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martes, 9 de agosto de 2011

La Falacia Fenoménica y la Mentira Extraterrestre, por Ibn Asad

sábado 6 de agosto de 2011



LA FALACIA FENOMÉNICA Y LA MENTIRA EXTRATERRESTRE

por Ibn Asad
01-08-2011

Tras el artículo “Para los que esperan a su Mesías” entablé interesantísimas relaciones con algunos lectores que siempre responden con un feedback de conocimientos impresionantes. En este caso, la mayoría de esos lectores eran cristianos (y también católicos) que aportaron reflexiones y puntos de vista fascinantes. También recibí correos de inestimable valor por parte de hindúes, musulmanes y ateos. Sin embargo, el cribador sabe que el oro se encuentra escaso entre arenisca y guijarros: también recibí previsibles correos-bomba de varios histéricos ofendidos, sin ningún contenido salvo la certificación de que hay tipos que no sólo no saben leer, sino que tampoco van a aprender a estas alturas. Estas pobres gentes sacaron la conclusión de que soy un “anti-cristiano” (sic.), incluso un “anti-cristo” (sí, así como suena), y expresado de forma más periodística, un “negacionista de Jesús”. En fin: esa es la tesis que algunos extrajeron de ese artículo. Tiremos de la cadena y que corra el agua.

Todas estas reacciones (tanto las positivas edificantes como las histéricas negativas) nos empujan con fuerza a seguir escribiendo sobre la ignominia moderna en todas sus formas. Una de esas formas es el neo-espiritualismo ufológico, el cual siempre está revestido por los tres elementos señalados en el artículo ya citado: el error intelectual como pretexto pseudo-doctrinal, un salvacionismo que aguarda algo o alguien exterior, y -finalmente- un adosado empresarial encubierto sin otro objeto que el lucro y el mercachifle.

En 2009, cuando escribí “La Danza Final de Kali” dediqué muy poco espacio al salvacionismo extraterrestre. De él sólo dije:

De muy lejos vendrían unos “salvadores” que parecen tener importancia en algunos movimientos salvacionistas: los extraterrestres. La amenaza de este salvacionismo requiere tomarse en serio por parte del ser humano crítico, pues se trata de algo más que de una mamarrachada. Si el Establishment político pudiera aprovecharse de estas esperanzas con la escenificación extraterrestre a nivel masivo, la importancia de este salvacionismo sería capital en la culminación del Novus Ordo Seclorum. Ya se tiene constancia de que existen intenciones y proyectos en esa dirección, y si aún no se ha llevado a cabo una escenificación así, es –quizá- por una actual falta de medios. (La Danza Final de Kali, cap XV.- Movimientos y direcciones de reacción única)

Tras ratificar lo publicado, en el último año estudié al movimiento, no sólo en sus farragosas teorías sino también en sus organizaciones sectarias y empresariales. Todas las investigaciones me llevaron (como no podía ser de otra forma) a Europa y Estados Unidos. Me sorprendió comprobar que muchos de los adventismos protestantes y sus correspondientes editoriales y grupos empresariales euro-jews, tenían relación directa con el neo-espiritualismo ufológico, tanto en los nombres propios como en los comunes. Como en la actualidad resido en América, pude investigar directamente a los diversos grupos ufológicos. No fue necesario infiltrarse en ninguna secta, pues en mis contactos jamás oculté mi identidad e intención. Aún así, tomando algunas precauciones, me introduje en grupos new-age ufológicos, y llegué a entablar relación con ufólogos valorados en su medio, tanto de Brasil como de Estados Unidos, México y España. Por una prudencia que me consta conviene tomar con algunas gentes, en este artículo no se darán ciertos nombres propios. No hará falta. Seré claro pues no tengo dudas al respecto: La agenda global requiere una escenificación mesiánica que actualice el mito adventista y la superstición universal; esa escenificación será el contacto extraterrestre.
Para abordar la auténtica naturaleza del movimiento neo-espiritualista ufológico se dividirá el artículo en dos apartados: a) uno primero que aborde el error teórico que sirve de pretexto epistemológico para estas sectas; y b) una pequeña síntesis de sus soportes prácticos, tal y como las organizaciones, el entramado empresarial, la imaginería pop, sus procedimientos y algunos puntos que serían chistosos si no fuera porque nada de lo que aquí se va a denunciar tiene pizca de gracia.

La falacia fenoménica como pretexto teórico neo-espiritualista

La piedra angular de eso que el sectario ovni llama “vida extraterrestre” es la creencia. No existe otro ámbito alrededor de lo extraterrestre: la creencia. En los extraterrestres, se cree o no se cree. Poco más se puede hacer ante esta materia. Es por ello por lo que algunos han hablado de “religión ovni” o incluso “religión alien”. Por supuesto que la ufología no es una religión, pero sería más apropiado hablar de “religión ovni” que de “ciencia ovni”, pues el centro de todo neo-espiritualismo ufológico es la creencia.

Sin embargo, esta creencia no es una creencia religiosa. La creencia religiosa se fundamenta en una revelación. La creencia ufológica –por el contrario- se apoya en una experiencia fenoménica, individual o colectiva. Y ahí reside la falacia: los neo-espiritualistas ufológicos creen haber visto, tocado, olido, escuchado… extraterrestres, y basan su creencia en experiencias subjetivas de las que no tienen más testimonio que percepciones sensoriales raras. ¿Sería la ufología, por lo tanto, una ciencia empírica? Ni tan si quiera eso. Los neo-espiritualistas ufológicos no se interesan por los casos generales de experimentación. Al contrario: cuanto más particulares, más extravagantes, más extraños, más oníricos, más delirantes sean los fenómenos, más valorados por su débil mentalidad.

¿Pero qué fenómenos son esos?

Este tipo de preguntas se responden mejor por medio de símiles y, en este caso concreto, mejor aún si son extraídos de la experiencia personal. Recuerdo que cuando era un niño de ocho años deseaba una peonza de madera para jugar con mis amigos. No tenía dinero. Sabía que mi única manera de conseguirla era confiar en que el Ratoncito Pérez me la cambiara por un diente de leche caído. Mi abuela alimentó esta esperanza y me animó a que pusiera el diente bajo la almohada. A la mañana siguiente, había una peonza bajo mi almohada. No sólo eso: recuerdo nítidamente a un ratón que me miró, saltó de mi cama y salió del cuarto correteando. Lo juro. Lo recuerdo como si fuera ayer: yo vi al Ratoncito Pérez.
Claro, que por aquel entonces no reparé que la peonza que me dejó Pérez era exactamente igual que las peonzas que vendían en la tienda donde mi abuela era cliente habitual. Más aún, cuatro años después, cuando era mi hermana menor la que tenía ocho años, vi a mi abuela en la misma tienda comprando una muñeca que a la mañana siguiente apareció bajo su almohada. Le pregunté a mi abuela y me lo confirmó: ella era quien compraba los regalos y los dejaba bajo la almohada. Sin embargo, con ocho años yo vi en mi habitación a un ratón que me sonrió, saltó y salió corriendo. ¿Es eso posible?
Por supuesto que es posible. Mi percepción del Ratón Pérez fue auténtica en cuanto percepción. Los registros sensoriales son verdaderos en el modo que el experimentador los vive como ciertos. Sin embargo, eso no quiere decir que esos datos reflejen una verdad que, en última instancia, transciende lo físico, siendo eminentemente metafísica. En palabras claras: los sentidos no mienten, pero la interpretación de los datos sensoriales que nosotros extraemos pueden ser engañosos. De hecho, la mayoría de las veces lo son. El mundo fenoménico sólo refleja la verdad a través de sombras y espectros difusos.
¿Vi al Ratoncito Pérez con ocho años? Sí, lo vi. ¿De eso se puede inferir que el Ratoncito Pérez tiene una existencia fuera de la imaginación infantil? No, claro que no. Si tras esta experiencia el niño no desarrolla su discernimiento, en la edad adulta el sujeto puede desarrollar teorías sobre la existencia de una especie de roedor sonriente con dedos prensiles. ¿El sujeto vio alguna vez un roedor así? Sí. ¿Existe ese roedor? No. Si se toma en serio todo esto, el sujeto puede fundar una “religión”, una “fe”, una “creencia espiritual” basada en un desvarío fenoménico. Imaginen: ¡La Iglesia del Ratoncito Pérez! ¿Suena ridículo? Pues ese ridículo sostiene a toda secta de creencia extraterrestre: un infantilismo intelectual que toma como pretexto la interpretación de unos fenómenos peculiares. Unos (los pocos) sacarán tajada de esos fenómenos; y otros (los muchos) directamente serán estafados. ¿Pero cómo se dan esos fenómenos?
Simplemente se dan; y no tiene nada de extraordinario, ni revelador, ni espiritual. Existe una ciencia subordinada y secundaria dentro del conocimiento tradicional védico que aborda los modos y funcionamientos mentales. Se trata de una psicología integral aún presente en la tradición hindú que nada tiene que ver con lo que el moderno entiende por “psicología”. En esta ciencia, se especifica que la mente (citta) dispone de cuatro modalidades: jagrata, que sería el estado de vigilia en el que ahora nos encontramos; svapna (también llamado vikalpa) que sería el estado de ensoñación imaginaria; susupti, que sería ausencia de consciencia como en el sueño profundo o cuando se está inconsciente tras un golpe en la cabeza; y turiya, un cuarto estado transcendente supraindividual.
 

No existe una modalidad real y otra irreal; todas son reales en su contexto modal. Dos de esos modos son sensoriales: jagrata y svapna, la vigilia y la imaginación; y ambos están separados por una fina línea. Esa línea está difuminada en niños, desequilibrados mentales y consumidores de ciertas drogas. Cuando esa línea se rompe, el sujeto funde la vigilia perceptiva con el imaginario, y los psiquiatras modernos diagnostican lo que llaman “esquizofrenia”. Sin embargo, no es necesario que se dé esa ruptura patológica completa para la manifestación de fenómenos que desde un estado de vigilia normal parecerán extraordinarios. No conviene sorprenderse ante fenómenos raros. Al contrario: la perspectiva tradicional (toda tradición, no sólo la hindú) los desprecia, los desdeña, y recomienda siempre desapegarse de ellos pues son valorados como engañosos y peligrosos.

Estos fenómenos –subrayo- no tienen nada de extraordinarios. Sin embargo, suelen tener un encanto fascinante en las masas populares. Esta fascinación es aprovechada por sujetos con intereses ególatras y malintencionados. Pues estos fenómenos no sólo se dan, sino que se pueden producir, fabricar y manipular con una intención. Esa es la tarea de lo que en Occidente se llamó “mago negro”, el cual se sirve de prestidigitaciones y brujerías para generar fenómenos fascinantes, en el individuo o en el colectivo. Se tienen registros de magos negros en prácticamente todas las culturas y en todos los tiempos: tipos que se aprovechan de la producción fenoménica y la superstición para engañar a las muchedumbres. Lo único que es nuevo y reciente (nunca antes del S.XIX) es la organización de estos tipos en grupos, sectas y sociedades de alcance global. Eso es el neo-espiritualismo: grupos proselitistas que no tienen otro interés que tarambanas fenoménicas y la estafa económica. En su momento, en el siglo XIX, lo llamaron “ocultismo europeo”: un amorfo movimiento que surgió de contextos siempre europeos, siempre de trasfondo cristiano, siempre relacionados con una Masonería fatalmente desviada. Citemos tres nombres infames: Gerardo Anacleto Vincente Encausse (alias Papus), un medicucho gallego fundador del Martinismo; Allan Kardec, un francés masón que fundó el Espiritismo; Helena Petronila Blavatsky, una rusa mentirosa que se sacó de la manga la fraseología y la coartada doctrinal que adoptará todo neo-espiritualismo del S.XX y XXI (incluido y especialmente, el extraterrestre).

Galería de pioneros en la estafa neo-espiritualista: Papus, Kardec, Blavatsky

Madame Blavatsky funda la Sociedad Teosófica en New York en 1875 junto a un hatajo de masones y ocultistas europeos. La Blavatsky dijo, sobre la fundación de su movimiento: “Necesitamos explicar los fenómenos relacionados con los médiums y el espiritismo.” Así era: la Sociedad Teosófica se convierte en la primera gran empresa neo-espiritualista cimentada sobre la superstición, la ignorancia occidental y la fascinación fenoménica. En pocas décadas, tras una vomitiva trama de disputas, cismas e intrigas, la secta extiende sus tentáculos a Francia, Suiza, Reino Unido, México, Brasil, India, Grecia, Egipto, Australia… y un total de cincuenta y dos países.
Una de las directoras de la Sociedad Teosófica fue Annie Besant, masona, socia, secuaz y amante del fabiano H.G. Wells (para conocer a Wells leer “Tecnocracia Global y Destrucción Familiar”). Besant siguió con la política sectaria de alimentar teorías neo-mesiánicas con fines comerciales; de hecho, ella misma no tuvo complejos en anunciar “la llegada de la reencarnación de Jesucristo” a través de la figura del anglo-indio Jiddu Krishnamurti y el llamado World Teacher Project. (Lo cierto es que Krishnamurti rehusó la invitación de ser el “nuevo mesías” mundial, pero también es cierto que se dejó querer por los teosofistas hasta el punto de afincarse en Ginebra, Londres y finalmente Los Angeles donde murió entre carantoñas de Naciones Unidas y sectas new-age). Este no fue el único ni el más grave desvarío de Besant y los teosofistas. De hecho, toda esta panda (ocultistas, teosofistas, espiritistas… son en esencia los mismos) hablarán de “comunicaciones” con “entidades” para autorizar sus tergiversaciones teóricas y sus abusos prácticos. Esas “comunicaciones” fueron referidas por dos términos hermanados: “mediumidad” (palabreja extraída del contexto espírita de Allan Kardec) y “canalización”, otra palabra inventada por Madame Blavatsky y adoptada después por todo neo-espiritualismo (incluido el extraterrestre ufológico).

¿Y qué es una “canalización”? Mi respuesta: generalmente se llama “canalización” a los desvaríos de un majara. La respuesta de los neo-espiritualistas: “canalización” es una “comunicación” con algo que ellos llaman “entidad”. ¿Y qué diablos es eso de “entidad”? Respuesta de los neo-espiritualistas: un “espíritu” (según los espiritistas), un “elemental” (según los neo-paganos), un “extraterrestre” (según los ufólogos”)… Y mi respuesta: lo que toda esta gente llama “entidad” no es sino un espectro particular de su miseria intelectual proyectada a través de una imaginación delirante. El “canalizador” dice ser mediador entre una cosa que quiere comunicar (la “entidad”) y los receptores de esa canalización (que, sin eufemismos, resultan ser los crédulos prosélitos del movimiento neo-espiritualista de turno). Tras el cierre de la tradición profética y su correspondiente “sello” (jatim al-anbiya'), era previsible la aparición de miles de falsos profetas tal y como ahora vemos: cualquiera con fértil imaginación puede declararse “médium”, “canalizador”, “vidente”… ¡o hasta “profeta”! y nadie parece escandalizarse por ello. Ni si quiera entre ellos llegan a consenso sobre sus fuentes: discuten, rivalizan, y polemizan sobre qué canalización es verdadera y cuál no lo es. Para los que quieran escuchar, yo respondo: ninguna llamada “canalización” es verdadera, ni veraz, ni verificable. Me mojo y afirmo lo que pocos se atreven a decir: todo en el neo-espiritualismo es difuso, obscuro, vago, malintencionado y falso.

Pues una mamarrachada no es inofensiva e inocua por ser mamarrachada. Al contrario: el neo-espiritualismo es un claro ejemplo de que una superchería puede ser de gran utilidad en un plan. Ese plan es la producción de un nuevo paradigma religioso actualizado en la mentira, la superstición y la locura. Ese plan es una uniformización cultural de alcance global. Ese plan se llama Novus Ordo Seclorum y necesita una histeria salvacionista proyectada en las masas a través de las plataformas políticas, religiosas, económicas, científicas y educacionales. Pues tras estas generalidades, habrá quienes se pregunten: ¿Qué tiene que ver el neo-espiritualismo euro-americano y las esperanzas neo-mesiánicas con la escenificación fraudulenta del contacto extraterrestre? Todo. Tienen que ver todo: son cara y cruz de una misma moneda falsificada.

La Mentira Extraterrestre


El 22 de Enero de 2011, se celebró en Riad (Arabia Saudita) “Global Competitiveness Forum”. En su programa estaba “Contact: Learning from Outer Space“, una conferencia que reunió a líderes políticos, ufólogos, economistas, directivos corporativistas y científicos varios, para tratar “las consecuencias sociales y económicas de un contacto extraterrestre” (así como suena). En esta reunión participaron, entre otros, Tony Blair (ex primer ministro británico responsable de la invasión de Iraq), James Wolfensohn (Caballero de la Orden del Imperio Británico, miembro del CFR y ex director del Banco Mundial), Jean Chretien (ex primer ministro canadiense), Jim Albaugh (presidente ejecutivo de Boeing), Andy Bird (Director-Jefe de Walt Disney International), Jared Cohen (Alto directivo de Google), o Simon Conway Morris (Doctor y profesor de Cambridge y miembro de Royal Society) quien dijo en la revista “Philosophical Transactions” (publicación científica Windsor; mes Enero, año 2011) que “ante un contacto extraterrestre debemos estar preparados para lo peor” (sic., como lo oyen) …

El presupuesto de esta conferencia ascendió a más de un millón de dólares y en ella participaron ex jefes de estado, catedráticos universitarios, renombrados físicos, economistas del FMI y BM, aristócratas europeos y saudíes… Piense el lector en ello: toda esta gente reunida en Riad para hablar sobre la “posibilidad de un contacto extraterrestres”. No es un chiste. Esta carísima y -en apariencia- absurda merendola elitista fue sufragada por Abdulah Bin Abdulaziz, y quien conozca a este sujeto sabrá hasta qué punto este tiparraco está interesado por el debate científico, la filosofía y la libertad de pensamiento. Esta reunión sólo supuso ser eso mismo, una “reunión”. ¿Y quién se reunió? Un mismo entramado institucional que -aunque algunos no lo crean- llevan varias décadas trabajando sobre la cuestión “extraterrestre”.

Ese mismo entramado (ONU, universidades anglo-americanas, NASA, massmedia…) es el que ha estado educando (en otras palabras, manipulando) a las masas sobre este tema a través de décadas de cultura basura pop, cine, ciencia-ficción, música, TV, divulgaciones científicas, y patrañas neo-espiritualistas. Tras más de cinco décadas de familiarizar a las masas con los “extraterrestres”, una reunión como la de Riad no parece tan sospechosa y ridícula para una opinión pública ya completamente controlada. Sin embargo, si alguien resta cuerdo y cabal después de toda esta loca guerra cultural, con seguridad se preguntará: ¿Qué puñetas hay detrás de todo esto? Nada bueno.

Hay toda una cultura ufo, una cultura ovni, una cultura alien. Por supuesto esta cultura no existía hace cien años, como tampoco existía la cultura heavy-metal o la cultura de la Fórmula 1. ¿Por qué? Pues porque la cultura ovni fue implementada recientemente, de forma artificial y con una intención determinada. Toda imaginería alien fue inventada por la llamada ciencia-ficción, primeramente en la literatura y después en el cine y en la televisión.

En el Hall of Fame de la ciencia-ficción tenemos a H.G. Wells, que fue cómplice de Madame Besant. Otro autor de ciencia-ficción fue Aldous Huxley (clique aquí para conocer a los Huxley), frontman del mundo científico anglo-californiano, estado que tiene el record absoluto de sectas y grupos neo-espiritualistas en general y ufológicos en particular. En California, Aldous Huxley escribió sobre “la posibilidad de la vida extraterrestre”, como también sobre el LSD o la mescalina, todo ello mientras su hermano Julian Huxley dirigía la plataforma mundial de cultura, ciencia y educación (UNESCO). En California también, estará la principal industria propagandística de esta farsa doctrinal: el cine de Hollywood.

La ciencia-ficción se hizo un género puntero durante los años 50 y 60, edad de oro de la revolución pop, las drogas psicotrópicas y la carrera espacial americano-soviética. En menos de veinte años, consiguieron adoctrinar a la población en una iconografía verbenera de platillos volantes, humanoides bajitos, marcianitos verdes, asépticas aeronaves y rayos láser. En veinte años, hasta las abuelas se comenzaron a cuestionar la “posibilidad extraterrestre”. Surgió de la noche a la mañana. Una manipulación de masas de este calibre sin Star Trek, sin Lost in the Space, sin ET, sin Steven Spielberg, sin Star Wars y George Lucas, sin Carl Sagan, sin la BBC, sin Fox, sin Columbia, sin MGM, sin Futurama, sin Matt Groening, sin Independence Day, sin Will Smith, sin The X-Files… habría sido imposible. Hicieron un buen trabajo; a los hechos me remito.

Massmedia: Más de seis décadas adoctrinando a las masas en el neo-espiritualismo

Pero hay algo peor en esta historia. El neo-espiritualismo parasitó resquicios desvitalizados del lenguaje religioso, especialmente cristiano. La fascinación fenoménica neo-espiritualista se mezcló con ciertas esperanzas adventistas. Pues por mucho que algunos quieran verlos, NO hay ovnis hollywoodienses en la Biblia, tampoco en el Tanaj, ni en el Corán, ni en los Vedas. Sin embargo, los estafadores neo-espiritualistas dieron una vuelta de tuerca a la farsa. Un francés, Claude Vorilhon (alias “Rael”), identificó los Ben-Elohim bíblicos con los alienígenas que le visitaban, y fundó una secta peligrosísima extendida en los cinco continentes. Wallace Fard identificó al Allah del Corán con otro alienígena del cual él mismo se consideraba “reencarnación” (así como lo oyen), y también fundó una secta peligrosísima extendida en los cinco continentes. Para acabar de pisotear todos los textos sagrados y hacer un supermercado de ello, David Icke vio alienígenas en los nagas de los Agamas y Puranas, y Zecharia Sitchin vió alienígenas en los anunaki sumerio-babilónicos. (Todo falso: y reto a los seguidores de estos cuatro cantamañanas a que defiendan sus respectivas tesis tras la refutación que podemos hacer a través de respaldo filológico en hebreo, árabe, sánscrito y acadio respectivamente.)

A principios del Siglo XXI, el cacao ya estaba hecho: la new-age se ocupa de ejercer de la nueva religión del ciudadano global que subvive en el Nuevo Orden Mundial. A través de una satánica paradoja, la Nueva Era no acaba de llegar y, para mantener la paradoja, precisa de un neo-mesianismo fundamentado en un contacto extraterrestre que se hará escenificar a su debido momento.


Y ahí, en 2010, es cuando un servidor decide entrar en contacto con grupos neo-espiritualistas americanos y españoles, para investigar y estudiar su modus operandi. Sin embargo, a pesar de mi buena disposición para estudiar las teorías ufológicas, poco objeto de estudio encontré. La literatura neo-espiritualistas ufológica es una inmensa biblioteca paupérrima que mezcla narrativa fantástica con una divulgación pseudo-científica repetitiva, trillada y aburrida. Encontré una especie de sub-género ufológico alrededor de Ashtar, la figura inventada por el judeo-norteamericano George Adamsky. Alrededor de la superchería del Comandante Ashtar y una Federación Galáctica, prácticamente en cada estado de Europa y América, encontré al menos un individuo que ha montado una empresa sectaria que se lucra con conferencias, talleres y cursillos altamente sospechosos de estafa. En Estados Unidos, Thelma B. Terrel engañó a los hippies rebotados que quedaban, y después Lourdes Miranda haría lo propio con el pueblo mexicano. En Italia está la figura de Giorgio Bongiovanni, en Perú la de Sixto Paz, en Bélgica y Suiza apareció el asesino Luc Jouret, en Francia el propio Rael, y en España el estrafalario conferencista Rafael Palacios: todos ellos anunciaron, presentaron o contactaron con un tal Ashtar, que no era ningún extraterrestre, sino el logo de una serie de franquicias empresariales que se dedican a la estafa y a la destrucción intelectual. Quizás sea verdad aquello que dijo el neo-espiritualista Ron Hubbard: “La intelectualidad y la erudición son obstáculos para el florecimiento de la Nueva Era.” El caso es que la literatura new-age sólo se la recomendaría a mis peores enemigos, y sólo a los menos dotados de todos ellos. Todo libro neo-espiritualista de relevancia original está escrito en inglés (¡claro!) con un estilo moralizante y continuas y obsesivas alusiones a términos extraídos del espiritismo, el teosofismo, el ocultismo europeo… el neo-espiritualismo en definitiva. Hagan la prueba: cojan un libro neo-espiritualista ufológico famoso y comprueben que siempre (lo garantizo: siempre), o bien el autor (o la autora), o bien la editorial, o bien el grupo sectario responsable de la publicación, son o bien judíos, o bien californianos, o bien homosexuales, o todo al mismo tiempo. No falla. Compruébenlo.

Platillo volante 100% MADE IN IRAN “Zohal” fue el primer plato volador reconocido por fuentes oficiales en 2011. (Por supuesto, han existido platos voladores militares al menos desde 1941) 

En cuanto a los miembros de las sectas ufológicas, creo que es conveniente hacer una división entre ellos: los engañados (la mayoría) y los engañadores en el top empresarial (muy poquitos). Los primeros suelen ser espíritus confundidos más interesados por la fenomenología fantástica, la ciencia-ficción y la cultura pop que por cualquier investigación mínimamente seria y honesta. Comprobé que un gran número de los prosélitos neo-espiritualistas son consumidores de cannabis.
(Por supuesto que habrá otros muchos neo-espiritualistas que no toman drogas, pero yo hablo de lo que comprobé experimentalmente). Tras preguntarles por sus “investigaciones”, me sorprendí al ver que pocas investigaciones había: parece que los neo-espiritualistas ufológicos pasan más tiempo pegados al internet de su ordenador y a la TV, que buscando pruebas de vida extraterrestre. Tras meses de entrevistas y encuentros con autotitulados ufólogos, todo lo que conseguí fue un montón de fotos mal tomadas y videos de “objetos volantes” que no parecen tener ningún origen no-humano ni extraterrestre. Pics difusos y clips dudosos; eso es todo el material que me aportaron los miembros del neo-espiritualismo ufológico. A su favor puedo decir que la mayoría de prosélitos ufológicos son tipos pacíficos, simpáticos, amables y de trato muy divertido. Lo pasé muy bien con ciertos ufólogos… y me habría divertido más de yo haber sido consumidor de marihuana. Sin embargo, mi interés era otro: conocer al neo-espiritualismo ufológico desde su base y, también en la medida de lo posible, desde su cúspide.

Esa es otra historia: la élite neo-espiritualista. Porque así como hay una mayoría neo-espiritualista engañada, existe también una minoría engañadora detrás y encima. Establecí contacto también con “ufólogos serios” (prefería a los “no serios”, la verdad) de Brasil, México y Estados Unidos. En Brasil comprobé (tengo datos para el que los solicite) que todo el movimiento ufológico está en manos de una misma élite política articulada a través de la masonería europeo-brasileña.

Pues todo lector brasileño atento lo sabrá: Brasil es una república federal articulada por grupos masónicos que proyectan en las masas un histerismo neo-mesiánico a través de grupos evangélico-adventistas y sectas neo-espiritualistas como los espíritas o los raelianos.

Tanto los ufólogos investigados de Brasil como los de México y Estados Unidos, tienen relación con el ejército de uno u otro estado. O tienen formación militar, o se criaron en familias militares, o viven cerca de importantes áreas militares.

También he comprobado una relación directa de estas gentes con los conglomerados de massmedia RedeGlobo, Televisa y Fox, tres productoras que han insistido en telenovelas, series y programas de televisión con propaganda alien y ufológica. Los ufólogos investigados han participado en programas de estos grupos y han publicado libros en editoriales vinculadas a sectas neo-espiritualistas tanto protestante-adventistas, como mormones y grupúsculos siniestros como Ramtha School of Enlightenment. Pues -lo repito- tarde o temprano, detrás de toda secta ufológica, aparece la ciudad de Los Angeles; tarde o temprano aparece una productora de Hollywood; tarde o temprano aparece un ejército de la OTAN. Ningún ufólogo consiguió presentarme a un extraterrestre; de la misma manera, ningún ufólogo me consiguió ocultar los tres elementos siempre repetidos: lobby judeo-americano, cine de Hollywood, y ejército anglo-americano-israelí.

En mi investigación no conseguí encontrar ni un sólo indicio de vida alienígena. Sin embargo, encontré demasiados elementos inhumanos y monstruosos, sin necesidad de viajar a otros planetas ni montarme en una nave espacial.

  Lo más parecido a alienígenas que he encontrado en mi investigación

Tras este estudio e investigación de poco más de doce meses, puedo enunciar con claridad mi tesis: hay una agenda global de inversión doctrinal religiosa que afecta a todos los pueblos de la tierra. Esa agenda se proyecta a través de un mismo entramado político-económico-científico. Y en esa agenda juega un papel importante la escenificación del contacto extraterrestre. Pues el neo-espiritualismo ufológico no sólo esperanza a unos pocos crédulos y confunde aún más a los ateo-materialistas; hay algo más en esta historia. Sin despreciar el daño que ya hoy ha hecho el neo-espiritualismo en su desarrollo, existe un “goal”, un objetivo final, un evento esperado. Este evento actualizará el paradigma religioso mundial al servicio del Nuevo Orden Mundial.

¿Cuándo se alcanzará ese goal? Cuando se tengan los medios tecnológicos para ello y -al menos hoy en día- no los tienen. Sin embargo, el proyecto bluebeam tiene varios planes de acción y varios objetivos sobre dominios diferentes. En palabras claras: no hay que esperar al futuro para evaluar los horrores producidos por el neo-espiritualismo global. Algunos autores (por mi respetados y siempre valorados) hablan del año 2012 como fecha de la presentación completa de la “doctrina del dajjal” apoyada en la escenificación extraterrestre. Yo personalmente discrepo: en 2012 se dará un paso más en un proyecto que se inició en los albores de la Guerra Fría y que se culminará en algún momento de la segunda mitad del S. XXI.

No sé qué importancia pueden tener los eventos de 2012 en ese proyecto, pero opino que aún tienen que producirse cambios geopolíticos y económicos importantes antes de este “goal”. Uno de esos cambios será la entrega del relevo de manos de Estados Unidos al Estado de Israel como World Ruler. Presumiblemente para ello tendrá que producirse un gran evento en Occidente (terremoto, atentado, guerra u otro) que configure el mapa político al servicio de la nueva Pax Judaica. Finalmente todas las fuerzas globales se volcarán alrededor de la ciudad de Jerusalén como centro político mundial. En esta situación -empero- se escenificaría el circo mesiánico-extraterrestre en su forma completa. No antes.

Por ello personalmente opino que the bluebeam goal se presentará a mediados del Siglo XXI. En ningún caso en 2012. Esta es mi opinión personal; no es una profecía, ni un ejercicio adivinatorio (pues ni soy profeta, ni adivino, ni nada que se le parezca). Por lo tanto, no tengo inconveniente en reconocer que mi opinión -como toda opinión- no es infalible y está abierta a errores. De la misma forma, no tengo inconveniente en hacerla aquí pública y en comprometerme a debatirla con mis semejantes.

Me consta que este artículo irritará a muchos hasta el punto de ganarme no pocos enemigos. Estoy acostumbrado: jamás escribí para hacer amigos. Como siempre apelo a una búsqueda honesta y desinteresada de la verdad, al debate libre, y al intercambio fluido de conocimientos entre seres humanos.


Ibn Asad www.ibnasad.com


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