El Club Bilderberg, la sociedad más secreta de todas las suciedades secretas, es la mamá de los pollitos; la mamá de todas las fraternidades misteriosas.
¿Y quién es esta mamá y quiénes son los pollitos? Pues es un club que se reúne una vez al año a una conferencia a la que solo acuden aquellos que han sido invitados y que pertenecen a la crema y nata de los gallineros empresariales, académicos y políticos.
¿Qué es lo que se discute durante las reuniones anuales?
Recientemente se reunieron del 6 al 9 de junio en el superexclusivo The Grove Hotel en Watford, Hertfordshire, cerca de Londres, 138 galliformes de todo el mundo, para discutir cómo crear un orden mundial; pero, como los galliformes tienen estrictamente prohibido abrir la boca, nadie sabe y nadie supo a qué gobierno van a echar abajo o en dónde van a iniciar una guerra para hacer billones de dólares con el producto del despelote.
A los 138 les unen cinco poderosos enemigos públicos a los que combaten despiadadamente: el Estado-Nación soberano que promueve el bien común de la mayoría del pueblo; la moneda soberana que no genera interés y que todo Estado puede y debe utilizar; el rechazo masivo del sistema de deuda usuraria en todas sus formas; las instituciones republicanas independientes del poder del dinero porque solo así podrá haber auténtica democracia y los valores tradicionales de todos los pueblos, sean cristianos, musulmanes, budistas… Valores sanos y dignos como honor, verdad, lealtad, disciplina, perseverancia, trabajo, libertad, valentía, solidaridad.
El “club” es un peligro, como lo muestra la reciente declaración del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden: “Gracias a las minorías que manejan Hollywood, el matrimonio gay es hoy por hoy una realidad, no solo en mi país sino también en Francia, Argentina y decenas de otros países”.
Hablando en forma pelona, miles de niños en el futuro, tendrán o “dos mamás” o “dos papás” y los sicólogos freudianos harán su agosto con los futuros enfermos del Nuevo Orden Mundial que proponen los del Bilderberg.
Con dinero baila el perro
Entre los selectos miembros se encuentran Carl Bildt, Henry Kissinger, David Rockefeller, Jacob Wallenberg y otros de igual tamaño, de quienes se dice que hasta seleccionan primeros ministros o presidentes en países del mundo.
¿Se imaginan un mundo donde el gallinero quiere suplantar la soberanía individual de un país, con un gobierno global todo poderoso? ¿Donde presidentes, primeros ministros, banqueros y generales cacarean su importancia mientras son atendidos por hermosas y carísimas chaperonas reales para garantizar que todo camina sobre ruedas y bajo sábanas de seda? ¿Donde los que organizan las guerras y mercados (Europa y Estados Unidos) dicen lo que jamás se atreverían a decir en público?
El poderoso gallinero analiza, evalúa y planifica el Nuevo Orden Mundial en todas sus facetas: política, económica, financiera, monetaria, académica, mediática, militar, geopolítica, que incluso instalan nuevos paradigmas colectivos receptivos a los intereses del nuevo orden mundial.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es esencial para sus planes. Porque, ¿de qué otra manera se aseguraría una guerra perpetua y un chantaje nuclear también perpetuo? Y luego el club se dedica a saquear el planeta, formar fabulosas fortunas y poder y destrozar a quien se oponga, con tal de no perder nada.
Amshel Rotschild, el fundador del poderoso clan Rothschild, dijo: “Denme el control del dinero de una nación y no me importará quién haga sus leyes”.
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