Su gran tamaño, su actividad y su ubicación sobre la superficie solar, enfrentada a nuestro planeta, amenazaban tormenta y, efectivamente, se ha producido.
La descomunal mancha AR 1520, de un diámetro diez veces el de la Tierra, lanzó hace solo unas horas, durante la tarde del jueves, una llamarada de clase X 1,4, dentro del nivel más alto en la escala de intensidad (las hay A, B, C, M y X, letras a las que sigue un número del 1 al 9).
El latigazo ha provocado una eyección de masa coronal (CME), una nube ardiente de partículas y radiación que podría afectar a la Tierra, según ha explicado el Observatorio del Clima Espacial.
La llamarada ha tenido consecuencias en el sur de Norteamérica, Centroamérica y algunas zonas del Caribe, en donde se han producido apagones de radio del nivel R2 (nivel moderado). Ahora, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) estudia el trayecto de la CME, según informa EP.
Se espera que la eyección de partículas llegue el sábado con una posible actividad de moderada a severa. La NASA dice en su web que la eyección viaja hacia nosotros a 1.367 kilómetros por segundo.
Si la erupción es lo suficientemente intensa y la dirección del campo magnético de la nube de partículas es perpendicular a la del campo terrestre, la atmósfera recibirá una gran cantidad de energía, capaz de dañar los sistemas de comunicaciones y las redes eléctricas. Pero esto es solo una posibilidad y, en este caso, mínima, según los investigadores. Debido a la erupción solar, sí podrían contemplarse auroras brillantes en el sur de Canadá y el norte de Estados Unidos.
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