Las restricciones a los movimientos de la población y el establecimiento de zonas de cuarentena para contener la extensión de la fiebre hemorrágica ha llevado a compras guiadas por el pánico, escasez de alimentos y aumentos de precios en países poco preparados para absorber el impacto.

"Incluso antes del brote del ébola, los hogares en algunas de las partes más afectadas gastaban hasta el 80 por ciento de sus ingresos en comida", dijo Vincent Martin, jefe de la FAO en Dakar, donde coordina la respuesta de la organización.

"Ahora estos últimos repuntes están poniendo los alimentos completamente fuera de su alcance", dijo Martin en un comunicado, añadiendo que la crisis alimentaria podría obstaculizar la contención de la enfermedad, que se extiende habitualmente a través de los fluidos corporales de los enfermos.

La producción de arroz y maíz se reducirá en la cercana campaña de cosecha, debido a que la migración y las restricciones de movimientos provocan faltas de mano de obra en las granjas, dijo la FAO.

Las cosechas de aceite de palma, cacao y caucho se verán seriamente afectadas, estrechando el poder adquisitivo de muchas familias.

La FAO aprobó un plan de emergencia para repartir 65.000 toneladas de alimentos a 1,3 millones de personas afectadas por el ébola en un periodo de tres meses.

El precio de la yuca en un mercado de la capital de Liberia, Monrovia, ha subido un 150 por ciento en las primeras semanas de agosto, dijo, la FAO, añadiendo que la depreciación de la divisa en Sierra Leona y Liberia probablemente fuerce una mayor alza de precios.