Desde hace poco más de 4 décadas, tal vez en consonancia con la "revolución" psicodélica de los 60, comenzó una etapa de neoespiritualidad, en buena medida alrededor del misticismo oriental, que hoy impregna la narrativa pop con conceptos como karma, mandala y sincromisticismo, así como con actividades puntuales, por ejemplo decenas de formatos de meditación o consumo de sustancias psicodélicas, siendo la ayahuasca quizá la más cool del momento. 

Pero dejemos a un lado la charlatanería soft, aquella en la que una persona pregona sus supuestos conocimientos místicos o metafísicos para impresionar a lectores, obtener más seguidores en Twitter o simplemente sentir que sabe - en la cual, por cierto, muchos hemos caído, y pasemos a la otra, a la dogmática y que usualmente involucra dinero. 

Si revisamos brevemente las rutas de vida y pensamiento que como sociedad hemos elegido en las últimas décadas, y me refiero a preceptos como el consumo, la frivolidad, la competencia o la inmediatez electrónica, entonces resulta comprensible por qué hoy existe tal sed de religarnos con algo más trascendental, que esté exento de la ansiedad que caracteriza las redes sociales, la fatiga crónica que permea buena parte de nuestra existencia o la confusión identitaria tras haber asociado nuestro yo a las pertenencias que acumulamos. 

En una dinámica de mercado, lo anterior se llama "demanda". Es decir, existe una necesidad de proporciones considerables de un "bien o servicio", en este caso un canal para retomar o ejercer la "espiritualidad". Y en respuesta a esto surge una oferta materializada en cortinas, gurús, maestros, escuelas, etc. Pero entre los caudales de jactancias y superverdades, ¿cómo discernir entre las puertas reales y las falsas? Supongo que la primera herramienta debiera ser la intuición, ese sentimiento que no se puede verbalizar pero que en algún punto, aunque muchas veces dormido, todos tenemos a nuestra disposición. Y en caso de que esto no sea suficiente, o tu intuición este muy ocupada stalkeando personas en Facebook, entonces hay ciertas pistas que podrían serte útiles: 

Dinero 

Si el cobro de una sesión, conferencia, taller o "iniciación" es, por lo menos, excesivo, entonces hay buenas posibilidades de que el sendero a la iluminación al cual te estás enrolando sea un fiasco. ¿O en realidad crees que la espiritualidad demanda unas finanzas acomodadas? 


Comentario: O lo recibido debe ser en términos prácticos equivalente a lo que se pago por el servicio, hablando en términos de mercado. 

Verdades absolutas 

Las fórmulas exclusivas hacia lo trascendente (llámese espíritu, iluminación, etc.) difícilmente te llevarán por buen camino. Si bien a la hora de su ejercicio institucional muchas religiones caen en esta misma práctica, lo cierto es que sus orígenes poco tienen que ver con premisas excluyentes. Así que si tu nuevo y flamante credo te dice tener exactamente lo que te falta y necesitas, entonces mejor ponte a jugar videojuegos. 


Comentario: Aunque no sugeriríamos vídeojuegos ya que es una práctica que conlleva a una disociación no positiva. Es muy cierto que hay que tener una imagen clara de que cualquier tipo de práctica espiritual debería mantener un concepto abierto del libre albedrío en su manera más pura, de lo contrario es como cualquier otra religión establecida. 

Poderes especiales 

Los superpoderes generalmente son herramientas muy vistosas y que, además de que casi nunca son reales, en todo caso poco tienen que ver con una búsqueda sustanciosa para fortalecer el espíritu. 

Retórica confusa o trillada 

Uno de los aspectos más reveladores de los charlatanes es el uso del lenguaje. generalmente es pretencioso, carismático y está diseñado para reconfortarte (después de cuestionar aquellas carencias que por su popularidad es muy probable que compartas). 


Comentario: Y si hay algo de la experiencia espiritual de llegar a conocerse a uno mismo es que no es muy confortante y puede llegar a ser dolorosa. 

Contacto directo con el "patrón" 


Si la escuela que se profesa contempla una figura "máxima", por ejemplo un dios o legendario maestro, y el líder o líderes claman tener contacto directo o canalizar a esta figura de forma exclusiva, entonces...