El grupo que ha presentado el nuevo proyecto lo conforman John Rockefeller IV, Susan Collins, Dianne Feinstein y el ‘amigo’ Joe Lieberman, todos conocidos por sus intentos de impulsar leyes de control de Internet a expensas de las libertades civiles.
Collins y Lieberman ya estuvieron detrás de los
intentos hace un par de años de lanzar la ley que otorgaba al Presidente de los
Estados Unidos de América la capacidad
de apagar Internet, el conocido “Internet kill switch”.
Por su parte, Feinstein fue de las primeras en pedir
la cabeza de Julian Assange, y a Lieberman le conocemos por ser el que llamó a
los de Amazon para que dejaran caer de su nube a Wikileaks. Y el senador
Rockefeller se
presenta él solo: es el que dijo que todo sería mucho más mejor si nunca se
hubiera inventado Internet.
Con la nueva propuesta, el Departamento de Seguridad Nacional deberá
establecer los riesgos y vulnerabilidades de cualquier sistema informático al
cargo de alguna infraestructura crítica.Una vez se determinen esas vulnerabilidades, los responsables de los sistemas deberán colaborar con el DHS para asegurar el sistema y prevenir cualquier posible ataque.
Y por “infraestructura crítica” se entienden las centrales eléctricas, estaciones de bombeo y depuración de agua además de un largo etcétera, ya que para los ciber-paranoicos, todo es crítico y mortal de necesidad.
La definición de “infraestructura crítica” comprende
aquellos sistemas cuya disrupción causada por un ciber-ataque pudiera llegar a causar muertes en masa, evacuación o daños mayores a la economía, la seguridad nacional o la vida diaria.Lo bueno del caso es que las empresas cuyos sistemas sean designados como “críticos” podrán apelar la decisión que les marque como “infraestructura crítica”.
La nueva ley se encuadra claramente en las nuevas
estrategiastanto de la Casa Blanca, “Estrategia
de identidades confiables”, como del Pentágono, “Estrategia
para la ciber-seguridad” (y segunda
parte).
Los promotores de la nueva legislación quieren dejar claro que ésta no tiene
relación alguna con la SOPA ni la PIPA (ni ningún plato de comida o fruto seco), y bien que
hacen. La Ley de Ciberseguridad no hará que Internet desaparezca, si no que pretende crear una especie de Skynet para tener bien controlados todos los sistemas “críticos” que mantienen al país en marcha.
La diferencia es que, con la intención expresa de aprobar la ley, y rápido, sus responsables han suprimido el polémico “botón de internet”, una especie de “botón de pánico” que el Presidente de los Estados Unidos podía pulsar, “apagando” así la red.
Ese “botón
de pánico“ fue el detonante de otra oleada de protestas, pero como podemos
comprobar ahora, no se logró retirar del todo las nuevas ideas
de legislación restrictiva.
Aún así, si que se prevé unificar los programas de ciberseguridad bajo un
Centro Nacional para la Ciberseguridad y las Comunicaciones, aunque no está
claro si quedará bajo el mando del US Cybercom o será una estructura a
parte.Así pues, volvemos con los ciclos en los frentes abiertos con el objetivo de controlar todo lo relativo a Internet. Tras el copyright, ahora toca cambio de menú: de comer ahora toca paranoia y ciberapocalipsis… los halcones vuelven a volar bien alto.
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