Los prestadores de servicios se preguntan si los denominados spring-breakers significan realmente un beneficio para el país. ESPECIAL
- Acapulco es el lugar donde se ubican algunos de los mejores centros
nocturnos del mundo
Acceso a bebidas alcohólicas, el mayor atractivo para estudiantes
En dichos viajes, operadores turísticos de la Unión Americana ven la oportunidad de vender miles de paquetes con avión y hotel todo incluido por precios accesibles, en tanto que los empresarios mexicanos se resignan: en estos tiempos, bienvenido cualquier visitante.
Con un gasto promedio de 60 dólares por persona, los adolescentes atraídos por la fiesta y que a sus 18 años pueden beber en territorio mexicano, significan algunos ingresos para hoteles, centros nocturnos y, en cierta medida, agentes de viajes.
Al iniciar la temporada de "spring-breakers", el secretario de Turismo, Rodolfo Elizondo, señaló en entrevista que cualquier visitante que venga a México es bienvenido en términos de derrama económica y paseo.
Sin embargo, reconoció que el comportamiento de esos muchachos, la mayoría menores de 18 años, se ha convertido en un problema que se debe controlar y destacó que los gobiernos estatales y municipales han tomado medidas para evitar que se conviertan en una calamidad.
Empero, la población en Puerto Vallarta, Mazatlán, Acapulco, Rosarito, Puerto Peñasco, Cabo San Lucas, la Riviera Maya y Cancún esperan con resquemor la temporada.
Asociados con excesos, desmanes, desorden e incontables atentados a la moral pública, los jóvenes que pasan sus vacaciones de primavera en México provenientes de casi toda la Unión Americana, son vistos más como un problema que como una oportunidad de negocios.
La temporada de "spring break" o "descanso de primavera", en español, es definida por los calendarios escolares en el vecino país del norte.
Los jóvenes que estudian la llamada High School, equivalente aproximado a la preparatoria en México, así como la universidad, tienen entre dos y tres semanas de descanso a principios de marzo, en lo que se conoce popularmente como "spring break".
Es el momento que aprovechan para vacacionar en grupos, lejos de sus padres cuyos días de asueto no coinciden y en lugares que les ofrezcan la posibilidad divertirse sin restricciones, incluyendo tomar bebidas alcohólicas a las que no tienen acceso en su país y sexo.
En tanto, el Departamento de Estado de la Unión Americana tiene claro el problema. Para los jóvenes que vienen a pasar esa temporada en México ha preparado un documento en el que explica cuál es la realidad y las precauciones que deben tomar.
Si bien el texto señala que unos 100 mil "spring-breakers" pasan la temporada en México cada año sin problemas, advierte que se deben seguir reglas y evitar algunas conductas que podrían provocarles problemas legales que derivarían en penas de prisión.
Describió que ciertas pautas de comportamiento que pueden tomarse con ligereza en territorio estadunidense, "en algunas partes de México pueden constituir una seria ofensa, que incluso puede castigarse con la cárcel".
Entre ellas mencionó hacer señas obscenas, beber en la calle o en el transporte público, omitir el pago de ese servicio, consumir o comerciar mariguana, incluso portarla, lo cual constituye un delito federal que puede castigarse con muchos años de prisión.
Aunque el aviso del gobierno estadunidense establece que en general los "spring-breakers" no tienen problemas en México y que casi 100 mil de ellos vienen cada año y se divierten, algunos sectores en Estados Unidos son más alarmistas.
Las universidades de Arizona en Tucson y Estatal de Arizona emitieron, previo al inicio de la temporada, una alerta en la que definitivamente recomiendan no venir a México.
Señalan a Tijuana, Ciudad Juárez y Nogales como "ciudades que han experimentado tiroteos durante el día en centros comerciales y lugares públicos" y que los criminales "han seguido a conductores estadunidenses en el área fronteriza".
Advierten que los casi 37 mil estudiantes de Arizona que cada año viajan a México están en riesgo por los señalamientos que hace la alerta de viajeros del Departamento de Estado de Estados Unidos, actualizada el 20 de febrero pasado.
El documento advierte un incremento de la violencia en México, señaladamente por el combate al crimen organizado y en específico en algunas ciudades del norte del país.
Pero por encima de esas advertencias, en Estados Unidos los grandes operadores turísticos observan la oportunidad de captar dólares.
A los estudiantes les venden paquetes que van desde 119 dólares una semana en Cancún, hasta hoteles en esa misma localidad, que pueden llegar a costar más de 850 dólares la noche.
En las promociones comerciales, la palabra clave es "alcohol". Para vender viajes a Cancún, Riviera Maya, Acapulco, Mazatlán, Puerto Vallarta, Puerto Peñasco, Rosarito, Los Cabos o prácticamente cualquier localidad de México, se enfatiza la posibilidad de beber.
"Cancún es La Meca de los "spring-breakers": 14 millas de playa, diversión de locura y fiestas, fiestas, fiestas", es lo que se lee en la publicidad que omite obstinadamente los avisos de inseguridad.
"Mazatlán es el más caliente de los destinos y tiene rangos de tarifas accesibles para todos los estudiantes"; a Puerto Peñasco se le promociona como un lugar con sol, mar y, "claro, edad legal para consumir alcohol a partir de los 18 años".
Acapulco "es el lugar donde se ubican algunos de los mejores centros nocturnos del mundo" y Cabo San Lucas es un sitio donde hay "fiestas paradisiacas", señala la publicidad.
Fui más de 10 veces a México desde chica y siempre me asombra. La verdad es un País que tiene todo, playas desiertas, grandes ciudades, monumentos históricos. Todos los hoteles en cancun que he visto son muy lindos. Lo único que podría criticar de México como país es la polución que hay en el DF
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