Hace un par de semanas en una meditación relativamente normal donde siempre trato de conectar con eso que, en este blog (y en otros mil sitios), llamamos “El Yo Superior”, tuve un atisbo de una presencia simultánea de muchas partes de mi como si todas fueran mi “Yo Superior”. Es un poco difícil de describir en palabras, de hecho, todos sabéis que las experiencias que cada uno tiene en meditación o en cualquier tipo de situación energética son tremendamente personales, difíciles de extrapolar para que otra persona se pueda sentir identificada o que pueda representar lo mismo, pero a mi, en este caso, me sirvió para tratar de matizar más el concepto (que ya tengo tan machacado) de que es realmente eso que llamamos “nuestro Yo Superior”. Vamos a ver si le damos una pequeña vuelta de tuerca más al tema.
Entendiendo que el tiempo no es lineal…
Todos sabéis que somos un ser, un espíritu, una chispa de luz, usando un alma terrestre como vehículo evolutivo y encarnando en un cuerpo físico como contenedor y facilitador de las experiencias que ese espíritu necesita. Imaginemos al espíritu simplemente como una proyección de energía, de conciencia, que proviene de la FUENTE.
Puesto que el concepto lineal del tiempo no es correcto, (y realmente aunque así lo percibamos dentro de un cuerpo orgánico, el pasado, presente y futuro existen simultáneamente), podríamos decir que el ser que seremos dentro de 10 años ya existe en lo que para nosotros es nuestro futuro, pues en realidad es un ser de carne y hueso viviendo en una línea temporal a la cual todavía no hemos llegado. Así mismo, existe el ser que seremos dentro de 25 años, simultáneamente, y también existe el ser que seremos dentro de 1000 años. Nuestro espíritu es inmortal, eterno, como la Fuente misma, por lo que todos los diferentes niveles evolutivos por los que hemos de pasar, y por los que hemos pasado, han creado una versión de nosotros mismos que es completamente real en su plano, dimensión o línea temporal de existencia.
Esto parece realmente complejo por el simple hecho de que no podemos percibir la simultaneidad del tiempo, pero es la explicación más simple que puedo dar para entender realmente el concepto de nuestro Yo Superior.
Yo ahora, yo más tarde y yo un poco más allá
Empecemos con un ejemplo sencillo. La persona en la que te vas a convertir dentro de 10 años existe ya en la línea temporal de tu “futuro”, puesto que existen muchos futuros probables que se van actualizando, existen muchas versiones de ti de dentro de 10 años, y cada una en su correspondiente dimensión paralela o línea temporal. Tú, que estás leyendo esto ahora, te convertirás en alguna de ellas, y esa en la que te conviertas, será, cuando tu llegues a su momento temporal (dentro de esos 10 años), la versión tuya que existe de un probable “yo” que ahora mismo existe dentro de 20 años, tomando saltos de década en década por ejemplo.
En mi caso, por ejemplo, el David de este año está destinado a convertirse en alguna versión ya existente del David de aquí a una década, y el David que ahora mismo se encuentra 10 años en mi futuro, seguirá su curso evolutivo y cuando yo sea el David del 2023, él será el David del año 2033. Espero que me sigáis con este razonamiento.
Bien, pues extrapola esta analogía miles de años en el futuro. El ser que eres ahora, el espíritu que eres ahora dentro de un cuerpo físico en la Tierra en la tercera densidad, dentro de mil años será un espíritu encarnado en algún lugar de vete a saber dónde, con un nivel evolutivo mucho mayor.
Si pudieras contactar (y puedes) con el ser que serás dentro de 1000 años, probablemente alucinarías con las historias que tú mismo te podrías contar con lo que te pasó en tu increíble periplo por las autopistas de la evolución a lo largo de este tiempo.
La imagen completa y todas las piezas del rompecabezas
Cuando hacemos esto, cuando conscientemente contactamos con la porción de nosotros que existe EN NUESTRO FUTURO, estamos conectando con nuestro Yo Superior, quien contiene TODA la información de todo lo que sucedió en SU PASADO, que es nuestro pasado, nuestro presente y evidentemente nuestro futuro, pues, nuestro Yo Superior, ya recorrió los caminos que nosotros hemos recorrido y los caminos que tenemos por delante.
Bien, siguiendo este razonamiento, podríamos decir que entonces es difícil saber con qué Yo Superior estamos conectando, pues evidentemente en cada punto del tiempo existe una versión “futura” de nosotros mismos que podría bien llevar la etiqueta de “Yo Superior”. Sin embargo, a efectos evolutivos, solo hay un “Yo futuro” que marque la diferencia y el trabajo que se hace en esta presente encarnación, y es el Yo Superior que decimos que se encuentra en la “sexta densidad”.
Como ya he contado en otros artículos, toda la estructura de la Creación está dividida en niveles evolutivos, hay quien les llama dimensiones y nosotros les llamamos densidades por razones que también he explicado anteriormente. Estos niveles evolutivos están ordenados en “octavas”, grupos de siete niveles, de los cuales existen infinitos hacia “arriba”, e infinitos hacia “abajo”. Nosotros en estos momentos existimos en el tercer nivel (densidad o dimensión) de una octava indeterminada, y vamos pronto a pasar a lo que llamamos cuarta densidad, luego a una quinta, a una sexta, etc. Cuando llegamos al final de la octava, al final de la séptima densidad, se produce una “reintegración” con la Fuente para empezar de nuevo en la primera densidad de una octava evolutiva superior. Así que básicamente esto de la Creación no se acaba nunca y siempre estaremos buscando al “Creador”.
Posición de monitorización
Sin embargo, dentro de cada octava, hay “puntos de control”, o niveles específicos desde donde se puede supervisar todo el trabajo que ese espíritu hace en esa octava. Por eso, el punto de “control”, monitorización y supervisión del trabajo evolutivo de esta octava (quizás también de las otras) se hace desde el nivel evolutivo que llamamos la sexta densidad (es nomenclatura puramente humana, simplemente denota un cierto plano o nivel frecuencial asociado a un nivel evolutivo, lo de los números es para entendernos entre humanos).
Esto significa que nuestro yo “futuro” de la sexta densidad, la versión de nosotros mismos (nuestro espíritu, no la persona que somos ahora), que existe ahora mismo en ese otro plano frecuencial, al cual quizás lleguemos dentro de millones de años, si percibimos el tiempo linealmente, es la que está ayudando a su Yo “pasado”, que todavía está en la tercera densidad, un nivel evolutivo por el cual pasó hace millones de años.
¿Cuál es entonces la función de este Yo Superior 6D? La que siempre decimos, la de “coordinación” y “supervisión”, en todos los sentidos, pero sin ninguna intromisión en el libre albedrio de lo que podríamos llamar “su yo pasado del tercer nivel”, es decir, nosotros, el espíritu o ser que somos dentro de este cuerpo físico. Para nosotros, y en lo que dura toda nuestra encarnación, el Yo Superior no es sino la porción del ser que seremos que se mantiene “estáticamente” en un plano frecuencial correspondiente a la sexta densidad, en los planos inferiores de la misma, porque el “tiempo” de su periplo por ese nivel evolutivo es infinitamente superior al tiempo de nuestro paso por la tercera densidad, por eso hablamos de un Yo Superior “estático” en ese otro plano.
La mejor referencia y archivo de consulta
Así que por eso siempre en los cursos de sanación akashica usamos y trabajamos con el Yo Superior, por eso en las meditaciones siempre buscamos la conexión con el Yo superior y no hay mejor aliado que el Yo Superior, simplemente por las razones que ya hemos dicho, porque es una versión de nosotros mismos millones de años, según nuestro concepto del tiempo (que no tiene sentido por otro lado) en nuestro futuro, y con la capacidad de percibir absolutamente todo lo que queda por “debajo” (evolutivamente hablando) de su propio plano o estadio. Pero eso no significa que nuestro Yo Superior no tenga otra cosa que hacer que vigilarte (que si que lo hace ) sino que además, una entidad 6D como nuestro YO Superior puede estar ahora disfrutando de una existencia terriblemente vasta e impresionante que representa para “él” el mismo reto que puede representar para ti tu existencia 3D en la Tierra.
De hecho, si lo piensas bien, tu eres, sin darte cuenta, la versión en el futuro de tu primera encarnación en este planeta, que evidentemente sigue estando activa y latente en su propia línea temporal aunque la llamemos una vida “pasada”, pero si la persona que fuiste hace 5000 años en tu primera vida se pusiera a meditar y conectara con su “yo futuro” del año 2013, no estaría haciendo otra cosa que conectando contigo en este momento, en tiempo real. Y tu si fueras consciente de ello y tuvieras la memoria y los recuerdos de todo lo que hiciste desde tu primera encarnación hasta ahora podrías orientar, guiar y ayudar a esa parte de ti que acaba de iniciar su camino evolutivo.
¿Echa humo la cabeza al tratar de comprender esto? Es cuestión de pedirle a vuestro Yo Superior que os deje probar un poquito de la percepción simultanea del tiempo y en un plis plas lo tienes clarísimo .
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