No pude ir al cortejo ni acompañarte caminando... pero estuve en la mañana hoy un rato platicando contigo, y cuando me desayunaba en San Francisco, escuché unas niñas cantando canciones cristianas y rápido pensé: ¡cómo te hubiera gustado escucharlas amiga Sandra!... me hubiera gustado poder llevarlas a tu última morada aqui en la Tierra para que te cantásen, tu que amabas a la gente sencilla y humilde, tu que compartías tanto con extranjeros blancos, europeos, gringos o quien fuera de donde fuera, igual que con indios, tu amiga querida que me invitaste aquella vez y que casualmente coincidió mi bautizo cristiano con Jeremias en aquel río que jamás olvidaré un 24 de noviembre que también era mi cumpleaños "oficial" ese día... desde entonces creo nací dos veces y tántas veces muerto... a ti amiga te brindo mi corazón y una lágrima de amor en recuerdo a tu paso por éstas tierras... y me está escurriendo una lágrima y no puedo evitarlo ahorita, adiós amiga. Te amo y te recordaré en lo mas profundo de mi corazón... ve con tu Dios y tus ángeles que te esperan contentos de gozo porque pronto estarás con ellos y porque ya no sufrirás aqui.
Hasta pronto Sandra.
te canto y dedico desde aquí Sandra, este poema de nuestro paisano, Jaime Sabines.
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