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FUENTE - Asteromia
Conjunción del plano del ecuador de la Tierra con el Sol. Cada hemisferio iluminado justo al 50%.
Equinoccios: conjunción del plano del ecuador de la Tierra con el Sol.
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Vistas desde detrás de la Tierra durante los equinoccios. Ver película.
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Reciente: durante el día 22, a comienzo del equinoccio, ha ocurrido una fuerte y espectacular explosión en el Sol (pendiente de ampliar).
La doble imagen muestra las dos vistas de la situación real del planeta Tierra en el espacio durante los equinoccios, observando desde detrás del propio planeta. Lógicamente, desde la Piel (de la Madre Tierra) no podemos percibirlo ni saber que en nuestro campo de visión durante los equinoccios vemos a la Estrella sol en el punto de cruce de dos líneas que tampoco podemos ver, aunque sí deducir e imaginar.
En un reloj, los puntos de y cuarto y menos cuarto a los que apunta la aguja de los minutos cada media hora son como los puntos de equinoccios de la Tierra en su órbita. En el círculo de la órbita de la Tierra el y cuarto y el menos cuarto son puntos mutuamente opuestos -y separados por 300 millones de kms, diámetro de la órbita- en los que la Nave planetaria se coloca cada 6 meses y que nosotros identificamos como dos fechas del año gregoriano: 21/23 de marzo y 21/23 de septiembre, que corresponden al inicio y a la mitad del año de la cultura islámica Bahá'í y del año Persa, pues ambas culturas establecen el comienzo y la mitad de su año en los días de equinoccio.
Esa "postura" del planeta respecto al plano de su órbita es la razón de que nuestra experiencia del equinoccio se limite a un día y una noche de la misma duración: 12 horas, pero sólo es el resultado de la suma de una serie de circunstancias físicas, de pura lógica natural y geométrica de un juego de luces y sombras entre una esfera luminosa, una fuente de luz (una estrella, el sol) y otra esfera opaca, un planeta (la Tierra) giratorio que orbita alrededor de la fuente de luz mientras su eje de rotación está inclinado.
Las dos líneas imaginarias que podemos imaginar en el cielo que vemos durante el día del equinoccio son la línea del ecuador celeste y la línea del aparente trayecto anual del Sol (la eclíptica formada por 365 puntos cada uno de los cuales es registrado a una misma hora cada día del año).
Equinoccio de marzo: comparación de la vista desde la Tierra y desde detrás de la Tierra.
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En el siguiente vínculo puedes observar la posición actual de la Nave Tierra en su órbita para ver en qué punto está con respecto al punto equinoccial y con respecto a la constelación de Orión y el Centro de la Galaxia. También en este Reloj de Tierra puedes tener una vista espacial cenital.
Ambas líneas así vistas desde la Tierra realmente muestran el reflejo de la situación real que vemos en el espacio si observamos desde detrás del planeta Tierra: que el plano del ecuador de la Tierra corta al Sol (o por el centro de la órbita), tal como vemos en la imagen inicial. Como vemos las líneas guardan el mismo ángulo, pero mientras viendo desde la Tierra la línea horizontal corresponde al Ecuador celeste (proyección del ecuador de la Tierra) y la línea oblícua representa el virtual camino del Sol, viendo desde detrás de la Tierra la línea horizontal corresponde a su camino real, el plano de la órbita por el que se traslada, y la línea oblícua es el plano de su ecuador. Hay que reconocer que es un pequeño lío de conceptos de un lenguaje geométrico al que podemos acostumbrarnos igual que nos acostumbramos al "complicadísimo" castellano con el que están escritas estas descripciones que a nuestra acostumbrada mente le resultan "tan complicadas".
Sabemos que una esfera como es el planeta es divisible en dos partes naturales que llamamos "hemisferios" (semi esferas) establecidas por el ecuador, pero también cada hemisferio tiene sus dos semipartes. Si el eje de rotación del planeta Tierra no estuviera inclinado, entonces cada día del año justo el 50% de cada hemisferio recibiría la luz del sol, es decir, cada día duraría 12 horas y cada noche también 12 horas, pero dado que el eje está inclinado, esta circunstancia sólo se da durante 2 días al año: los días de equinoccio. Realmente la esfera de aire o vapor (atmósfera) que envuelve al planeta siempre está semi-iluminada, es decir, con un 50% de luz y un 50% de sombra causada por la opacidad del planeta. Otra cosa es el propio planeta como cuerpo sólido, inclinado y mapeado por agua y tierra, pues tal inclinación provoca que sus polos y ecuador no se acoplen a la esfera luz/sombra. Durante los equinoccios, la posición del planeta inclinado en el punto de su órbita repecto al sol, hace que justo el 50% de cada hemisferio esté a la luz, y el otro 50% a la sombra. Son momentos en los que la luz no se impone a la sombra y la sombra no se impone a la luz, una metáfora del perfecto equilibrio de la dualidad natural. Los polos del planeta se encuentran a la misma distancia del sol.
En el equinoccio de otoño (en el Hemisferio norte), la Tierra está en línea con el Sol y con el final de la constelación de Virgo, y sobre el sol aparece la estrella 7 VIR, a 85 años-luz igual que la estrella Omega (28 PIS) bajo la cual está el Sol en el equinoccio de primavera.
La Nave Tierra ante Virgo en el equinoccio de septiembre, camino del solsticio de diciembre.
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También, el punto del cielo en el que vemos al Sol en ambos equinoccios es un punto de la imaginaria figura llamada analema. Ambos puntos están a cierta distancia del punto de cruce de las dos lazadas. Esta escena corresponde a lo que vemos desde el hemisferio norte en el equinoccio de septiembre. Desde el hemisferio sur la vemos al revés.
Posición del Sol en el analema el 31 de agosto y en el equinoccio de septiembre. |
A cualquier hora del día del equinoccio, sea en el amanecer o anochecer o en el mediodía, vemos al Sol en un punto del cielo que está entre otros dos puntos en los que estuvo 13 semanas antes (solsticio) y otro en el que estará 13 semanas más tarde (el otro solsticio). Éste es el trayecto que realiza la Nave Tierra durante las 13 semanas (3 meses) desde el solsticio de junio al equinoccio de septiembre. Puedes pulsar sobre la escena para ver una película.
Antes de un equinoccio, durante las 13 semanas anteriores, a cada día hemos vivido 1 minuto más/menos de día que es el mismo minuto menos/más de noche. Esto ocurre de forma viceversa a dos personas que viven en hemisferios diferentes. En términos de movimiento en el espacio esto significa que mientras el planeta se traslada inclinado en torno a la fuente de luz, un hemisferio como semiesfera penetra cada día 1/4 de grado más/menos en la zona iluminada.
Dado que transcurren 91 días (13x7 días ó 13 semanas ó 3 meses ó un cuarto de año) entre el solsticio y el equinoccio, 1/4 de grado cada día suponen unos 23 grados en 91 días. Y eso es los grados de inclinación del eje del planeta Tierra, como el Palo "mayor" (único) de la Nave Tierra, una nave escorada.
Aspecto del hemisferio norte del planeta desde un solsticio a un equinoccio
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La línea amarilla es el Eje. El punto rojo es el punto del Polo Norte.
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Estamos en un planeta que flota en el cielo espacial o Espacio universal desplazándose en círculo mientras está inclinado e imbuido en la esfera "vaporosa" de luz/sombra creada por la iluminación de la estrella (Sol) y por la opacidad del propio planeta. Durante un equinoccio, el Eje de rotación del planeta Agua está alineado con el umbral de luz y sombra y de perfil al Sol mientras el planeta está en un punto de su órbita que es opuesto al punto en el que estuvo hace 6 meses (media órbita) o en el que estará (lo cual no es absolutamente seguro) dentro de 6 meses.
Esto supone que justo el 50% de cada hemisferio del planeta recibe la luz del Sol, de modo que el otro 50% está a la sombra (la noche), lo cual lo experimentamos y medimos nosotros como 12 horas de día y 12 horas de noche. Es el día igual que noche o equi noccio. Es una equidad tanto espacial como cronológica, tanto de sombra y luz como de horas.
Si el Eje de la Tierra fuera visible y durante un equinoccio observamos su lado iluminado veríamos al eje del planeta inclinado hacia un lado unos 23 grados. Es el momento y el punto de vista más adecuados para apreciar la inclinación.
Equinoccio 21 marzo: vista del lado diurno y nocturno | Equinoccio 21 septiembre: vista del lado diurno y nocturno |
Los polos se encuentran a la misma distancia con respecto al Sol. |
Esto significa que si vemos al planeta desde detrás (la zona de noche) lo vemos inclinado hacia el lado contrario esos mismos 23 grados. Mirando el lado iluminado del planeta podemos ver medio polo norte y medio polo sur. No es un cambio de inclinación del planeta sino de nuestro punto de vista y de posición del planeta en la órbita.
Equinoccio 21 marzo: vista del lado nocturno | Equinoccio 21 septiembre: vista del lado nocturno |
En un equinoccio, el plano del ecuador de la Tierra intersecta con el plano de la órbita en cuyo centro está la Estrella sol. Esto significa que cada 21 de marzo y 21 de septiembre el suelo de la región del ecuador que está en el mediodía es un plano perpendicular a los rayos del Sol, es decir que estando en el ecuador a las 12 del mediodía (el punto más cercano al Sol) nuestro cuerpo no proyecta sombra porque tenemos al Sol literalmente en "nuestro arriba" (respecto a la coronilla) aunque el Sol no está encima del planeta ni éste está debajo del Sol. Es decir, que en ese punto y momento tenemos a la estrella más cercana justo en el cénit, justo sobre las coronillas, y nuestro cuerpo está literalmente entre dos centros cósmicos: el Corazón de la Madre (centro del planeta) y el Sol, el Centro del Barrio planetario.
Vista del lado del amanecer en los equinoccios. Pulsa en la imagen para ver animación del giro. |
Esto le ocurre, por ejemplo, a las 12 del mediodía del equinoccio a las personas que viven en Centroáfrica o en el Delta del río Amazonas o en la capital del país Ecuador, así llamado por razones obvias. O a los dragones y galápagos de las Islas Galápagos que están justo en el ecuador de esta gran Isla esférica de Agua que tiene algunas islas grandes. También en ese punto del ecuador al mediodía, la región, sea de tierra o de agua, absorbe la máxima cantidad de calor pues los rayos penetran sin ángulo en la Piel terrosa o acuosa de la Madre.
Aquí vemos una doble imagen del planeta Agua como un espejo en el que se refleja una Estrella, la única de este planeta (independientemente del mundo que "iluminamos" con tantas "estrellas" -si no somos una de ellas- que en el fondo y superficie también son personas que trabajan para conseguir dinero). Las imágenes corresponden a ambos equinoccios (separados por media órbita o 6 meses) y las Islas Galápagos aparecen al mediodía justo entre el Centro de la Madre Tierra y la Estrella Sol (ver también iluminación del planeta).
Reflejo de una estrella (el sol) en la superficie del planeta Agua en ambos equinoccios. Las Islas Galápagos bajo el sol el mediodía.
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Aquí podemos ver la proporción luz/sombra en el Círculo Polar Ártico colocándonos sobre el hemisferio y polo norte. La primera imagen es fija y corresponde al solsticio de diciembre, y por eso nos sirve de referencia. La segunda se actualiza cada día y por eso es ACTUAL.
Comparación del hemisferio norte en el solsticio del 21 de diciembre y en el equinoccio.
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Si el Eje de rotación del planeta formara ángulo recto con el plano de la órbita, el equilibrio luz/sombra se mantendría durante todo el año dándose una meteorología "eternamente" templada, un "equinoccio continuo", aunque no cabría hablar de equinoccio al no haber solsticios al no haber inclinación. No existiría la sucesión de las estaciones ni "la ropa de temporada" ni alergias con la llegada de la primavera. Ni Vivaldi habría compuesto su obra musical. Probablemente no podamos imaginar cómo seríamos ni como sería nuestra vida.
El 21-22 de marzo de 2011, la Tierra alcanzó el punto del equinoccio coincidiendo con que el planeta Urano estaba al otro lado del Sol. Fue el momento culmen de la oposición Tierra/Urano que estaba ocurriendo en las semanas en torno al equinoccio de marzo. Realmente esta oposición ocurre cada 369 días, aunque la de marzo de 2011 fue especial porque coincidió con el equinoccio.
Cada 84 años. Posición de los planetas Tierra y Urano durante el equinoccio de marzo de 2011. La Tierra en oposición con Urano.
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La capacidad visual de nuestro cerebro está acostumbrada a nuestro entorno más inmediato, así que no podemos ver directamente a Urano, pero si pudiéramos hacerlo y pudiéramos ver el firmamento a plena luz, en aquellos días alrededor del equinoccio de marzo de 2011 habríamos visto a Urano prácticamente en la misma posición que el Sol. En la tarde noche del 21 de marzo de 2011 había un manto de nubes sobre el centro de la Península Ibérica (Madrid), lo cual impedía ver el punto del horizonte por el que se pone el Sol equinoccial. Es justo el punto que está entre otros dos puntos: los de los solsticios; el del solsticio de diciembre queda a cierta distancia en la misma línea del horizonte, hacia nuestra izquierda; el del próximo solsticio de junio queda hacia nuestra derecha (y a la misma distancia). Durante aquel día de equinoccio el Sol tuvo un estornudo (explosión solar 21 de marzo ). Esta Firma del Firmamento (oposición Tierra/Urano en el equinoccio de marzo) ocurre cada 84 años, pues mientras la Tierra da 84 órbitas al Sol, el planeta Urano da una órbita. Es decir que la última vez que ocurrió el equinoccio de marzo en oposición con Urano fue hace 84 años, en 1927.
El día 21 de marzo es uno de los días del año gregoriano, concretamente el día 80. Pero es el 1er día del año Bahá´i, que es islámico y es de 19 meses de 19 días, más 4 días. Es decir que el año Bahá´í comienza en el equinoccio de marzo, y por tanto el punto y momento medio del año Bahá´í es el otro equinoccio que es el día gregoriano 21 de septiembre. También es así en el calendario persa (el 21 de marzo del año cristiano 2011 es el inicio del año persa 1390. Así, el equinoccio de marzo es el fin e inicio de un nuevo año para la humanidad de cultura persa y Bahá´i. Así pues, feliz año pasado y feliz año futuro: feliz Presente. También los dos días de equinoccio tienen su "codificación" en el calendario de 13 meses.
EXPLOSIÓN DE VIDA QUE LLAMAMOS "PRIMAVERA" (PRIMER VERDOR)
A cada momento del día de equinoccio los rayos del Sol inciden perpendicularmente en un punto que es el cruce del ecuador (línea horizontal) y del meridiano (línea vertical) del mediodía, y como el planeta gira (1 grado cada 4 minutos) esos rayos inciden de lleno tanto en la tierra como en el agua de la región ecuatorial. En la franja del ecuador la superficie de agua es 3 veces más extensa que la de tierra... y en la superficie del agua habita el microorganismo Plancton (Planta de agua del Planeta Planta) cuya mágica célula clorofila es Fragua de oxígeno al alquimizar el Polvo de la estrella en una partícula química que llamamos "oxígeno", combustible vital para el cerebro (cuyo alimento no es ideas).
Vista del lado del amanecer en el equinoccio de marzo. |
Franja del ecuador del planeta con mayoría de agua en la que habita el plancton generador de oxígeno.
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Es el mismo combustible que forma parte del gas (aire, atmos) que ahora y en todo momento (incluso cuando dormimos y cuando estamos "despiertos") está inhalando nuestro viviente organismo (traje espacial biológico), aunque cuando estamos "despiertos" apenas seamos conscientes por estar "respirando" nuestros asuntos en nuestra mente. El organismo humano es uno de los Pulmones a través de los que respira, cual Ser viviente, la Madre Tierra, así como el Plancton. Dado que los rayos del Sol penetran perpendicularmente en el agua como en un espejo que no reflejara los rayos, el Plancton de la extensa franja acuática del ecuador recibe más energía solar y por ello exhala la mayor cantidad de oxígeno en todo el año extendiéndolo por la Placenta (atmósfera) de la Madre en un momento en que uno de los hemisferio norte (que contiene la inmensa mayoría de su tierra y de su Pulmón vegetal de tierra) está ya recibiendo más directamente el vital combustible del Sol. Todo esto da lugar a una explosión de alegría vital (aunque también de alergia en muchas personas, y de hecho un estornudo es una gran explosión) que altera los ritmos biológicos. De ahí que hayamos creado ese refrán de "la primavera la sangre altera".
Vista del lado nocturno en el equinoccio de marzo y equinoccio de septiembre.
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No cambia la inclinación sino la posición de la Tierra en su órbita (a lados contrarios) y nuestro punto de vista. |
EL SIGNIFICADO CÓSMICO DE LA CONSTELACIÓN DEL EQUINOCCIO DE MARZO (VERNAL)
Al equinoccio de marzo se le llama equinoccio vernal, pues la palabra "vernal" (opuesta a "invernal") se refiere a primavera. En el equinoccio vernal la Tierra está ante el Sol y ante la constelación de Piscis, es decir que desde tierra vemos al Sol ante Piscis.
Cielo invisible durante el equinoccio vernal (21-22 de marzo). Punteros: indicadores del Mes cósmico.
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La constelación que aparece detrás del Sol en el equinoccio de marzo es la señal estelar que desde hace mucho tiempo usamos la Humanidad para situarnos en el Año de mayor dimensión: el Año Precesional de 25.920 años (161 x 161), duración del bamboleo del Eje del planeta Tierra que cubre 1 grado cada 71 años (órbitas del planeta) y da lugar al movimiento de precesión de los equinoccios y solsticios que preceden 1 grado cada 71 años en dirección contraria a la de traslación del planeta (71 años es la edad media de duración de una persona en la modernidad, muy poco comparada con 1 Día de ese Año de mayor dimensión). Por eso en tiempos pasados la constelación del equinoccio era otra. De ese "superaño" de mayor dimensión la Humanidad se desconectó hace unos pocos días milenarios. Esta doble imagen muestra esa precesión de una forma sencilla.
Precesión del equinoccio de marzo en 1500 años ante la constelación de Piscis debido a la inclinación del Eje.
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Nos sentimos "encontrados" (no perdidos) en la línea cronológica del calendario porque conocemos de memoria los nombres de los meses y porque tal estructura es adecuada para la forma de pensar y vivir que hemos aprendido al integrarnos en esta sociedad acorde a nuestro estado de conciencia. Tenemos noción de "ese tiempo", pero sólo es la base de nociones de tiempos de mayor dimensión. El ciclo de 25.920 años es de una dimensión adecuada para una conciencia humana integrada con el Ser planetario (auténtica conciencia de hijos de la Madre Tierra), pero también es un ciclo que estructuramos en 12 partes o periodos, los 12 Meses cósmicos cuyos nombres son los de las constelaciones zodiacales. Aunque el punto equinoccial (y por tanto aparentemente el sol) transita ante ellas durante diferentes periodos de miles de años (medio milenio ante Escorpio), podemos darles una media de 2.160 años (6x6x6x10). E igual que podemos dividir nuestro año en 13 meses cuadrados de 28 días, también podemos dividir al Año Cósmico en 13 meses cósmicos de 2000 años, así que la era cristiana ha cumplido 1 mes cósmico, y la era hebrea tiene una edad de 2 meses cósmicos y medio, para 3.
Hasta hace 2000 años, el "puntero" (ahora de Piscis) estuvo al final de la región de Aries y comenzó a entrar en la de Piscis, y desde entonces ha ido derivando hasta actualmente estar en el final de Piscis, y dentro de unos 400 años aparecería literalmente ante Acuario, según tal como están establecidas las fronteras de las constelaciones. El sentido de su desplazamiento tal como se ve desde la Tierra es contrario al sentido de traslación del planeta y también al sentido de giro.
En el equinoccio de septiembre percibiríamos la eclíptica como la misma línea que en el de marzo aunque simétrica, y al Sol ante la constelación de Virgo justo bajo la estrella 7 VIR, a 85 años-luz igual que la estrella Omega (28 PIS) bajo la cual está el Sol en el equinoccio de marzo.
La Nave Tierra ante Virgo en el equinoccio de septiembre, camino del solsticio de diciembre.
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En este RELOJ DE TIERRA puedes tener una vista espacial cenital.
Actualmente, el equinoccio de septiembre ocurre cuando la Nave Tierra está entre el Sol y la constelación de Piscis mientras el Sol aparece ante la constelación de Virgo, lo que significa que estas dos constelaciones están en regiones contrarias de la órbita de la Tierra. En la dirección de los Punteros de Piscis y Virgo hay dos estrellas a la misma distancia del Sol: 85 años luz. Esto quiere decir que el Sol está en la mitad de una línea de 170 años luz de longitud en cuyos extremos está cada una de esas dos estrellas.
VISIÓN ESPACIAL DEL PLANETA EN EL EQUINOCCIO
Estas son las vistas frontales y traseras del planeta durante los equinoccios.
Equinoccio 21 marzo: vista del lado diurno | Equinoccio 21 marzo: vista del lado nocturno. |
Equinoccio 21 septiembre: vista del lado diurno. | Equinoccio 21 septiembre: vista del lado nocturno. |
Y estas son las vistas laterales (de los umbrales del amanecer y el anochecer) en las que la inclinación del Eje da otro juego en el que intervienen los polos norte y sur ocultados y a la vista (como en las vistas frontales y traseras durante los solsticios). Todas muestran el variado abanico de aspectos del planeta debido a la inclinación de su Eje.
Equinoccio 21 marzo: vista del umbral del amanecer | Equinoccio 21 marzo: vista del umbral del anochecer |
Equinoccio 21 septiembre: vista del umbral del amanecer | Equinoccio 21 septiembre: vista del umbral del anochecer |
Aquí más vistas. Son dobles imágenes para comparar en ambos equinoccios el aspecto de la Tierra en los umbrales. Podemos apreciar el juego de los polos ocultos y a la vista.
Aquí una bella estampa del umbral del amanecer y del anochecer en el equinoccio de marzo cuando las Islas de Cabo Verde acaban de entrar en la zona de luz y salir de ella. En esos momentos el Océano Atlántico duerme y a la vez está despierto, y viceversa.
El océano Atlántico dividido por el umbral del amanecer y anochecer en el equinoccio de marzo
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¿Acaso no inspira esta imagen cierta armonía, que es la estructura invisible de la belleza visible? Es la misma armonía entre luz y sombra que alcanza cada hemisferio durante este especial día igual que noche.
El océano Atlántico atravesando el umbral del amanecer en el equinoccio de septiembre
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Observa el umbral del amanecer en el momento en que Europa (y más concretamente la Península Ibérica) pasa de la zona nocturna a la diurna. La primera escena corresponde al solsticio del 21 de junio, y la segunda al equinoccio del 22-23 de septiembre (que también equivale al de marzo).
Amanecer en el solsticio del 21 de junio
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Amanecer en el equinoccio del 21 de septiembre
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La diferencia es evidente pero aunque parezca evidente que el planeta Tierra se ha inclinado en cuestión de 13 semanas, no es así. Sólo es una percepción aparente debida a que abarcamos un campo de visión insuficiente -aunque mucho más amplio que desde tierra- para percibir la realidad completa: que el planeta se ha trasladado inclinado 1/4 de órbita. Ambas instantáneas separadas por 13 semanas (3 meses) son tomadas en los momentos inicial y final de ese cuarto de órbita recorrido por la Nave Agua y Tierra.
Pasa el ratón por estas dobles escenas.
Amanecer en el solsticio de junio y en el equinoccio de septiembre
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Amanecer en el equinoccio de septiembre y en el solsticio de diciembre
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==>El equinoccio del año 2010 tuvo como Firma en el Firmamento la alineación entre Júpiter y Urano al mismo lado del Sol el día 21. Se alinean cada 13 años y medio (13 órbitas y media de la Tierra, 1,14 de Júpiter y 0,6 de Urano). La última vez que ambos se alinearon fue el 21 de abril de 1997, pero en 2010 ocurrió que la Nave Tierra se sumó, y lo hizo en el punto del equinoccio. Para que la Tierra coincida con ambos "monstruos" pasan unos 600 años (595, pues la última vez fue en el año 1415 -y durante 595 órbitas de la Tierra, Urano da 7 órbitas y Júpiter da 50), y para que ello, además, ocurra en equinoccio, transcurre aún más tiempo. Por eso el de 2010 fue un equinoccio más especial.
Mientras en cualquiera de los dos equinoccios la Tierra está entre las constelaciones de Piscis y Virgo, en los lados de los umbrales del amanecer y el del anochecer también vemos ciertas constelaciones significativas. Durante el equinoccio de septiembre y mirando el umbral del amanecer vemos a la Tierra ante la constelación de Ofiuco (y prácticamente en el meridiano del Centro galáctico) mientras que si miramos a la Nave Tierra por su umbral del anochecer vemos a la constelación de Orión adornando al otro lado. Estos datos nos dan más referencias y riqueza para tener una conciencia espacial más completa del equinoccio. La siguiente es otra doble imagen, de modo que puedes pasar el indicador del ratón.
Hace 4.425 años, en el día de equinoccio el Sol estaba bajo las Pléyades. Dentro de unos 500 años, según los límites establecidos para las constelaciones, tendrá lugar físicamente en la constelación de Acuario. Esta circunstancia astronómica es lo que ha dado lugar a la expansión en nuestra sociedad de la llamada "Era de Acuario" o "Nueva Era". Las personas responsables de los movimientos culturales y filosóficos y religiosos relacionados con dicha "nueva era" consideran que ya estamos (el Sol y el planeta y nosotros) en la "Era de Acuario", aunque literalmente el hecho de que el Sol aparezca durante el equinoccio de marzo en la región de Acuario es algo que ocurrirá aún dentro de unas generaciones. Eso sí, una "nueva era" también fue la Era de Piscis cuando se iniciaba, igual que como cuando se inició el tiempo gregoriano en 1582 o cuando iniciamos nuestra vida o un nuevo año, como el 21 de marzo (equinoccio) que lo inicia la humanidad de cultura bahá´í.
ASPECTO CULTURAL Y ESPIRITUAL DEL EQUINOCCIO
El equinoccio es un momento celebrado en diversas partes del Planeta Tierra por seres humanos de culturas. Por ejemplo, el equinoccio de marzo es el 1er día del año Bahá´i, que es islámico y es de 19 meses de 19 días + 4 días. Es decir que el año Bahá´í comienza en el equinoccio de marzo, fin e inicio de un nuevo año para la humanidad de cultura islámica Bahá´i. Así pues, feliz año pasado y feliz año futuro.
Muchas culturas han conservado la ligazón con el Planeta, la Madre Tierra y Naturaleza sobreviviendo a la cultura de una sociedad basada en necesitar la misma "maldad" contra la que lucha, en dinero y en un sistema y calendario racionalista y desconectada de los ciclos de "La Creación" natural y viviente (organismo, planeta, universo), de la conciencia universal y de su emocional vivencia y beneficio gratuito. Hablando culturalmente, una desconexión con respecto a "La Creación" es una desconexión con respecto a eso llamado en términos religiosos "el Creador". Pero parte de la Humanidad siempre ha conservado tal cordón umbilical con la Madre Natura o Diosa Madre (y su "esposo" o "dios" correspondiente) a lo largo de la Historia a través de ancestrales tradiciones en las que el ser humano se convierte en tambor viviente de los pulsos o latidos telúricos y tectónicos del Planeta Madre desde sus inaccesibles entrañas magmáticas del Corazón (técnicamente llamado "núcleo" o "centro"), fuente de calor y energía, tal como la Estrella Sol.
La celebración de los equinoccios y solsticios es considerada por las culturas indígenas (indias) de este Planeta como un rito religioso, es decir, tal como sugiere la misma palabra "re-ligión" (re-ligare), de mantenimiento de la liga con "el Creador" o Espíritu universal o Esencia (Ser) de "La Creación" a través del contacto, conexión y comunicación íntima con ésta, la Madre Naturaleza cuya inteligencia (terrestre, que no significa humana ni civilizada) es la conexión a la inteligencia universal (que no significa "extraterrestre" pues la Tierra está flotando en el Espacio, el cielo espacial, inmersa en el Universo. Por tanto, en tal relación o re-lazo los sentimientos y emociones libres juegan un papel fundamental, una comunicación sin necesitad de intermediario tecnológico como un celular o móvil, pues ya el organismo es un celular compuesto por células vivas, y es una caja de recepción y emisión o resonancia de la energía cósmica y espiritual. Por su parte, el fenómeno de la "Civilización Tecnológica" -uno de cuyas creaciones estamos usando en este momento- con su impulso básicamente superviviente y por ello comercialista, es incompatible con los sentimientos y emociones y es tendente a explotar los recursos naturales de la Creación (empezando por el carbón, combustible de la vida orgánica, y el llamado "petróleo", aceite de piedra), y a crear a eso llamado "el Creador" en base modelos moralistas e institucionales (religión organizada en base a dogmas para masas, o pseudorreligión) diseñados por el hombre sin contar con la mujer, es decir, usando un exceso de intelecto/razón (racionalismo, irracionalidad) y una escasez de intuición/corazón, sentido conector con las femeninas energías vivientes del Planeta y Placenta, imperceptibles por el cerebro y la razón "divorciada" de la intuición.
De hecho, en la sociedad moderna no se celebran los equinoccios y solsticios de un Planeta al que no se le considera Madre. Incluso para la inmensa mayoría de las personas tales acontecimientos planetarios pasan desapercibidos durante toda la "vida", tanto como para la Naturaleza Madre (y su aspecto "Padre") las celebraciones sociales y "religiosas" del hombre en una casa flotante en mitad de las estrellas de una galaxia.
Estando en el ecuador y en el momento del mediodía, durante el equinoccio nuestro cuerpo no hace sombra durante unos momentos efímeros, de modo que el Sol aparece sobre nosotros como una corona (sobre la coronilla), y nosotros como una reina y un rey (real). Esto es un reflejo de la realidad espiritual cuando somos conscientes de que la Luz del "Sol interior" nos ilumina porque de algún modo espontáneo se nos ha cerrado el "parasol" (la culpa, el odio, el rencor, el temor o la desconfianza) de modo que no sentimos las sombras emocionales que proyectaríamos teniendo ese "parasol" abierto.
Paz en la armonía y equilibrio y feliz nueva órbita (nuevo año) en la Nave Aire, Agua y Tierra entre miles y millones (más una) de estrellas.
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FUENTE - Asteromia
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