Astrónomos aseguran que no sólo cambian las fechas de cada signo, sino que se suma uno más, según el cálculo realizado por la Minnesota Planetarium Society. Conozca el nuevo calendario
Habrá que cambiar de signo si se les cree a estos expertos estadounidenses que aseguran que los cálculos en los cuales se basan las reglas de fijación de los signos astrales se han falseado completamente a lo largo del tiempo.
Los babilonios, fundadores de la Astrología, habían fijado las fechas -por ejemplo, Géminis del 21 de mayo al 20 de junio- en función de la constelación con la cual el sol estaba alienado en el momento del nacimiento. El problema es que, con el transcurrir de los años, "la fuerza gravitacional de la Luna ha hecho oscilar a la Tierra alrededor de su eje, creando un corrimiento de un mes en la alineación de las estrellas", según informa el diario local The Star Tribune.
Por lo tanto, "cuando los astrólogos dicen que el sol está en Piscis, de hecho no lo está", explican los miembros de la Sociedad del Planetario de Minnesota. Y si el Sol no está en Piscis, no es de Piscis el nacido en ese momento.
Pero no todo está perdido. Los que se sientan desorientados por esta información podrán recuperar la brújula y quizá también releer el horóscopo con la nueva clasificación cronológica que recomiendan los astrónomos de Minnesota:
Capricornio: del 20 de enero al 16 de febrero.
Acuario: del 16 de febrero al 11 de marzo.
Piscis: del 11 de marzo al 18 de abril.
Aries: del 18 de abril al 13 de mayo.
Tauro: del 13 de mayo al 21 de junio.
Géminis: del 21 de junio al 20 de julio.
Cáncer: del 20 de julio al 10 de agosto.
Leo: del 10 de agosto al 16 de septiembre.
Virgo: del 16 de septiembre al 30 de octubre.
Libra: del 30 de octubre al 23 de noviembre.
Escorpio: del 23 de noviembre al 29 de noviembre.
Sagitario: del 17 de diciembre al 20 de enero.
Los nacidos entre el 29 de noviembre y el 17 de diciembre son en realidad de Ophiuchus, un signo dejado de lado por los babilonios para mantener 12, una cifra más marquetinera.
La razón por la cual estos astrónomos serios se dedicaron a este estudio es -dicen- para exponer el absurdo de la Astrología, que aspira a un estatus científico del que en realidad carecería. "No hay ninguna conexión material entre las constelaciones y los trazos de la personalidad", dijo al Star Tribune el astrónomo Parke Kunkel, quien, sin embargo, sí sostiene que el alineamiento de las estrellas influye "en las cosechas".
Si no todo el mundo, son muchas las personas que consultan el horóscopo antes de encarar sus actividades cotidianas, analizan el carácter de los demás según el signo bajo el cual han nacido y hasta pronostican el futuro en base a ello. ¿El mundo ha vivido equivocado?
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