Las historias de extraterrestres tomarán con fuerza Hollywood y las cadenas de televisión estadounidenses este año
TONI GARCÍA - Barcelona - 24/01/2011
Desde que Stephen Hawking advirtió de las fatídicas consecuencias que tendría para la civilización terrestre el contacto con vida alienígena ("seríamos aniquilados" dijo el científico con palabras mejor escogidas) algunos no dejan de mirar al cielo, no sea que cuando menos nos lo esperemos empiecen a llover chuzos de punta.
El cine (exceptuando a E.T., Starman y compañía) ha estado siempre de acuerdo con Hawking y desde hace años viene sirviéndonos invasiones de todo tipo y pelaje donde -inevitablemente- un montón de humanos son aniquilados o se dan a la fuga.
2011 no va a ser distinto y además a la gran pantalla habrá que sumar el esfuerzo de todo un primera división, Steven Spielberg, empujando esta vez desde el universo catódico. Su proyecto, Falling skies, se estrenará en España en junio en la cadena TNT (dial 24 de Digital +) pero hace tan solo unas semanas algunos periodistas pudieron asistir a la premiere mundial, celebrado en el marco de las TCA, jornadas dedicadas al mundo de la televisión que se repiten cada seis meses en Pasadena, cerca de Los Ángeles.
"Steven Spielberg ha estado totalmente involucrado en la serie, desde el aspecto de las criaturas, al guión pasando por todo lo que puedas imaginar... no ha puesto simplemente su nombre y ha desaparecido sino que le hemos visto constantemente durante el proceso de filmación". Lo aseveró a El País uno de los productores, Mark Verheiden, en una de las suites del hotel Langham. Verheiden añadió después entre risas: "no, no creo que sea su venganza". Lo de venganza surge cuando se le comenta una famosa leyenda (simplemente leyenda, nada de urbana, porque es totalmente veraz) que sitúa a Spielberg tratando de vender un proyecto a principios de los '80. El proyecto, Night skies, era una historia de asedio donde una familia trataba de sobrevivir a la invasión alienígena desde una granja (algo así como Señales, dos décadas antes de que se le ocurriera a M. Night Shymalan). Había extraterrestres malísimos y mucha mala leche en la película por lo que Universal, la compañía habitual del Rey Midas, dijo que no, que era mejor concentrarse en algo más comercial, que ya que si en 1977 había triunfado con Encuentros en la tercera fase (que había supuesto una buena cantidad de dinero para otro gran estudio, Columbia) ahora no tenía sentido cambiar de tercio. El proceso, que no fue del todo agradable para Spielberg, acabó con éste firmando E.T., que como todo el mundo sabe no destaca por la belicosidad de su protagonista extraterrestre.
En Falling skies los visitantes son malos, muy malos ("aunque habrá sorpresas" avisa Verheiden) y su objetivo primordial es exterminar a la raza humana. Los que queden podrán vivir como esclavos. Los dos primeros episodios (visionados por la prensa con el cartel -habitual en estos casos- de "work in progress") ofrecen un planeta devastado por donde merodean un grupo de fugitivos, la resistencia, con un look a medio camino entre la fiera guerrilla humana de Terminator (Salvation) y los sufridores habitantes de Jericó. Las dudas que generaron los primeros compases de Falling skies, quizás necesitados de una mejora del ritmo y algo más de acción, los aplacó Verheiden con rotundidad: "esta es una serie de largo recorrido y el arco dramático y narrativo despegará a medida que avancemos en la trama. Hay que tener un poco de paciencia, gracias a Dios estamos en una cadena por cable y pase lo que pase la primera temporada (10 episodios) se emitirá íntegramente, así que al final podréis juzgar por vosotros mismos".
La de Spielberg no va a ser la única invasión que va a producirse en 2011. Los primeros en llegar, en abril y en pantalla grande, serán los aguerridos alienígenas de Battle L.A., una película que ya definen como un cruce entre Independence day y Black Hawk Down (sin los toques de comedieta ligera de la primera y con bastante más armamento pesado que la segunda). La película ofrece un -catastrófico- lienzo de lo que pasaría si un buen día un montón de platillos volantes se presentaran en California y empezaran a volar por los aires todo lo que se moviera. Protagonizan el filme Aaron Eckhart y Michelle Rodriguez aunque -como acostumbra a suceder en estos casos- eso sea lo de menos, ya que los auténticos reyes de la función serán los efectos especiales.
Algo más de chicha promete Cowboys and Aliens, un guión que lleva años en producción y que por fin se ha hecho realidad. Su premisa, que puede dar como resultado una genialidad o un delirio, explora un escenario inédito: ¿qué pasaría si los extraterrestres aparecieran en el antiguo Oeste y se dedicaran a molestar a la población local?. Daniel Craig y Harrison Ford compartirán pantalla con marcianos, pistolas, caballos y algún indio en la gran esperanza blanca (es un decir) de Hollywood este año.
Lo mismo (en cuanto a expectativas) puede decirse de I am number tour, un filme de ciencia-ficción donde los alienígenas (los malos) no vienen a acabar con la raza humana (aunque no se descartan victimas colaterales) sino con otros alienígenas (los buenos) que se esconden en la tierra tratando de no llamar mucho la atención. Reparto de serie B para un proyecto del que no se sabe mucho pero que quiere revitalizar la carrera de D.J. Caruso, un protegido de Spielberg. El guión -ya que estamos- es obra de Miles Millar, conocido por su trabajo en la televisiva Smallville.
The darkest tour es otro ejemplo de ocultación de datos: nadie sabe muy bien cual es el sujeto exacto del filme pero el reparto promete (encabezado por Emile Hirsch) y lo único que se ha difundido ha sido que la película mostrará la persecución de los malvados extraterrestres a unos chavales por las calles de Moscú. Muy lejos de allí, en las heladas tierras de la Antártida, reaparecerá una vieja conocida de los cinéfilos: La cosa. La precuela del clásico de John Carpenter, una obra maestra del tono y la pausa, despierta muchas dudas pero su director, el desconocido Matthijs van Heijningen Jr., promete "fidelidad" al decálogo carpenteriano, lo que en teoría significa una película seca, sangrienta y sin concesiones. Veremos.
Para aquellos que no deseen ser invadidos por las hordas alienígenas y prefieran las suposiciones bienintencionadas siempre les quedará Paul, la historia de dos amigos de juerga en Las Vegas que se encuentran con un extraterrestre. Al frente del reparto, dos monstruos, Simon Pegg (Star Trek, Arma fatal) y Nick Frost (Shaun of the dead, la serie Hyperdrive). Nunca ningún extraterrestre encontró mejor compañía. Quién sabe, si se corre la voz quizás ni nos invadan, pero como decía el personaje de Douglas Spencer en la maravillosa obra de culto de 1951, El enigma de otro mundo: "¡vigilen el cielo, no dejen de vigilar el cielo!".
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cuenta/invasion/alienigena/elpepucul/20110124elpepucul_2/Tes
Desde que Stephen Hawking advirtió de las fatídicas consecuencias que tendría para la civilización terrestre el contacto con vida alienígena ("seríamos aniquilados" dijo el científico con palabras mejor escogidas) algunos no dejan de mirar al cielo, no sea que cuando menos nos lo esperemos empiecen a llover chuzos de punta.
El cine (exceptuando a E.T., Starman y compañía) ha estado siempre de acuerdo con Hawking y desde hace años viene sirviéndonos invasiones de todo tipo y pelaje donde -inevitablemente- un montón de humanos son aniquilados o se dan a la fuga.
2011 no va a ser distinto y además a la gran pantalla habrá que sumar el esfuerzo de todo un primera división, Steven Spielberg, empujando esta vez desde el universo catódico. Su proyecto, Falling skies, se estrenará en España en junio en la cadena TNT (dial 24 de Digital +) pero hace tan solo unas semanas algunos periodistas pudieron asistir a la premiere mundial, celebrado en el marco de las TCA, jornadas dedicadas al mundo de la televisión que se repiten cada seis meses en Pasadena, cerca de Los Ángeles.
"Steven Spielberg ha estado totalmente involucrado en la serie, desde el aspecto de las criaturas, al guión pasando por todo lo que puedas imaginar... no ha puesto simplemente su nombre y ha desaparecido sino que le hemos visto constantemente durante el proceso de filmación". Lo aseveró a El País uno de los productores, Mark Verheiden, en una de las suites del hotel Langham. Verheiden añadió después entre risas: "no, no creo que sea su venganza". Lo de venganza surge cuando se le comenta una famosa leyenda (simplemente leyenda, nada de urbana, porque es totalmente veraz) que sitúa a Spielberg tratando de vender un proyecto a principios de los '80. El proyecto, Night skies, era una historia de asedio donde una familia trataba de sobrevivir a la invasión alienígena desde una granja (algo así como Señales, dos décadas antes de que se le ocurriera a M. Night Shymalan). Había extraterrestres malísimos y mucha mala leche en la película por lo que Universal, la compañía habitual del Rey Midas, dijo que no, que era mejor concentrarse en algo más comercial, que ya que si en 1977 había triunfado con Encuentros en la tercera fase (que había supuesto una buena cantidad de dinero para otro gran estudio, Columbia) ahora no tenía sentido cambiar de tercio. El proceso, que no fue del todo agradable para Spielberg, acabó con éste firmando E.T., que como todo el mundo sabe no destaca por la belicosidad de su protagonista extraterrestre.
En Falling skies los visitantes son malos, muy malos ("aunque habrá sorpresas" avisa Verheiden) y su objetivo primordial es exterminar a la raza humana. Los que queden podrán vivir como esclavos. Los dos primeros episodios (visionados por la prensa con el cartel -habitual en estos casos- de "work in progress") ofrecen un planeta devastado por donde merodean un grupo de fugitivos, la resistencia, con un look a medio camino entre la fiera guerrilla humana de Terminator (Salvation) y los sufridores habitantes de Jericó. Las dudas que generaron los primeros compases de Falling skies, quizás necesitados de una mejora del ritmo y algo más de acción, los aplacó Verheiden con rotundidad: "esta es una serie de largo recorrido y el arco dramático y narrativo despegará a medida que avancemos en la trama. Hay que tener un poco de paciencia, gracias a Dios estamos en una cadena por cable y pase lo que pase la primera temporada (10 episodios) se emitirá íntegramente, así que al final podréis juzgar por vosotros mismos".
La de Spielberg no va a ser la única invasión que va a producirse en 2011. Los primeros en llegar, en abril y en pantalla grande, serán los aguerridos alienígenas de Battle L.A., una película que ya definen como un cruce entre Independence day y Black Hawk Down (sin los toques de comedieta ligera de la primera y con bastante más armamento pesado que la segunda). La película ofrece un -catastrófico- lienzo de lo que pasaría si un buen día un montón de platillos volantes se presentaran en California y empezaran a volar por los aires todo lo que se moviera. Protagonizan el filme Aaron Eckhart y Michelle Rodriguez aunque -como acostumbra a suceder en estos casos- eso sea lo de menos, ya que los auténticos reyes de la función serán los efectos especiales.
Algo más de chicha promete Cowboys and Aliens, un guión que lleva años en producción y que por fin se ha hecho realidad. Su premisa, que puede dar como resultado una genialidad o un delirio, explora un escenario inédito: ¿qué pasaría si los extraterrestres aparecieran en el antiguo Oeste y se dedicaran a molestar a la población local?. Daniel Craig y Harrison Ford compartirán pantalla con marcianos, pistolas, caballos y algún indio en la gran esperanza blanca (es un decir) de Hollywood este año.
Lo mismo (en cuanto a expectativas) puede decirse de I am number tour, un filme de ciencia-ficción donde los alienígenas (los malos) no vienen a acabar con la raza humana (aunque no se descartan victimas colaterales) sino con otros alienígenas (los buenos) que se esconden en la tierra tratando de no llamar mucho la atención. Reparto de serie B para un proyecto del que no se sabe mucho pero que quiere revitalizar la carrera de D.J. Caruso, un protegido de Spielberg. El guión -ya que estamos- es obra de Miles Millar, conocido por su trabajo en la televisiva Smallville.
The darkest tour es otro ejemplo de ocultación de datos: nadie sabe muy bien cual es el sujeto exacto del filme pero el reparto promete (encabezado por Emile Hirsch) y lo único que se ha difundido ha sido que la película mostrará la persecución de los malvados extraterrestres a unos chavales por las calles de Moscú. Muy lejos de allí, en las heladas tierras de la Antártida, reaparecerá una vieja conocida de los cinéfilos: La cosa. La precuela del clásico de John Carpenter, una obra maestra del tono y la pausa, despierta muchas dudas pero su director, el desconocido Matthijs van Heijningen Jr., promete "fidelidad" al decálogo carpenteriano, lo que en teoría significa una película seca, sangrienta y sin concesiones. Veremos.
Para aquellos que no deseen ser invadidos por las hordas alienígenas y prefieran las suposiciones bienintencionadas siempre les quedará Paul, la historia de dos amigos de juerga en Las Vegas que se encuentran con un extraterrestre. Al frente del reparto, dos monstruos, Simon Pegg (Star Trek, Arma fatal) y Nick Frost (Shaun of the dead, la serie Hyperdrive). Nunca ningún extraterrestre encontró mejor compañía. Quién sabe, si se corre la voz quizás ni nos invadan, pero como decía el personaje de Douglas Spencer en la maravillosa obra de culto de 1951, El enigma de otro mundo: "¡vigilen el cielo, no dejen de vigilar el cielo!".
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Cuenta/invasion/alienigena/elpepucul/20110124elpepucul_2/Tes
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