, no existen datos estadísticos para predecir si existe un “intervalo de recurrencia de un gran sismo en la brecha de Guerrero” y si es “de cada 100, 200, 300, 400 años o más”, cita el diario ‘Crónica’ a Raúl Valenzuela, investigador del Departamento del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.
A falta de datos sismológicos exactos, los científicos anticipan dos posibilidades:
- La primera hipótesis advierte de la posibilidad de que se registre un megaterremoto de magnitud superior a 8,2, en caso de que la tensión acumulada por dos placas se suelte en cuestión de segundos, explicó en una entrevista a RT la geóloga Irene Pérez, del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPreS) de Argentina.
- El segundo pronóstico aventura un “deslizamiento asísmico” en esta zona, que permitirá relajar la misma tensión pero en el transcurso de dos o tres meses sin generar sismos, según explicó a ‘Crónica’ Miguel Ángel Santoyo, otro sismólogo del IGf.
‘Sismos lentos’
Cada cuatro años se repiten en esta región ‘sismos lentos’, los cuales duran unos ocho meses, explicó al diario ‘Vanguardia’ Víctor M. Cruz Atienza, profesor del IGf responsable por parte de México de la investigación que se lleva a cabo en el marco del proyecto gubernamental japonés de la Asociación para la Investigación Científica y Tecnológica para el Desarrollo Sostenible (SATREPS, por sus siglas en inglés).
Los sismólogos mexicanos y japoneses anticipan que el siguiente sismo lento se iniciará en enero del año que viene, por lo que buscan desarrollar hasta entonces la primera red de observación sismo-geodésica en el fondo marino de México para poder comenzar el estudio de este proceso. Según Cruz Atienza, este tiene “implicaciones importantes en la ocurrencia de terremotos potencialmente destructivos”.
“Investigaremos si ese deslizamiento asísmico realmente está relajando los esfuerzos en la brecha de Guerrero o si efectivamente se incrementan”, explicó el docente del IGf.
México y Japón estudian actividad sísmica en las
costas de Guerrero
costas de Guerrero
La Universidad de Kyoto y la UNAM se unen para aprovechar el conocimiento de ese país oriental
Instituciones mexicanas y japonesas colaboran en conjunto para estudiar la actividad sísmica en la costa del Pacífico de México con la observación geofísica del mar y la tierra, lo que ayudaría a realizar programas de Protección Civil.
El proyecto lo integran el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Kyoto, que se enfocan de manera principal en la brecha sísmica del estado de Guerrero.
El estudio también propone un programa integral de prevención, como la estimación cuantitativa del peligro con modelos computacionales y matemáticos, además de la estimación de vulnerabilidad en diferentes asentamientos.
La investigación es financiada por el gobierno japonés mediante la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA, por sus siglas en inglés), con un monto de alrededor de 80 millones de pesos, dijo el investigador de la UNAM, Víctor Manuel Cruz Atienza.
El proyecto se divide en varias etapas, la primera consiste en analizar los datos geofísicos de una red sismo-geodésica instalada en la zona de estudio, explicó el especialista en una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El objetivo, señaló el investigador, es estudiar a fondo la estructura interna de la tierra, en específico de la corteza continental y oceánica donde ocurren sismos tsunamigénicos.
“También vamos a estudiar los tremores tectónicos que son señales de muy baja amplitud, normalmente asociados a los deslizamientos lentos o silenciosos entre las dos placas del Pacífico”, comentó Cruz Atienza.
Entre los aparatos que usarán los especialistas está un sismómetro de fondo oceánico que registra la sismicidad del mar, además de una red de GPS, las cuales se instalarán en tierra y mar a lo largo de la zona sísmica de Guerrero.
“Se van a instalar sistemas de geoposicionamiento satelital de alta precisión y sismómetros de banda ancha en tierra, aunado a sismómetros de fondo oceánico, sensores de presión hidrostática”, puntualizó el científico mexicano.
“También GPS acústicos en el fondo del mar que nos van a permitir observar y medir las deformaciones que sufra el lecho marino, producto de la convergencia de las placas tectónicas y de la sismicidad en la región”, agregó.
Los GPS acústicos servirán para completar las medidas geodésicas en el fondo del mar, los cuales tienen tres sensores hidroacústicos fijados en el lecho marino que se comunican con un dispositivo de flotación autónomo, el cual conserva su posición por encima de los sensores durante días.
En tanto, el segundo grupo, a través de modelos numéricos sofisticados y con la información acumulada en la parte observacional, producirá simulaciones verosímiles de terremotos que pudieran ocurrir en Guerrero para cuantificar el peligro asociado.
“Esto se va a realizar integrando diferentes modelos físicos que permitan describir la ruptura de un sismo, vamos a ver qué tan probable es que ocurra un sismo de magnitud muy importante en la brecha y bajo qué condiciones podría tener lugar”, señaló Cruz Atienza.
Los investigadores también buscan caracterizar las sacudidas bajo escenarios de ruptura en concordancia con las observaciones de la red sismo-geodésica, mientras se determina la altura de las olas y la penetración del agua en la tierra.
Con base en dicha estimación, los científicos podrían cuantificar la vulnerabilidad de los asentamientos más importantes a lo largo de la costa.
El Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred) de México participará en el tercer grupo para generar material didáctico que permita estudiar medidas preventivas y ayude a la gente más vulnerable a los sismos, a correr menos riesgos.
Lo anterior, por medio de programas de señalización específica y especializada que indicarán a las personas que viven en estas regiones qué hacer en caso de un sismo tsunamigénico.
Con información de Notimex
Desde Zihuatanejo, proyecto de colaboración México-Japón busca disminuir el riesgo por terremotos y tsunamis
26 Ago 2017
Hace dos años inició la colaboración científica entre México y Japón en la que se busca reducir el riesgo por terremoto y tsunami en la brecha sísmica de Guerrero —localizada entre la localidad de Papanoa y Acapulco—. Imagen: AMC
En los primeros meses de 2018, con la red sismo-geodésica instalada en mar y tierra, se colectarán los primeros datos en la brecha sísmica de Guerrero
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