Con el argumento de evitar la entrada de grandes consorcios comerciales a las comunidades campesinas de El Espinal, Veracruz, e impulsada por asociaciones civiles como el Centro de Investigación Intercultural para el Desarrollo, la Red Unidos por los Derechos Humanos y alumnos y docentes de la Universidad Veracruzana Intercultural se ha creado una “moneda” propia para la zona, denominada “túmin”, que en lengua Totonaca significa dinero, la cual cuenta incluso con el aval de las autoridades del municipio.
El proyecto es impulsado por Juan Castro Soto y Álvaro López Lobato, Presidente y Secretario de “Mercado Alternativo y Economía Solidaria”. La moneda comunitaria comenzó a circular en septiembre 2010 entre 50 comerciantes, hasta la fecha ya suman 80 dueños de establecimientos que se han sumado a la iniciativa.
Hasta ahora existen las denominaciones de 5, 10 y 20 “túmines”. Cada túmin equivale a un peso mexicano. El monto total que circula en el municipio con la moneda local, es de 50 mil Túmines, equivalente a 50 mil pesos. El billete es un rectángulo con medidas de cinco por ocho centímetros. En él están impresas pinturas de artistas como Diego Rivera y Rufino Tamayo, cuenta con número de folio, tiene marcado su valor e incluyen la leyenda “Mercado Alternativo y Economía Solidaria. Válido para trueque entre socios activistas”, además de la firma del presidente, secretario y tesorero de la agrupación.
Estos esfuerzos de desarrollo social, han sido cuestionados al llamar a su instrumento de intercambio “moneda”, ya que conforme al artículo primero de la Ley Monetaria de los Estados Unidos Mexicanos, la unidad monetaria en nuestro país es el peso, y conforme al artículo 2 de la citada ley, se representa en la moneda circulante que son los billetes y monedas metálicas emitidas por el Banco de México, y únicamente corresponde a este poner en circulación la moneda.
La propuesta es conocida a nivel internacional como “moneda social” en el que se regresa al sistema de trueque, intercambiando entre los miembros de la red bienes y servicios y consumidores un instrumento creado con ese fin por una comunidad, sin que existan intereses especulativos
La primera moneda social nació en Austria en el poblado de Wörgl, en donde acuñaron su propia moneda para hacer frente a la Gran Depresión. En poco tiempo vieron como se solucionaban sus problemas del presupuesto municipal, el desempleo y la actividad económica local. Desde 1934 funciona en Suiza la Cooperativa de Crédito que lanzó una moneda propia denominada “Wir” y que, desde entonces, ha sido una moneda complementaria del franco suizo, con más de 72,000 pequeñas empresas asociadas.
En latinoamerica la experiencia más importante es la brasileña, iniciada en 1998 por la comunidad de Palmas en Fortaleza Ceará, Brasil, y que dio origen a una red de bancos comunitarios encabezados por el Banco Palmas.
En nuestro país esta no es la primera experiencia sobre monedas sociales, ya existieron los “tlalocs” en una red de tianguis, el “Mezquite” en Dolores Hidalgo, el “Cajeme” en Ciudad Obregón, “El Dinamo” en la delegación Magdalena Contreras o el “Xico”, en Chalma, pero hasta el momento no han tenido el desarrollo deseado por sus creadores.
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