The Matrix es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Simboliza un mensaje que necesita desesperadamente nuestra especie en este punto de nuestra evolución y su comunicación con un magistral uso del simbolismo. Ese mensaje es muy simple: Lo que normalmente tomamos por realidad no es más que un mundo de sueños creado por nuestras mentes.
El cuerpo y la personalidad con la que caminamos por este mundo no son quienes somos en realidad. El acto de creer que és todo lo que somos es algo a lo que hemos sido condicionados, y también es la fuente de nuestra limitación y sufrimiento.
No quiero demonizar esta manera de existir – explorar la limitación es una parte natural de la evolución, en mi opinión – pero llega un punto en el que la expansión debe llevarse a cabo o la limitación se volverá destructiva. Hemos llegado a ese punto, de hecho lo supera.
En la película, el personaje principal, Neo, vive una vida de insatisfacción. Él sabe que algo no está bien en el mundo, pero no puede entender lo que és. En un momento de la película entra en contacto con personas que ya están libres de la matriz (el mundo de los sueños), y le invitan a ver la verdad o realidad de lo que es realmente.
Esto simboliza lo que a mucha gente ahora mismo le está pasando. La mayoría de los que viven vidas corrientes cada vez más están sintiendo que algo está muy mal en el mundo y sus actividades habituales son menos satisfactorias. Esa maldad en el mundo se ha vuelto mucho más intensa en estos últimos años y décadas y la incorrecta estructura de carencia y limitación empieza a colapsar sobre sí misma.
Cuando Neo es contactado por el personaje Morpheus se le da la opción de tomar una píldora azul y permanecer en el mundo de los sueños o tomar una píldora roja y despertar a la verdadera realidad. En el viaje la persona llega a un punto en el que el yo superior o espíritu hace su aparición en el sueño e inicia el proceso de despertar. Morfeo es el dios griego de los sueños que podía tomar forma humana cuando fuera necesario y este personaje aparece en el sueño como una figura para iniciar una transformación en el personaje principal.
Una vez que la píldora roja es tomada o se inicia el proceso de despertar, no hay vuelta atrás, no se puede deshacer. Cuando llegamos al punto en el que el yo superior viene a nosotros y nos toca en el hombro debemos responder. Si nos resistimos a esta llamada de atención sufriremos más intensamente hasta que llegue el mensaje y dé la vuelta hacia el interior.
En la película, Neo elige la pastilla roja y desconecta, por así decirlo, de la Matrix. Pasa por un proceso muy doloroso y desconcertante hasta que se da cuenta de que todo lo que él consideraba realidad no es real, sino que en realidad es sólo una proyección de su mente y parte de un mundo simulado dentro de un sueño en el que había sido encarcelado.
Neo significa ‘nuevo’ o ‘uno’, y en la película Neo es mencionado a menudo como “el Uno”. Esta es una buena pieza de simbolismo, ya que, al despertar a la realidad tal cual es, hay un reconocimiento de que lo que realmente somos es parte de una singular realidad que se puede llamar Espíritu, Vida, Dios o cualquier otra etiqueta que desees.
El proceso de empezar a desconectar de la matriz es muy doloroso para la mayoría de nosotros, porque en esencia todo, cada aspecto de nuestra vida comienza a cambiar y a transformarse de manera profunda e incómoda al principio. Ya no obtenemos mucha comodidad y placer de las cosas que solíamos hacer y cuando empezamos a ver a través de la ilusión en la que estamos frente a la inmensidad e infinitud de lo desconocido es terrible para nosotros porque estamos acostumbrados a vivir en un confortable mundo limitado.
Tal vez la parte más difícil de este proceso es cuando nos damos cuenta del sueño pero aún no estamos completamente libres de sus garras. Esto es muy parecido a tener un pie en dos mundos. No podemos vivir como antes y todavía no somos lo suficientemente libres como para vivir de un manera nueva y más amplia. La necesidad se convierte entonces en dar el paso final hacia una nueva vida de un potencial ilimitado y que requiere un salto gigantesco de fe y enorme confianza en algo en lo que todavía no se tiene una clara experiencia.
Es un poco como saltar de un acantilado y confiar en que algo le dentendrá y no se romperá en pedazos, mucho pedir! Sin embargo, esto es lo que a menudo se requiere, y una vez que se de el paso todo comienza a acelerarse donde tenemos entonces la posibilidad de recuperar toda la energía que hemos invertido en limitadas creencias, formas físicas y patrones emocionales.
Al reclamar el poder y recordar nuestra verdadera naturaleza como seres ilimitados, nuestro holográfico mundo de sueños se disuelve y finalmente vemos la realidad como lo que realmente es, vasta e ilimitada e interconectada por completo.
Cada vez más de nosotros estamos siendo invitados por el alma a dar el salto desde el acantilado y despertar del sueño. Cuando lo hacemos, nos convertimos en vehículos para la expresión divina y somos libres de vivir plenamente nuestro potencial con todo el poder del universo detrás de todo lo que hacemos.
“Por mí mismo no puedo hacer nada“, dice una cita de la biblia. Quién somos en realidad es el poder y la presencia de la acción divina a través de la máscara de la personalidad. Somos un poder infinito, abundancia infinita, infinita alegría … ser infinito.
Así que vamos a despertar y ser lo que realmente somos y crear el sueño de una vida sin limitaciones!
Traducción: elnuevodespertar
Fuente: awakeninthenow.com
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