Una historia que se puede convertir en realidad sobre nuestro Sol, aunque suena descabellada e ireeal pero no sabemos, la ciencia cada día va alcanzando mas avances que suenan a ciencia ficción, vean este film estrenado en 2007 y que hoy nos viene a la medida para reflexionar sobre que vemos de la actividad anómala de nuestra estrella en estos tiempos.
Solo cambié el trailer de la entrada original porque no lo pude incrustar pero que pueden verlo acudiendo a la fuente al final.
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OLALLA CERNUDA
MADRID.- El Sol se muere. Y con él, la Humanidad. Es el año 2057, y la última esperanza de la Tierra está en una nave espacial y sus ocho tripulantes. Pero no viajan sólos. Llevan con ellos un artefacto que dará nueva vida a la estrella. Pero ya en el viaje, sin radio para comunicarse con la Tierra, la misión comienza a complicarse. Pronto, el equipo comienza a luchar, no solo por sus vidas, sino también por su cordura.
Las misiones espaciales siempre dan muy bien en pantalla, pero algunos de los grandes clásicos adolecen de una falta de credibilidad científica que les convierte en objetivo de la crítica de los más puristas. No es éste sin embargo el caso de 'Sunshine', la última película de Danny Boyle, que llega a las pantallas de todo el mundo dispuesta a demostrar que con el apoyo de buenos asesores científicos, y una gran dosis de efectos especiales sumamente cuidados, el hombre puede viajar donde quiera, al menos con la imaginación.
Con un guión firmado por Alex Garland, entre ambos han creado una trama de juegos cruzados y acción espacial que mantienen la intriga hasta el último plano, y que ayudados por los efectos espaciales, plantean una hipótesis científica que podría tener sentido... algún día.
Para dar vida a los tripulantes del 'Ícaro II', Boyle ha elegido a un cartel de actores casi desconocidos en España pero que logran transmitir a la perfección la sensación de claustrofobia y soledad de su misión. "Se trata de ocho personas que llevan tres años enclaustrados en una nave con una misión suicida y frente a la inmensidad del espacio. Me interesaba su viaje mental, cómo reaccionan ante ese camino hacia la fuente de la vida, el Sol", señaló Boyle: "El espacio exterior puede ser utilizado en cine de miles de formas, visto como un infierno, en 'Allien', por ejemplo; o como un paraíso. Es el lugar donde tienen cabida todos nuestros miedos y todos nuestros sueños", dijo.
Con el capitán Kaneda (Hiroyuki Sanada) al mando, las ideas del físico Capa (Cillian Murphy), el buen hacer de la bióloga Corazon (Michelle Yeoh) y el pilotaje de Cassie (Rose Byrne), la tripulación deberá enfrentarse a las exigentes condiciones físicas y psicológicas de su largo viaje.
La intención de Boyle, desde el primer momento, era presentar en la pantalla una misión espacial creíble en lugar de una obra de fantasía científica, así que nada mejor que dirigirse a la NASA para 'tomar prestados' datos y argumentos. Pero el pilar fundamental para dar credibilidad al filme vino de la mano del científico británico Brian Cox, que trabaja en el centro de investigación nuclear del CERN y que se unió al reparto como asesor científico, para darle a la tripulación una mayor comprensión del sistema solar, especialmente a Cillian Murphy, que interpreta a Capa, el físico de la nave.
«La ciencia es extremadamente razonada en la película», explicó Cox. "Se nota que Alex es un fanático de la ciencia así como también un hombre de ciencia ficción. Tuvimos que limar algunas asperezas, pero mis conocimientos fueron necesarios más para la historia de fondo que para la trama", matizó.
Pero el protagonismo indiscutible de la película no está en el reparto -coral y bien compactado- sino en la nave y el Sol. "Parece mentira, pero ésta es la primera película que se hace sobre el Sol en la historia", señaló Boyle. Un protagonismo estelar quer ayudó a conseguir el equipo de efectos visuales, que utilizó multitud de imágenes de diversas misiones espaciales de la NASA al astro rey para sacar las imágenes de la película.
En cuanto a la nave, el 'Ícaro II' está formado por un enorme escudo, de un kilómetro y medio de diámetro, compuesto por paneles de oro, que protegen la nave del sol desviando el calor solar. Debajo de este escudo, se asienta la bomba, del tamaño de Manhattan, y de una masa igual a la de la luna. En comparación con el escudo y la bomba, el espacio dedicado al alojamiento era bastante limitado, compuesto por un pasillo principal con la longitud de la nave. De este pasillo parte la zona social, los dormitorios, la cabina de vuelo, el observatorio, el centro médico, el cuarto de tierra y el jardín de oxígeno.
Todo ello se fabricó en los estudios Three Mills, en Londres, donde el equipo de producción hizo más de ocho escenarios en los que Tildesley construyó los interiores del Ícaro II y terminó los ambientes de 360 grados. "Es una mezcla de contrastes de escalas", comentaron. "La nave es enorme, en nuestros términos, y dentro de esa nave hay espacios pequeños para el alojamiento, muy parecido a lo que veríamos en un submarino. Es algo con máquinas reales con funciones prácticas. En este alojamiento tenemos cables y tuberías dispuestas por los dormitorios y los pasillos, por lo que se produce la sensación de que pueden verse las venas de la nave, para mostrar que está viva y funcionando todo el tiempo".
Nacido en Manchester en 1956, Danny Boyle está considerado uno de los cineastas más influyentes de su generación, un hombre perfeccionista hasta el punto de empeñar tres años en este proyecto, incluida la preparación de sus actores, sometidos a vuelos de gravedad cero, apoyados por consejeros científicos y visionando filmes de género.
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La revolución resiste y persiste en el cine de Danny Boyle
El cineasta, gracias a su obra y a su labor en las Olimpiadas de Londres, se ha ganado el reconocimiento como uno de los grandes directores contemporáneos, junto a Tom Hooper (“Les Misérables”), Darren Aronosky (“Black Swan”), entre otros.
les dejo estos videos, busquen y vean...
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