El 21 de junio se celebra, en el hemisferio norte, el día más largo del año. En esta fecha, los habitantes de la región Norte del planeta se aprestan para presenciar uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza: el sol de media noche.
Los agricultores dan gracias por el verano, las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse también a la diversión.
También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres y mujeres.Pero ¿cuál es el motivo de esta festividad? Nada menos que el Solsticio de Verano, la única fecha en el año en que el día cuenta con más horas.
La Tierra en su movimiento alrededor del Sol experimenta una ligera inclinación en su eje de rotación, que ocasiona una diferencia en la cantidad de irradiación de la luz solar en su superficie.
Con un ángulo de 23 grados y 27 minutos, el hemisferio norte obtiene este día el mayor número de horas de luz solar, o lo que es igual, este será el día más largo del año.
En este hemisferio se conoce como Trópico de Cáncer a la latitud geográfica correspondiente a la inclinación de la Tierra ya que, este era el lugar en donde el Sol se encontraba en el Solsticio de Verano hace más de 2000 años cuando fue observado este fenómeno.
La declinación del Sol se mantiene durante varios días casi sin moverse; de ahí el nombre de Solsticio que viene del latín “sol staticus”, que significa “sol quieto”.
A estos días extremos en la posición del Sol se les llamó solsticios de verano e invierno, los cuales ocurren los días 21 de junio y 21 de diciembre respectivamente. Estas fechas corresponden al hemisferio norte, pues en el sur es al contrario.
Otra manera de visualizarlo es imaginarse que paseamos todos los días por la playa al atardecer. El día que lo veremos al sol ponerse más al sur es el 21 de diciembre (Solsticio de invierno lo llaman en el hemisferio norte) y el día que lo veremos ponerse más al norte es el 21 de junio (solsticio de verano, para el hemisferio norte, pues para los del sur sería de invierno).
En algunos lugares, como el Polo Norte, el sol continúa brillando a la media noche del 21 de junio.
La celebración del solsticio de verano, es tan antigua como la misma humanidad. En un principio se creía que el sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días eran cada vez más cortos.
Por esta razón, fogatas y ritos de fuego de toda clase se iniciaban en la víspera del pleno verano o el 20 de junio, para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.
A menudo se bailaba y saltaba alrededor del fuego para purificarse y protegerse de influencias demoníacas y asegurar el renacimiento del sol.
“Las fechas mencionadas son las típicas, pero puede ser que en un año determinado caiga un día antes o después, debido a las irregularidades del calendario, como los años bisiestos”.
Este descubrimiento permitió al ser humano medir exactamente 1 año y así crear el calendario solar, predecir con exactitud las estaciones, con todo lo que eso significa para la agricultura y, en general, para la civilización.
Es previsible que este 21 de junio, que es cuando en el hemisferio norte el Sol alcanza el punto más alto sobre el horizonte, las temperaturas asciendan ligeramente.
El 21 de junio, solsticio de verano, se celebra la mágica noche de San Juan. Fiesta antiquísima que ha sido celebrada por todas las culturas, con ésta fecha se señala la entrada del verano, un momento de máxima luz solar, el día más largo del año, con quince horas en la península y por ende la noche más corta con siete horas.
La conmemoración del nacimiento de San Juan Bautista coincide exactamente seis meses antes que la de Jesús el Cristo
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