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enero 25, 2012
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Una participante en el grupo de discusión sobre el 2012 preguntó por qué la Ascensión nos lleva a la Quinta Dimensión como si la Cuarta Dimensión fuese algo que no quisiéramos. ¿Por qué no parar en la Cuarta Dimensión?, preguntó.
Pido disculpas porque este artículo sea un poquito largo y quizás algo complejo. Pero la respuesta requiere un poco de elaboración.
La respuesta corta es que nuestra Ascensión implica la salida de la consciencia en dualidad y la entrada en la consciencia de unidad, y ésta sólo empieza en la Quinta Dimensión.
La Cuarta Dimensión, o Plano Astral, es aún dual en consciencia.
Le pedí al Arcángel Miguel que confirmase que la Cuarta Dimensión era el Plano Astral y la Quinta el Mental, y lo hizo:
Steve: ¿Puedo confirmar contigo que la Cuarta Dimensión es la equivalente más cercana, obviamente no exactamente equivalente, de los Planos Astrales, y la Quinta Dimensión es la equivalente más cercana en el mundo físico a los Planos Mentales? ¿Es correcto?
Arcángel Miguel: Sí.
Los Arcturianos, hablando a través de Suzanne Carroll, reconocieron que se piensa normalmente en la Tercera y la Cuarta Dimensiones como yendo juntas:
“Cuando hablamos de la tercera dimensión incluimos la cuarta como las emanaciones etéricas del mundo físico.
Esta realidad etérica de la cuarta dimensión te conecta con los mundos superiores de la quinta dimensión y más allá”.
Se piensa generalmente en los humanos como atravesando un ciclo en la Tercera y Cuarta Dimensiones, por lo que progresar a la Quinta es la auténtica realización de la Ascensión, como insinúan aquí los Guardianes a través de Lisa Renee:
“El ciclo de regresión kármica de la especie humana incluye repetidas encarnaciones en este reino 3D y el reciclado de la consciencia en el reino 4D, el plano Astral”.
Aquí el Arcángel Miguel describe que la Ascensión traslada al Plano Mental –y también más allá.
“El proceso de ascensión entraña la maestría del plano físico, el plano astral (emocional), el plano mental, y, más tarde, las dimensiones superiores”.
Ag-Agria nos dice que la realización de la Ascensión será la obtención de la consciencia de unidad, lo que él llama “aceptar que todos somos Uno”.
“Espiritualmente, vuestro mayor salto hacia adelante vendrá de aceptar que sois todos Uno. Porque durante tantísimo tiempo habéis estado separados por vuestros “ismos”, el color, la lengua, los credos, pero la educación moderna y las comunicaciones de hoy en día han acortado ese hueco.
Ha habido muchísimos dioses diferentes, con demasiadas interpretaciones que situar en vuestras vidas.
En un mundo que es una cápsula del tiempo de tantos y diferentes periodos de enseñanzas religiosas no es extraño que sea difícil para vosotros encontrar un hilo común que os vincule a todos juntos”.
“Eso vendrá en relativamente poco tiempo, pero sólo si la gente está preparada para soltar el rígido abrazo a sus creencias”.
Matthew Ward también describe aquí la Ascensión como la obtención de la consciencia de unidad:
“La ascensión es crecimiento espiritual, evolución del alma, y cada alma experimenta esto en muchos lugares del universo mientras “Asciende” a la Unidad de Todo –el retorno a nuestros Orígenes”.
Y SaLuSa aquí:
“Mientras recorres tu camino por los reinos de la Luz te haces cada vez más consciente de la Unidad de Todo Lo que Existe”.
Diane de Sirio también nos dice que lo que se está acercando es el final del ciclo de dualidad en sí mismo:
“Una de las mayores lecciones a aprender era el reconocimiento de la Unidad de Todo Lo que Existe, y el vínculo inmutable que tenéis con la Fuente siendo una expresión del Amor Incondicional.
En estos tiempos de conclusión mientras se completa el ciclo de dualidad habéis expandido vuestra consciencia, y muchos ya están practicando el Amor Incondicional, que están llevando a todos los demás”.
Ahora voy a entrelazar fuentes para profundizar más en el Plano Astral, yendo desde la Compañía de la Luz, como se puede encontrar en la base de datos de “Primer Contacto”, hasta los habitantes de los Planos Astrales y Mentales encontrados en la base de datos de “Nuevos Mapas del Cielo”.
He oído que el Arcángel Miguel llama a la Cuarta Dimensión o Plano Astral el plano “emocional”. También se le conoce como “el plano del deseo”, como apunta la Teosófica Annie Besant:
“Kâmaloka, el lugar del deseo, es el nombre que se da (por los Teosóficos) a las condiciones de vida intermedia en el plano astral”.
Aquí el Juez David P. Hatch describe el Plano Astral como un “mundo de juegos”.
“Oí una vez a un hombre referirse a este mundo como el mundo de los juegos, “porque”, dijo, “todos somos niños ahí, y creamos el entorno que deseamos”.
Al igual que un niño jugando puede convertir una silla en una torre o en un caballo de batalla, así podemos hacer real al momento lo que nos imaginemos en ese mundo”.
El Juez Hatch ilustra esto describiendo su encuentro con una nueva llegada que le encontró en toga romana.
“Ella miró su vestimenta clásica y yo podía sentir su pensamiento de que había algo incongruente entre mi ropa y mi afirmación de que sólo llevaba allí unos pocos meses”.
“Quizás sea usted un actor”, dijo ella.
“Todos somos actores aquí”, contesté.
“Esto pareció confundirla aún más, y dijo que no entendía. ¡Pobre mujer! Me dio pena, hice lo que pude para explicarle las condiciones en las que vivíamos”.
“Debe saber en primer lugar”, dije, “que esta es la tierra de los ideales realizados. Ahora, un hombre que siempre ha deseado ser un rey puede jugar a serlo si lo desea, y nadie se reirá de él; porque cada espíritu tiene algún sueño favorito que representar para su propia satisfacción”.
“Nosotros, madame”, continué, “re-adquirimos la tolerancia y la cortesía de los niños que nunca ridiculizan el juego de los demás”.
“¿Es el cielo sólo una habitación de juegos”, preguntó con un tono asombrado.
“No, en absoluto”, respondí; “pero no está usted en el cielo”.
Por traducir este críptico pasaje, Hatch estaba representando su deseo de experimentar la vida como un romano en el plano del deseo (el Plano Astral), y la señora preguntaba si el cielo era sólo para jugar.
Pero el “cielo” no es un término reservado para el Plano Astral, sino para el Plano Mental, que es un estadio por encima del “plano de los deseos” o Kâmaloka.
Uno de los propósitos del plano astral es eliminar nuestros deseos, como en la guía de T.E. Lawrence, “Mitchell” informaba al reprimido Lawrence:
“A menos que puedas liberar algunos de los deseos prohibidos, la cantidad de emociones almacenadas y peligrosas desbordarán tu equilibrio y te mantendrán en un estado turbulento”.
Se requería esta liberación antes de que Lawrence pudiese progresar al plano mental.
El Profesor William James explica cómo el deseo lleva a la gente hacia atrás y hacia adelante en el plano astral:
“Un deseo vívido de la naturaleza más transitoria me transportó aparentemente de un lugar a otro, sin transición ni preparación -exhilarante y perturbador.
A parte de todo esto, sin embargo fue una sensación de seguridad de lo más deliciosa, por lo que tras las primeras orientaciones no hay miedo en absoluto; y en todo lugar, el ser parece estar acolchado en una perfecta seguridad”.
Aquí, “Imperator” explica cómo el deseo nos mueve por el plano astral. Es este sucumbir al deseo lo que debe amaestrarse antes de continuar.
“El poder de la voluntad es suficiente para nuestros movimientos. Somos atraídos por la simpatía, repelidos por la antipatía, empujados por el deseo por nuestra parte, o por la de los que desean nuestra presencia”.
He aquí un filósofo chino anónimo afirmando lo mismo:
“Si queremos ir a algún lugar sólo es una cuestión de deseo y de voluntad, e inmediatamente estamos en el lugar que teníamos en mente”.
Frederic Myers intentó explicar la naturaleza ilusoria del plano astral. Lo llamó la tierra de los sueños, una tierra construida con las memorias de la vida en la Tierra.
Hay, dijo, “una existencia dentro de una imagen o reflejo de la Tierra, conocida por algunos como “la tierra del Verano”; yo prefiero llamarla “la tierra de la Ilusión”.
Cuando la gente entra en el Plano Astral, dijo:
“Entran en un sueño que, en sus características principales, recuerda a la Tierra. Pero ahora este sueño es memoria, y durante algún tiempo viven dentro de él.
Todas aquellas actividades que construyeron su vida anterior son representadas, si así es su deseo.
Pueden, en cualquier momento y si así lo eligen, escapar de los avatares de las memorias de la tierra, de lo que podríamos llamar los “pañales” de la vida después de la muerte.
Porque todas estas almas son como bebés, inconscientes del mundo real del que son habitantes, sin más conocimiento que el de los niños del enorme torbellino de la vida que les rodea, de sus sorprendentes actividades intelectuales, de sus logros…”.
“Viven durante un tiempo en este estado beatífico e infantil. Pero, al igual que un bebé, habitan sólo un sueño, y no tienen conocimiento y casi ninguna percepción de la vida mucho mayor en la que ahora están plantados.
Naturalmente, llega el momento en que las percepciones espirituales despiertan, en el que buscan escapar del sueño-memoria cuando, al poco, se dan cuenta de sus propios poderes intelectuales incrementados, y sobre todo de su capacidad de vivir en un plano mas refinado de ser.
Luego pasan del Estado de Ilusión y se elevan a una existencia que pocas inteligencias comunicadoras hayan intentado jamás describir al hombre”.
“Sin embargo, para los de nosotros que hemos viajado más allá del mundo-memoria, esta presunta región o cielo de los departidos es falsa porque es irreal, el reflejo de un reflejo, un ligero sueño que se disuelve ante el conocimiento espiritual.
Cuando se consigue atravesar la muerte muchos son felices en ese estado de gracia; pero la suya es una felicidad vegetativa, el contenido sin inteligencia de un niño que sabe poco o nada del mundo en el que vive”.
La mayor parte del resto de la gente diría que vivimos en el Plano Astral en un cuerpo astral.
Pero por alguna razón Myers lo llama “cuerpo etérico”, aun cuando el término se reserva generalmente para el cuerpo que se usa en el plano etérico o Fronterizo:
“En la tierra de la ilusión vistes un cuerpo etérico. Es de una materia más fina o más tenue que la forma física”.
Myers describe cómo crea la gente en el plano del deseo y la ilusión.
“En la tierra de la Ilusión no creas conscientemente lo que te rodea a través del pensamiento.
Tus deseos emocionales, tu mente más profunda manufactura esto sin que tu ser sea realmente consciente del proceso.
Porque aún eres un alma individualizada capturada en las limitaciones de tu ser terrestre y también dentro del fino cuerpo etérico que ahora es el tuyo…
“Imagínalo por un momento: vives en unos alrededores que recuerdan a los que conocías en la Tierra.
Estás, es cierto, liberado de preocupaciones por el dinero, liberado de la necesidad de ganarte el pan de cada día.
Tu cuerpo etérico se nutre con la luz, que no es la luz del sol. Está poseído también de energía y de vida. No sufre dolor, ni está sujeto a ningún tipo de lucha”.
Ofrece una imagen global de la vida del deseo:
“Casi todo alma vive algún tiempo en el estado de ilusión. La gran mayoría de los seres humanos, cuando mueren, están dominados por el concepto de que la sustancia es la realidad, que esta particular experiencia de la sustancia es la única realidad.
No están preparados para un cambio inmediato y completo de mirada. Añoran apasionadamente el entorno familiar aunque idealizado.
Su voluntad de vivir es, por tanto, sólo por vivir en el pasado. Por lo que entran en ese sueño que yo llamo tierra de la Ilusión.
“Por ejemplo, Tom Jones, que representa al irreflexivo hombre de la calle, deseará una glorificada villa de ladrillo en una glorificada Brighton.
Así que se encuentra a sí mismo siendo el orgulloso propietario de esa atrocidad del siglo veinte.
Naturalmente, él gravita alrededor de lo conocido por él, todo los que era de su gusto. En la Tierra el fumaba una muy buena marca de cigarros.
Puede tener la experiencia “ad nauseam” de fumar esta marca. Él jugaba al golf, así que juega al golf.
Pero él sólo está soñando todo el tiempo, o mejor aún, viviendo dentro de la fantasía creada por sus mayores deseos sobre la Tierra”.
Pero más tarde o más temprano nos cansamos del plano del deseo, dice Myers.
“Realmente es como si vivieses en una laguna, y te cansases pronto de las limitaciones de ese agua calma como una hoja de papel.
Anhelas la lucha, el esfuerzo, el éxtasis; echas de menos amplios horizontes. La llamada de la carretera te vuelve de nuevo.
Al poco, estás ansioso por progresar hacia arriba o hacia abajo”.
Ese mayor progreso está dentro de la Quinta Dimensión o Plano Mental, que, a su vez. es el primer plano en el que la experiencia de la dualidad se deja atrás y surge la consciencia de unidad.
Resumiendo: La Cuarta Dimensión o Plano Astral se visualiza como yendo junto con la Tercera Dimensión o Plano Físico en este ciclo de crecimiento infinito.
Cuando ascendemos progresamos más allá de estos planos que son mundos duales y entramos en el primer mundo unitivo de la Quinta Dimensión o Plano Mental.
Dejamos atrás el mundo de la polaridad y la dualidad y entramos en un mundo de unidad.
Nuestra liberación de la dualidad, por tanto, tiene que ser por necesidad la eliminación de la Cuarta, como también de la Tercera Dimensión, si realmente queremos ser herederos de la unicidad o unidad.
Por Steve Beckow
Traducción: PEC
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